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EXPOJUBILADOS

Expojubilados, el Salón Internacional de Turismo, Economía, Sociedad y Cultura, se celebrará en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Torremolinos en Málaga

(España), los días 23, 24, 25, 26 y 27 de Febrero de 2011. Será la mayor concentración de empresas relacionadas con los gustos y preferencias de las personas que están disfrutando su jubilación. Profesionales y particulares coincidirán en un solo espacio donde conocer las últimas novedades del mercado.

El objetivo principal de Expojubilados es dinamizar todos los sectores económicos como el desarrollo y mantenimiento de capacidades y habilidades, tanto físicas como psiquicas, así como una ocupación positiva del tiempo libre y de ocio -el ocio no se jubila-.  Después de los 65 años comienza a vivirse una etapa de la vida que para muchos requiere de un aprendizaje de aceptación con alegría la edad dorada. Además, este colectivo se está consolidando como uno de los que más reforzados están saliendo de la crisis en diferentes partes del globo.

Expojubilados será un escaparate al mundo del turismo, economía, cultura y sociedad donde se presentarán las nuevas tendencias en todos estos ámbitos. Las empresas tendrán la posibilidad de darse a conocer como tales, y de entablar relaciones comerciales con otras compañías. Estarán repartidas entre 180 stands, en una Exposición que espera la visita de más de diez mil visitantes.

El perfil del expositor es el de operador turístico, agencias de viajes, organismos oficiales de turismo, Ayuntamientos, belleza, moda y complementos, empresas de transporte, hoteles, balnearios, asociaciones profesionales, turismo rural, compañías aseguradoras, centros médicos, mascotas, restaurantes y eventos, entre otras.

Por su parte, se espera la visita de especialistas en turismo de negocios, técnicos de turismo y guías turísticos, funcionarios de organismos turísticos, tour operadores, agencias de viajes y público en general. En conjunto, se trata de una oportunidad única de establecer rondas de trabajo, reuniones y ventas directas.

Y es que el establecimiento de relaciones comerciales en un sector que cada vez demanda nuevos productos y mejores calidades, es primordial en momentos como estos. Expojubilados se presenta no como una posibilidad, sino como una realidad, un tren en el que hay que

Subirse y no bajarse.

¿CÓMO CONTACTAR?

Para ponerse en contacto con Expojubilados, puede hacerlo a través de los siguientes medios:

Lola Jiménez

Expojubilados.com

Tel.: (+34) 902.400.669

Fax: (+34) 902.886.153

info@expojubilados.com

www.expojubilados.com

TERCERA EDAD: CULMINACIÓN O DECADENCIA DE LA VIDA?

plenitud1A pesar de que los avances de la medicina en estas últimas décadas han permitido prolongar la vida, no hemos conseguido garantizar para todos aquellos que lleguen a «viejos» que esta etapa de su vida se desarrolle con la calidad necesaria. Es una realidad contrastada que la población del mundo occidental ha ido envejeciendo progresivamente. Estimaciones muy recientes del Departamento Económico y Social de la Organización de Naciones Unidas, señalan que España tendrá en el año 2050 la población más anciana del mundo: por cada 3,6 personas de más de sesenta años sólo habrá una con menos de quince.A medida que aumenta su número, la vejez se ha ido convirtiendo en una fuente de problemas diversos (de índole personal o antropológico, de índole social y de carácter médico). A pesar de que los avances de la medicina en estas últimas décadas han permitido prolongar la vida, no hemos conseguido garantizar para todos aquellos que lleguen a «viejos» que esta etapa de su vida se desarrolle con la calidad necesaria.Para hacernos una idea general de la situación de nuestros mayores (considerando como tales a aquellos que tienen más de 65 años), diremos que la mayoría viven en compañía de su cónyuge, siendo frecuente también los casos en los que cohabitan con sus hijos y nietos. Sin embargo el porcentaje de ancianos que viven en soledad sigue siendo muy alto (cercano al 20%), y tan sólo existen 3 plazas de residencias públicas y privadas para cada cien mayores. A estos datos hay que añadir el importante número de ancianos que viven en absoluta soledad en España (calculado en alrededor del millón y medio).

Como en casa propia….. Los ancianos prefieren mantenerse en un ambiente doméstico, en sus hogares. El problema es que suelen vivir en las casas más viejas y deterioradas, y en  algunos de los casos en zonas de alta tasa de criminalidad (lo que les convierte en víctimas ideales en potencia). El vivir en su casa permite a nuestros mayores el no tener que acostumbrarse a otro entorno distinto, el poder llevar una vida más «normal» para ellos y el evitar el riesgo del desarraigo familiar. El objetivo principal de la asistencia geriátrica hoy en día es también que el anciano permanezca en su domicilio habitual, o que se reintegre a él, naturalmente en condiciones de bienestar y seguridad.Sin embargo cuando la atención domiciliaria resulte deficiente o imposible se hace preciso analizar la opción de desarrollar la atención al anciano en residencias.

Residencias, ¿la solución? Las residencias ofrecen a nuestros mayores la posibilidad de estar mejor atendidos, de poder disfrutar de la compañía de personas de su edad con las que poder charlar, pasear, compartir vivencias y experiencias, etc. Por contra está el problema ya mencionado del desarraigo familiar, así como el tener que cambiar, en mayor o menor medida, de estilo de vida. En la actualidad la mayoría de las residencias se encuentran orientadas hacia la creación de un clima «familiar», por lo que suelen ser bastante limitadas en cuanto al número de residentes. En ellas se intentará facilitar la convivencia de todos, fomentar el apoyo mutuo y realizar actividades que permitan a los ancianos seguir sintiéndose activos y útiles. Este estilo de residencia evita la masificación, que genera despersonalización, y la pasividad, que aumenta el sentimiento de frustración.

Una nueva tendencia Durante los últimos años se está expandiendo por toda Europa la creación de construcciones y espacios destinados específicamente al acomodo de personas con edades en las que una atención médica frecuente se hace muy necesaria.Son complejos que acomodan su localización geográfica (espacios alejados de la polución de las ciudades para aliviar y mejorar la función respiratoria) y su arquitectura a las necesidades y limitaciones de nuestros abuelos.La idea reside en construir los diferentes edificios que la componen de forma que estén intercomunicados entre ellos, de manera que se pueda realizar el acceso e intercambio entre ellos de forma segura y fácil para los mayores (gracias a rampas, ascensores, pasillos, etc.).

Vida social, atención médica La mayoría de estas instalaciones incluyen una zona destinada a la vida social de sus habitantes, donde puedan charlar animadamente, hacer ejercicio en el gimnasio, recibir a las visitas, crear lazos afectivos, etc.; un centro asistencial operativo las 24 horas del día para poder afrontar con rapidez y con garantías cualquier contratiempo de salud, y habilitado para las posibles labores de rehabilitación post-operatorias; y el área destinada a las viviendas. De esta manera se hace compatible la idea surgida inicialmente en Gran Bretaña en los años 50 consistente en crear un «Hospital de Día Geriátrico». Esta institución es un centro médico destinado a completar la recuperación física, psíquica y social del anciano, sin sufrir largos e innecesarios días de hospitalización. Así el anciano podrá disfrutar, cerca de su alojamiento y en compañía de sus seres queridos, de todos los cuidados médicos que fuesen necesarios.Por poner uno ejemplo de los precios de estas Urbanizaciones para Mayores, diremos que la Urbanización «Los Manantiales» (situada en Sevilla La Nueva, Madrid), un apartamento doble para dos personas (con salón-comedor, cuarto de baño, dormitorio y terraza) cuesta 10.150.000 pesetas, mientras que los apartamentos estudio (con zona dormitorio-estar y cuarto de baño) tienen un precio de 6.750.000 pesetas.

El problema económico Una de las mayores dificultades con las que se encuentran los mayores a la hora de poder disfrutar de una buena calidad de vida es obviamente el aspecto económico.La jubilación supone una disminución en el salario de un 50 a un 65% y, en general, los ancianos tienen un salario que es la mitad del de las personas más jóvenes. Sus gastos son también menores, pero estas reducciones muy pocas veces compensan la rebaja sufrida en sus salarios. Si a esto añadimos que las personas mayores de 65 años recurren a la asistencia sanitaria cuatro veces más que el resto de la población, entenderemos el que el cuidado de la salud, así como el disfrute del ocio y del tiempo libre sean las mayores preocupaciones económicas de este segmento de la sociedad.

Saber vivir la vejez El otro factor fundamental a la hora de que los mayores disfruten como se lo merecen de su vida reside en ellos mismos: es el factor psicológico.Es fundamental para poder vivir feliz el ser capaz de afrontar la vejez como el resultado de los avances de la medicina, y ver que la alcanzan quienes han logrado mantener determinados niveles de salud. La vejez debe ser considerada como la culminación, y no la decadencia, de una vida.La época de la vida en que uno es más propenso a padecer una gripe, un ataque de artrosis o una simple torcedura de tobillo, es también el momento en que se dispone de más tiempo libre para dedicarlo a conocer en profundidad y a cuidar el propio cuerpo. El tiempo libre de la jubilación resulta una buena ocasión para cuidar la salud, visitando regularmente al médico o intentando disfrutar de la práctica de algún deporte. Conseguir que los mayores que nos rodean se sientan orgullosos de dónde han llegado es también labor nuestra, y por ello hemos de mostrarles el respeto y la admiración que se merecen. A nosotros nos gustará ese mismo reconocimiento cuando hayamos hecho méritos suficiente para obtenerlo.

Javier Arconada Muñoz                                                                                                  Fuente: Edufam

LOS ADULTOS MAYORES, ¿son una carga económica para la sociedad?

2trabajLos adultos mayores hacen grandes aportaciones al desarrollo económico de sus sociedades, pero aún así pervive el mito de que en los años venideros, las sociedades no podrán solventar el suministro de apoyo económico y atención de salud a los adultos mayores

Dos hechos paralelos alimentan ese mito. Uno de esos hechos es el reconocimiento, cada vez más claro, del gran número de ciudadanos que en este milenio vivirán hasta edades más avanzadas.
El segundo mayor hincapié que se está haciendo en las fuerzas del mercado en casi todo el mundo, y el debate conexo sobre el papel adecuado del estado, a la hora de brindarles a sus ciudadanos ingresos seguros y atención de salud.
En muchos países, más los industrializados, existe una preocupación creciente frente a los niveles de gasto del estado en la esfera de la protección social, y se debate si los costos correspondientes se pudiesen reducir abriendo más la protección social a la competencia del sector privado.
Es de lamentar que este debate mundial ha puesto énfasis en el costo que representa para la sociedad el suministro de pensiones y atención de salud a los adultos mayores, en lugar de ponerlo en los aportes económicos constantes y sustanciales que los ciudadanos de edad más avanzada hacen a la sociedad, y ha dado lugar difundiendo este mito; sin embargo, los hechos demuestran que ello no es reflejo fiel de la realidad.
Hay que tener en cuenta dos aspectos importantes: el trabajo y la protección brindada por las pensiones públicas.

Los adultos mayores trabajan
La mayoría de las personas de edad, en todo el mundo, siguen trabajando con o sin remuneración, haciendo aporte sustancial a la prosperidad económica de sus comunidades. No hay ninguna base económica ni biológica para la jubilación a una edad fija, con el promedio entre 60 y 65 años en los países desarrollados.
En realidad, en las economías nacionales, en las que predomina la agricultura, la mayoría de los adultos mayores, tanto hombres como mujeres, siguen trabajando en la producción agrícola hasta estar físicamente incapaces de realizar sus tareas, hecho que a menudo ocurre en una etapa muy avanzada de la vida.
A su vez, en las sociedades desarrolladas, se reconoce cada vez más ampliamente, que los adultos mayores deben tener plena libertad para trabajar todo el tiempo que deseen.
La edad no debería impedir ni obstaculizar en modo alguno los afanes de una persona para conseguir trabajo, debiendo reconocerse y recompensarse los beneficios de la edad.
En épocas de gran desempleo se ha hecho fácil alentar a las personas a dejar su empleo remunerado, a fin de liberar puestos para individuos más jóvenes que buscan trabajo; sin embargo, se ha investigado que la realidad del mercado laboral es mucho más compleja y que el retiro temprano no se traduce necesariamente en puestos para los jóvenes, quienes pueden carecer de adiestramiento o las aptitudes necesarias para reemplazar al adulto mayor.
De hecho, los trabajadores experimentados de más edad, resultan necesarios para el mantenimiento de la productividad y para que los empleadores y clientes puedan contar con la estabilidad de fuerza laboral.

Las pensiones protegen contra la pobreza
Hoy muchos adultos mayores cuentan con planes de pensión que protegen de la pobreza, y el crecimiento de esos planes de retiro se relaciona con la industrialización de las economías, la urbanización de los vínculos familiares tradicionales, y representan un enfoque colectivo para permitirles compartir recursos a las personas en edad laboral y los que ya se han retirado.
La seguridad de ingresos preocupa no solo a las personas de edad, también a sus familiares, en muchos países en desarrollo se ha dado el carácter de crítico al problema de la pobreza en los adultos mayores, mientras que antaño las familias estaban dispuestas a cuidar de sus mayores y aún en condiciones de hacerlo hoy, el mundo cambiante limita sus posibilidades para asumir esas funciones tradicionales.

Invertir en una población que envejece significa:
* Programas de aprendizaje a lo largo de toda la vida, para aumentar las posibilidades de que los adultos mayores consigan empleo.
* Eliminación de la discriminación por razones de edad en el lugar de trabajo.
* Promoción de políticas que garanticen la seguridad de ingresos, para ofrecer una protección económica adecuada a los adultos mayores, a través de planes de pensión públicas y privadas fiables.
* Acceso a una atención de salud adecuada para prevenir la pobreza debida a la mala salud.
* Adaptación de las políticas de pensiones, para aumentar al máximo las posibilidades de elección individuales y la flexibilidad del mercado laboral.

Muchos decenios de experiencia en materia de seguridad social en Europa, América del Norte, Australia, y otros países, demuestran que un enfoque colectivo para brindar ingresos seguros y atención de salud a los adultos mayores se han implementado con un buen funcionamiento.
Se calcula que en muchas sociedades industrializadas, más de la mitad de los adultos mayores caerían en la pobreza si no contaran con las prestaciones de las pensiones públicas.
La experiencia reciente también ha puesto de relieve la necesidad constante de adaptar y reajustar dichos programas, en función de condiciones socio-económicas cambiantes, como ejemplo, la edad para jubilarse, las prestaciones, etc., la capacidad de los programas de retiro se verían amenazadas.
La experiencia del siglo XX, en cuanto a la protección en el ámbito de la seguridad social, demuestra la importancia entre el nivel de ingresos y la salud.
La pobreza se relaciona con la mala salud, que junto con la incapacidad, constituye amenaza principal para la seguridad de ingresos en muchos países en desarrollo, donde la nutrición deficiente y las malas condiciones de vida, dejan a muchas personas en estado de demasiada debilidad, como para tener un volumen de producción suficiente para satisfacer sus necesidades de subsistencia.
El acceso a la atención de salud es fundamental para ayudar a los trabajadores a recuperar su capacidad laboral y asegurarse de que los niños crezcan para convertirse en adultos sanos, capaces de participar productivamente en la sociedad.
Por consiguiente, las políticas de salud, deben adoptar un enfoque basado en el ciclo de vida, que se enfrente a los problemas de salud desde su comienzo, permitiendo así que las personas envejezcan sin discapacidades ni enfermedades crónicas.
El número creciente de personas de edad que esperan recibir atención de salud y pensiones por vejez no debe ser visto como amenaza o crisis, sino que, más bien, representa una oportunidad para formular políticas que en el futuro puedan asegurar niveles de vida dignos para todos los miembros de la sociedad, tanto jóvenes como adultos mayores.
Los países deben establecer marcos estratégicos para la coordinación de reformas de salud, sociales y económicas y para aumentar el nivel de comprensión del público sobre las elecciones que hay que hacer en cuanto a políticas.
El reto más grande que se les plantea a las sociedades actuales no radica en el envejecimiento de las poblaciones, sino precisamente, en la necesidad de analizar y realizar cambios pertinentes en las políticas sanitarias, sociales y económicas.

Autoras: Adriana Saldaña Lozano, Gloria Molina Pérez