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CONSEJOS PARA LAS PERSONAS MAYORES

La Vejez es una época de la vida llena de interés y de oportunidades.

004d3gui001_1En ella podemos realizar, de forma más sosegada y minuciosa, infinidad de actividades que nos han estado vedadas durante la vida activa laboral u ocupacional, debido a las prisas y ajetreos propios de nuestra civilización.
Para poderla saborear, antes que nada resulta necesario prepararse para la jubilación, bien sea del trabajo o de la responsabilidad de madre de una familia completa. Una entrada adecuada en la Tercera Edad, puede facilitar extraordinariamente la realización plena en la misma.

“Vivir a tope”, en el sentido auténtico y profundo del lema, es un deseo aplicable a cualquier edad.

No obstante, es particularmente idóneo como compromiso y estilo de vida en la vejez de cada persona.
Para ello, todo ser humano tiene que asumir los cambios que se van estableciendo no sólo en el organismo, sino también en el entorno, a lo largo de la historia de cada cual. Forman parte de la aventura humana y constituyen su esencia, su misterio y su acicate.
Si queremos lograr que nuestro vivir sea una verdadera realidad y no un atontarse en la reproducción de unos estilos de vida apresurados y asfixiantes, debemos tener presentes algunas normas de vida mínimas, sencillas y eficaces.
Seleccionar y potenciar aquellas cosas que tienen sentido para uno y dedicarles el tiempo y atención necesarios, se imponen en primer lugar. No se trata únicamente de huir de la ociosidad y ocupar el rato, sino de dar contenido a lo que hagamos.

Conviene mantener contactos amplios y profundos con otras personas con las que hemos compartido y convivido durante la etapa adulta y con nuevos amigos que encontraremos.

La edad avanzada es particularmente propicia al diálogo y a la conversación y con ellos nos podemos enriquecer mutuamente.
De vez en cuando, conviene quedarse a solas con uno mismo durante un espacio de tiempo, para reconducir esfuerzos y aprovechar al máximo nuestros recursos.

Conviene mantener la forma física

La actividad muscular, el movimiento de nuestras articulaciones y la estimulación de la circulación son
aspectos de vida que no debemos desatender. Quizá la mejor forma de lograrlo es persistir en las tareas ligadas a la propia autosuficiencia en la vida diaria.
Es posible que con la edad, el cuerpo se cargue de “achaques”. No tenemos que preocuparnos. Con ellos y por ellos el cuerpo conserva toda su capacidad de transmisión de vida. Se trata de atenderlo, adaptarlo a sus nuevos ritmos, y por otra parte, de no dejarse tampoco, absorber por él.

Cuide su higiene personal y duerma las horas adecuadas

Los ejercicios respiratorios, la gimnasia, la dieta equilibrada, la abundancia de líquidos, son hábitos a
cultivar desde el comienzo como garantías de buena salud.
Dormir bien significa recuperar totalmente la energía. No se trata de dormir muchas horas, sino de hacerlo profunda y sanamente. Importa más la calidad que la cantidad. La mejor forma de lograrlo es establecer unos horarios constantes, una habitación bien ventilada, una cama adecuada y una actitud de relajo, en la que se evite, sobre todo, el “luchar” por obtener un sueño suficiente.

Manténgase mentalmente en forma

Pensando, leyendo, informándose compartiendo, llevando las cuentas de la casa, recordando, escribiendo, acudiendo a actos públicos, participando en tareas de grupo, y cuantas actividades de este estilo se le ocurra a uno son vías excelentes para mantener la cabeza y el cuerpo en forma.
Utilizar cualquier tipo de artilugio o recurso que nos posibilite seguir conectados con el medio social más cercano. Las gafas, una lupa, el audífono, un bastón, pueden ser nuestros mejores amigos. Habrá que mentalizarse, llegado el caso, y no tener reparos humanos a la hora de utilizarlos.

Siéntase socialmente apoyado y afronte la vejez dispuesto a apurar la vida y a mantener sus compromisos.

El amor, la ocupación, las responsabilidades cívicas, el sexo, la autonomía, la creatividad, el sufrimiento sereno, y tantas cosas más que interesan al ser humano pueden ser sus mejores ingredientes.
Si a pesar de todo lo dicho, las cosas no marchan fáciles y el cuerpo se encasquilla, habrá que consultar al médico, el mejor amigo.

FUENTE: Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid.

EL CALOR Y LOS ANCIANOS

bastonEn esta época, como cada año en verano, es necesario hablar de las precauciones que deben tomar los ancianos ante el calor, ya que en ellos la sensación de sed es menor y sin embargo la necesidad de hidratarse mayor.

Para ello damos unas recomendaciones básicas:

Evitar salir a la calle en las horas más calurosas del día.

No esforzarse demasiado cuando esté haciendo mucho calor.

Permanecer a ser posible a la sombra.

Cúbrirse la cabeza con un sombrero o gorra .

Vestirse con ropa ligera de colores claros.

Cierre las persianas y eche los toldos de las fachadas expuestas al sol.

Estar en la sala más fresca de la casa.

Refréscarse

Es importantísimo beber bastante agua y con frecuencia (al menos 2 litros diarios), aunque no sienta sed, e ingerir alimentos con frecuencia.

Ducharse frecuentemente durante el día o refréscarse con paños húmedos.

Alimentación
Evitar el alcohol, las bebidas con cafeína y las comidas calientes.

Aumente el consumo de frutas de verano y verduras (gazpachos ligeros y ensaladas frías) para recargar el organismo de sales minerales.

Pedir ayuda e información
En caso de que esté tomando algún medicamento, o si nota síntomas no habituales o que le hagan preocuparse, consulte a su médico o enfermera de su centro de salud.

Pida ayuda a un pariente o a un vecino, si se nota indispuesto por el calor.

En caso de calores intensos las personas mayores que vivan solas deben estar acompañadas y recibir ayuda diariamente de la familia y vecinos o, en su defecto, solicitar ayuda a los Servicios Sociales de su Ayuntamiento.
Fuente: Residencias Tercera edad

DERECHOS DE LA TERCERA EDAD

derechos

Las personas mayores, seguimos teniendo unos derechos fundamentales e innatos como personas.

Debemos exigir que nos sean respetados y denunciar cualquier situación contraria. Para ello es necesario que conozcamos cuáles son.

Según la ONU, los mayores tienen derecho a vivir con dignidad, independendencia, autorealización, participación y los cuidados que necesiten.

Vivir con dignidad: acceso a una vida íntegra, de calidad, sin discriminación de ningún tipo y respeto a la integridad psíquica y física.

Con Independencia: nadie puede coaccionarnos a actuar en contra de nuestra voluntad, nisiquiera nuestros familiares ni amigos. Seguimos siendo personas adultas, con autonomía racional e ideas propias.

Seguridad y apoyo jurídico: protección contra toda forma de discriminación, derecho a un trato digno y apropiado, y que las instituciones velen por ello y actuen cuando fuese necesario. Tenemos derecho a denunciar cualquier hecho que afecte nuestra persona y nuestros derechos.

Autorealización: las instituciones deben brindarnos la oportunidad de adquirir conocimientos sea cual sea nuestra edad, y acceder con igualdad de oportunidades a un trabajo si deseamos.

Participación: tenemos derecho a seguir siendo tenidos en cuenta, en especial en las decisiones que nos afecten como asuntos familiares, etc.

Con los cuidados que necesites: derecho a las necesidades básicas como una vivienda digna, alimentos, servicios médicos, sanitarios, asistenciales, etc.

Multitud de asociaciones e instituciones velan por el cumplimiento de estos derechos básicos.
Si vives una situación diferente o conoces a alguien que la está pasando, necesitas denunciar esa situación. En el Teléfono de Atención al Ciudadano (060) o el Teléfono Dorado de Mensajeros de la Paz (900 22 22 23) te escuchan.
Derechos de los ancianos
Fuente: web de atención al ciudadano