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LA DIGNIDAD DE UN IMPERIO – Relato

Surgió un pequeño problema de índole higiénica en el lavabo de caballeros.
Las auxiliares se quejaban de que el acto masculino de la micción carecía de puntería, en general y se pasaban la vida, limpiando suelo y alrededores de la taza del inodoro producto de errores logísticos de los usuarios.
Hubo una reunión higiénico-sanitaria de todos los varones que podían comprender el diálogo, en el salón pequeño. Era una convención privada y parecía más discreto el saloncito al abrigo de la sección femenina que quizás habría hecho comentarios de mal gusto.
Se informó lo más profesionalmente que supimos, del dilema en cuestión, a la vez que se sugirió más que se ordenó la posible solución. A partir de aquel momento, el acto privado de orinar debería efectuarse sentado y cuidando de que todo fuera a su destino sin variantes de rumbo.
Los interfectos guardaron un silencio exculpatorio hasta que Florentino, que en su juventud fue legionario, se adelantó al grupo y como si fuera su portavoz, exclamó:
-¡Imposible!, Un caballero español siempre mea de pie.

Joan Font – FONI.

PRINCIPIOS A FAVOR DE LA TERCERA EDAD

La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó el 16 de diciembre de 1991 los Principios de las Naciones Unidas en Favor de las Personas de Edad. Mediante la resolución 46/91 se alentó a los gobiernos a introducir en los programas nacionales los siguientes principios:

  • INDEPENDENCIA: Las personas de edad deberán:

1. Tener acceso a alimentación, agua, vivienda, vestuario y atención de salud adecuados.

2. Tener la oportunidad de trabajar o de tener acceso a otras oportunidades de generar ingresos.

3. Poder participar en la determinación de cuándo y en qué medida dejarán de desempeñar actividades laborales.

4. Tener acceso a programas educativos y de formación adecuados.

5. Tener la posibilidad de vivir en entornos seguros y adaptables a sus preferencias personales y a la evolución de sus capacidades.

6. Poder residir en su propio domicilio por tanto tiempo como sea posible.

  • PARTICIPACION:

7. Permanecer integradas en la sociedad, participar activamente en la formulación y la aplicación de las políticas que afecten directamente a su bienestar y poder compartir sus conocimientos y pericias con las generaciones más jóvenes.

8. Poder buscar y aprovechar oportunidades de prestar servicio a la comunidad y de trabajar como voluntarios en puestos apropiados a sus intereses y capacidades.

9. Poder formar asociaciones.

  • CUIDADOS:

10. Poder disfrutar de los cuidados y la protección de la familia y la comunidad de conformidad con el sistema de valores culturales de cada sociedad.

11. Tener acceso a servicios de atención de salud que les ayuden a mantener o recuperar un nivel óptimo de bienestar físico, mental y emocional, así como a prevenir o retrasar la aparición de enfermedades.

12. Tener acceso a servicios sociales y jurídicos que les aseguren mayores niveles de autonomía, protección y cuidado.

13. Tener acceso a medios apropiados de atención institucional que les proporcionen protección, rehabilitación y estímulo social y mental en un entorno humano y seguro.

14. Poder disfrutar de sus derechos humanos y libertades fundamentales cuando residan en hogares o instituciones donde se les brinden cuidados o tratamiento, con pleno respeto de su dignidad, creencias, necesidades e intimidad, así como de su derecho a adoptar decisiones sobre su cuidado y sobre la calidad de su vida.

  • AUTORREALIZACION:

15. Poder aprovechar las oportunidades para desarrollar plenamente su potencial.

16. Tener acceso a los recursos educativos, culturales, espirituales y recreativos de la sociedad.

  • DIGNIDAD:

17. Poder vivir con dignidad y seguridad y verse libres de explotación y de malos tratos físicos o mentales.

18. Recibir un trato digno, independientemente de la edad, sexo, raza o procedencia étnica, discapacidad u otras condiciones, y han de ser valoradas independientemente de su contribución económica
Natalia Muñiz

Fuente: popularonline.com.

HACERNOS MAYORES: ENVEJECER CON ALEGRIA

Vivimos nuestra vida intensamente, a toda velocidad y, mientras crecemos en nuestra profesión, en nuestra alegria1vida personal parece que nos olvidamos que nosotros también crecemos y que envejecemos. Cuando llega el momento de jubilarnos, cunado tenemos nietos, aparecen las enfermedades o malestares propios de la personas mayores, es cuando nos damos cuenta «de golpe» que ya no somos jóvenes, que el reloj biológico marca más que el jovencito que tenemos en el espíritu. Muchas personas viven verdaderas crisis peronales al darse cuenta de ello.

El envejecimiento es un proceso natural en los seres vivos. La ciencia no puede evitar el envejecimiento pero sí nos ayuda en las enfermedades y la prevención sanitaria. Es, muchas veces, un período difícil de sobrellevar por la falta de referente de los mayores, porque estamos más solos y los achaques son más frecuentes. no trabajar, tener menos relaciones sociales, la muerte de seres queridos que se han hecho mayores, nos crea una sensación de melancolía, un temor a la muerte que está más cercana.
Los cambios que experimentamos
Los cambios a nivel físico y psicológico se van pruciendo de manera paulatina, gradual. Es posible vivir bien y disfrutar de la vida. Muchas personas que han pasado los 60 años consideran que disfrutan de la vida más que cuando eran jóvenes y que vale la pena llegar a esa edad.

En nuestro cuerpo sentiremos los primeros cambios, es por eso que es muy saludable hacer ejercicio, caminar, reunirse en grupo con personas de nuestra edad y aprovechar para hacer un poco de gimnasia acorde a nuestras necesidades. Cuidar las posturas y la alimentación es, también, una buena medida para cuidarnos más. El yoga es una buena alternativa de relajación y de estiramiento para mantener el cuerpo en condiciones sin exigirle demasiado.

Mantener una elevada actividad intelectual, leer el periódico todos los días, los libros, ejercitar la memoria, pintar o escribir, nos permitirá disfrutar durante muchísimos años de agilidad y lucidez mental. La curiosidad por saber y por estar al día son signo de juventud y de alegría de vivir.

Debemos esforzarnos por controlar nuestras emociones y sentimeintos negativos que llegarán pero podemos controlarnos para que no nos dañen. Debemos enfrentarlos con pensamientos positivos, energías que nos permitan minimizar las cosas que creemos que están mal y seguir adelante con alegría.

Nuestra relación con los demás
Relacionarnos con nuestros hijos, nietos, sobrinos, amigos de diferentes edades, nos permitirá mantener la mente ágil, estar en contacto con la realidad y aprenderemos a ser más tolerantes y relajados. Formar parte de un grupo de caminatas, de tenis para veteranos, de lectura, todo sirve para mantnernos activos y felices disfrutando del tiempo que nos toca vivir.

Los viajes son una manera más de relajarnos, de conocer gente y otros lugares, aprovechando que disponemos de más tiempo libre. El viaje soñado o pequeños viajes acordes con nuestro bolsillo, un paseo a lugares cercanos, un spa…

Si podemos vivir solos en nuestra casa, lo haremos y disfrutaremos de nuestra soledad. Puede que nuestros hijos quieran que vivamos con ellos o puede que no sea posible y tengamos que vivir en una residencia. Debemos verlo como una opción más donde estaremos bien atendidos, seguros y con más personas en nuestra situación. No siempre significa que nos abandonan o no nos quieren, además podemos salir con normalidad, pasear, recibir amigos, etc.

En definitiva, una actitud positiva y afrontar la vida dia a dia con alegria, es una buena garantia para envejecer, salvaguardando nuestra integridad y dignidad hasta el último suspiro.

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