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GERONTOLOGÍA: LA CIENCIA DE LA VEJEZ (Segunda parte)

gerontologíaQueda claro que la gerontología es un campo científico con una perspectiva interdisciplinar en el tratamiento de los temas y de los problemas que afectan al proceso del envejecimiento.

La Gerontología, o Ciencia de la Vejez, es considerada como la ciencia madre, y se divide en cuatro apartados:
1º- Gerontología biológica o experimental:
Es también llamada del envejecimiento. Es una ciencia multidisciplinar que pretende conocer tanto los íntimos mecanismos del envejecimiento como su etiopatogenia. Su desarrollo como ciencia pasó por dos fases: la primera meramente empírica y especulativa, sacaba conclusiones deductivas, y la segunda, es experimental, ligada a la demostración de sus teorías.
En el objetivo de retardar el envejecimiento, o “envejecer más y mejor”, ocupa un lugar destacado la gerontología biológica preventiva, que se divide en diferentes apartados:

  • Prevención farmacológica. Con la utilización de medicamentos como los antioxidantes, vitaminoterapia E, magnoterapia, etc.
  • Prevención dietética-higiénico-psicológica.

El clima y la ecología también tienen una gran influencia en el envejecimiento. De ahí se explica la alta longevidad de poblaciones que viven en determinadas zonas del mundo: Valles Altos de Ecuador, Valles aislados del Caúcaso, algunos núcleos aislados de las Islas de la Polinesia, etc.
2º- Gerontología clínica o geriatría:
Clásicamente se define la geriatría como “la ciencia médica cuyo fin es el diagnóstico de las enfermedades de la vejez, su curación, rehabilitación y reinserción del enfermo en su hábitat (casa o institución) a esto hay que añadir la prevención de dichas enfermedades”.

También se  integra en ella la recuperación o adaptación funcional del anciano, y, en ésta, la rehabilitación y la terapia ocupacional.
3º- Gerontología social:

Es la que corrientemente se conoce como Gerontología. Es también multidisciplinaria y en ella pueden intervenir , trabajadores sociales, economistas, abogados, arquitectos y políticos, siempre  coordinados por un Gerontólogo Social. Como ciencias auxiliares cuenta con la demografía y la epidemiología.

Abarca todos los problemas sociales, políticos, económicos y sanitarios del ambiente relativo a los viejos.
4º- Gerontopsiquiatría o psicogerontología:
Estudia los aspectos psicológicos y psiquiátricos del anciano. Se destacan las demencias y las depresiones como patologías características que van a marcar la muerte del anciano.
La psicogerontología es, la ciencia que trata de describir, explicar, comprender y modificar las actitudes del sujeto que envejece. Esta visión hace referencia a los aspectos psicológicos de la persona de edad, más que a los psiquiátricos. También se denomina psicología de la vejez.
Siempre hay que tener en cuenta que la aproximación teórica y práctica de la Gerontología es bio-psico-social. Esto implica lo que ya mencionamos anteriormente, su interdisciplinaridad
Los conocimientos básicos de la gerontología son los siguientes:

  • Biológicos: se refieren a la investigación sobre los cambios que con la edad y el paso del tiempo se producen en los distintos sistemas biológicos del organismo.
  • Psicológicos: se refieren al estudio sobre los cambios y/o la estabilidad que el paso del tiempo produce en las funciones psicológicas como la atención, percepción, el aprendizaje, la memoria, la afectividad y la personalidad, entre otros fenómenos psicológicos.
  • Sociales: se refiere a la búsqueda de cambios debidos a la edad relativos a los roles sociales, intercambio y estructura social, así como en qué forma los emergentes culturales contribuyen en esos cambios (crecimiento o declive), así como al envejecimiento de las poblaciones.

Queda claro que la gerontología tiene distintos objetos de estudio: el viejo, la vejez y el envejecimiento.
Estos objetos de estudio deben ser abordados desde una perspectiva de investigación básica y aplicada; ya que la gerontología es claramente interventiva- trata de mejorar las condiciones de vida de las personas mayores.
La diversidad de conocimientos que requiere el abordaje del viejo, la vejez y el envejecimiento, nos lleva como hemos visto a la interdisciplinaridad, y como consecuencia a una formación gerontológica amplia, sin cerrarnos a la exclusiva especificación de nuestra área de conocimiento.
El gerontólogo ha de integrar los distintos saberes base de la gerontología.
Finalmente hay que señalar que los problemas gerontológicos concretos pueden necesitar soluciones mono o interdisciplinares y el trabajo, o no, en equipo; dependiendo de la naturaleza del problema, pero siempre hay que estar preparados en el campo de la gerontología para participar en decisiones con otros profesionales.
Por: Maximina Rodríguez. Psicóloga

TERCERA EDAD: CULMINACIÓN O DECADENCIA DE LA VIDA?

plenitud1A pesar de que los avances de la medicina en estas últimas décadas han permitido prolongar la vida, no hemos conseguido garantizar para todos aquellos que lleguen a «viejos» que esta etapa de su vida se desarrolle con la calidad necesaria. Es una realidad contrastada que la población del mundo occidental ha ido envejeciendo progresivamente. Estimaciones muy recientes del Departamento Económico y Social de la Organización de Naciones Unidas, señalan que España tendrá en el año 2050 la población más anciana del mundo: por cada 3,6 personas de más de sesenta años sólo habrá una con menos de quince.A medida que aumenta su número, la vejez se ha ido convirtiendo en una fuente de problemas diversos (de índole personal o antropológico, de índole social y de carácter médico). A pesar de que los avances de la medicina en estas últimas décadas han permitido prolongar la vida, no hemos conseguido garantizar para todos aquellos que lleguen a «viejos» que esta etapa de su vida se desarrolle con la calidad necesaria.Para hacernos una idea general de la situación de nuestros mayores (considerando como tales a aquellos que tienen más de 65 años), diremos que la mayoría viven en compañía de su cónyuge, siendo frecuente también los casos en los que cohabitan con sus hijos y nietos. Sin embargo el porcentaje de ancianos que viven en soledad sigue siendo muy alto (cercano al 20%), y tan sólo existen 3 plazas de residencias públicas y privadas para cada cien mayores. A estos datos hay que añadir el importante número de ancianos que viven en absoluta soledad en España (calculado en alrededor del millón y medio).

Como en casa propia….. Los ancianos prefieren mantenerse en un ambiente doméstico, en sus hogares. El problema es que suelen vivir en las casas más viejas y deterioradas, y en  algunos de los casos en zonas de alta tasa de criminalidad (lo que les convierte en víctimas ideales en potencia). El vivir en su casa permite a nuestros mayores el no tener que acostumbrarse a otro entorno distinto, el poder llevar una vida más «normal» para ellos y el evitar el riesgo del desarraigo familiar. El objetivo principal de la asistencia geriátrica hoy en día es también que el anciano permanezca en su domicilio habitual, o que se reintegre a él, naturalmente en condiciones de bienestar y seguridad.Sin embargo cuando la atención domiciliaria resulte deficiente o imposible se hace preciso analizar la opción de desarrollar la atención al anciano en residencias.

Residencias, ¿la solución? Las residencias ofrecen a nuestros mayores la posibilidad de estar mejor atendidos, de poder disfrutar de la compañía de personas de su edad con las que poder charlar, pasear, compartir vivencias y experiencias, etc. Por contra está el problema ya mencionado del desarraigo familiar, así como el tener que cambiar, en mayor o menor medida, de estilo de vida. En la actualidad la mayoría de las residencias se encuentran orientadas hacia la creación de un clima «familiar», por lo que suelen ser bastante limitadas en cuanto al número de residentes. En ellas se intentará facilitar la convivencia de todos, fomentar el apoyo mutuo y realizar actividades que permitan a los ancianos seguir sintiéndose activos y útiles. Este estilo de residencia evita la masificación, que genera despersonalización, y la pasividad, que aumenta el sentimiento de frustración.

Una nueva tendencia Durante los últimos años se está expandiendo por toda Europa la creación de construcciones y espacios destinados específicamente al acomodo de personas con edades en las que una atención médica frecuente se hace muy necesaria.Son complejos que acomodan su localización geográfica (espacios alejados de la polución de las ciudades para aliviar y mejorar la función respiratoria) y su arquitectura a las necesidades y limitaciones de nuestros abuelos.La idea reside en construir los diferentes edificios que la componen de forma que estén intercomunicados entre ellos, de manera que se pueda realizar el acceso e intercambio entre ellos de forma segura y fácil para los mayores (gracias a rampas, ascensores, pasillos, etc.).

Vida social, atención médica La mayoría de estas instalaciones incluyen una zona destinada a la vida social de sus habitantes, donde puedan charlar animadamente, hacer ejercicio en el gimnasio, recibir a las visitas, crear lazos afectivos, etc.; un centro asistencial operativo las 24 horas del día para poder afrontar con rapidez y con garantías cualquier contratiempo de salud, y habilitado para las posibles labores de rehabilitación post-operatorias; y el área destinada a las viviendas. De esta manera se hace compatible la idea surgida inicialmente en Gran Bretaña en los años 50 consistente en crear un «Hospital de Día Geriátrico». Esta institución es un centro médico destinado a completar la recuperación física, psíquica y social del anciano, sin sufrir largos e innecesarios días de hospitalización. Así el anciano podrá disfrutar, cerca de su alojamiento y en compañía de sus seres queridos, de todos los cuidados médicos que fuesen necesarios.Por poner uno ejemplo de los precios de estas Urbanizaciones para Mayores, diremos que la Urbanización «Los Manantiales» (situada en Sevilla La Nueva, Madrid), un apartamento doble para dos personas (con salón-comedor, cuarto de baño, dormitorio y terraza) cuesta 10.150.000 pesetas, mientras que los apartamentos estudio (con zona dormitorio-estar y cuarto de baño) tienen un precio de 6.750.000 pesetas.

El problema económico Una de las mayores dificultades con las que se encuentran los mayores a la hora de poder disfrutar de una buena calidad de vida es obviamente el aspecto económico.La jubilación supone una disminución en el salario de un 50 a un 65% y, en general, los ancianos tienen un salario que es la mitad del de las personas más jóvenes. Sus gastos son también menores, pero estas reducciones muy pocas veces compensan la rebaja sufrida en sus salarios. Si a esto añadimos que las personas mayores de 65 años recurren a la asistencia sanitaria cuatro veces más que el resto de la población, entenderemos el que el cuidado de la salud, así como el disfrute del ocio y del tiempo libre sean las mayores preocupaciones económicas de este segmento de la sociedad.

Saber vivir la vejez El otro factor fundamental a la hora de que los mayores disfruten como se lo merecen de su vida reside en ellos mismos: es el factor psicológico.Es fundamental para poder vivir feliz el ser capaz de afrontar la vejez como el resultado de los avances de la medicina, y ver que la alcanzan quienes han logrado mantener determinados niveles de salud. La vejez debe ser considerada como la culminación, y no la decadencia, de una vida.La época de la vida en que uno es más propenso a padecer una gripe, un ataque de artrosis o una simple torcedura de tobillo, es también el momento en que se dispone de más tiempo libre para dedicarlo a conocer en profundidad y a cuidar el propio cuerpo. El tiempo libre de la jubilación resulta una buena ocasión para cuidar la salud, visitando regularmente al médico o intentando disfrutar de la práctica de algún deporte. Conseguir que los mayores que nos rodean se sientan orgullosos de dónde han llegado es también labor nuestra, y por ello hemos de mostrarles el respeto y la admiración que se merecen. A nosotros nos gustará ese mismo reconocimiento cuando hayamos hecho méritos suficiente para obtenerlo.

Javier Arconada Muñoz                                                                                                  Fuente: Edufam

LA EDAD DE LAS PERSONAS

Todos los seres vivos envejecen, todos siguen un proceso por el que se nace, se crece, edades1se madura, se envejece y se muere. En este sentido, el universo es igualitario, pero no equitativo. En la naturaleza encontramos unas vidas que no alcanzan las 24 horas, en el caso de algunos protozoos unicelulares, y otras que llegan a los 129 años, por ejemplo la tortuga de Carolina.

El ser humano se halla entre los más longevos. Su máximo de vida de especie, marcado genéticamente, está situado alrededor de los 120 años. Pocos han sido los que han llegado a estas edades, pero los que lo han logrado han vivido en buenas condiciones casi hasta los últimos días.

Se habla de diferentes tipos de edades:

La edad cronológica: es la edad que se determina por la fecha de nacimiento.

La edad biológica: es la edad en relación con el grado de envejecimiento. No existe en la actualidad ninguna prueba capaz de determinar la edad biológica de una persona. Pero es evidente que unas personas envejecen con más rapidez que otras. Esta edad es quizás la que más se acerca a la verdadera edad de la persona. La marca genética más la acumulación-producción de radicales libres según nuestro modo de vida, son los que determinarán nuestra longevidad, y, sobre todo, el modo de envejecer, es decir, la manera en la que se viven esos años

La edad psicológica: es la determinada por los rasgos psicológicos de cada grupo de edad. Sin duda alguna, este concepto de edad es uno de los más importantes, puesto que una persona es mayor si se siente mayor. Cada edad tiene su rasgo psicológico determinado, por lo que sería un grave error pretender que una persona de 80 años pensara como uno de 40 o uno de 20. Lo que sí resultaría acertado y posible sería la eliminación de los rasgos psicológicos negativos que no deben de asociarse a la edad.

La edad social: es la edad marcada por circunstancias económicas, laborales y familiares. De este modo, la jubilación marca una edad social por pertenencia a un grupo social con importantes cambios en diferentes aspectos (laboral, económico y de recursos).

La existencia de una correlación entre estas cuatro edades es lo habitual.

¿Cuál de ellas es la más importante?

Las personas mayores, cuando se les pregunta por ellas y por su relevancia, sitúan a la edad cronológica como la menos importante. Lo fundamental no es tener 85 años, sino sentirse de acuerdo con su edad, con su salud, con su rol social.

Al conjunto de las edades biológica, psicológica y social se le conoce con el nombre de edad funcional, es decir, edades en que la persona es capaz de realizar una vida autónoma (mantiene su capacidad de decisión) e independiente (no necesita de una persona para realizar las actividades básicas, de relación y sociales de la vida diaria).

En el momento actual cabe la opción de influir de forma positiva o negativa en esta suma de edades. La excepción se encuentra en la edad cronológica, la única que no podemos modificar.

Hugo Pinaud Rojas