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FACTORES PSICO-SOCIALES QUE INTERVIENEN EN EL ENVEJECIMIENTO.

33Para poder lograr un concepto adecuado de lo que es el envejecimiento, hay que cumplir todo el desarrollo entre la temprana adultez y la vejez propia mente dicha. A menudo los problemas de ajuste de la persona mayor son simples variaciones de sus dificultades durante la edad media. La forma en que una persona resuelva sus problemas en la edad adulta será un buen índice de cómo bregará con ellos en los años de la vejez. Lo que haya ocurrido en la biografía de la persona indudablemente influye en su concepto de la vejez.

Alguien ha dicho que la vejez no tiene remedio. Sin embargo, es un mal que puede aliviarse en muchísimos aspectos. Si se observa detalladamente, el proceso de crecer puede ser hasta más difícil que el de envejecer.

En el proceso de saber vivir la vejez mucho cuentan las actitudes y acciones de la sociedad en que el individuo envejece.

La vejez no es una enfermedad: es un estado de graduales cambios degenerativos, de lento desgaste, pero no es una enfermedad ni tiene que venir acompañada de dolores ni angustias. Hay enfermedades propias de la vejez, lo mismo que hay enfermedades propias de la infancia; pero eso no quiere decir que la infancia sea una enfermedad, como tampoco lo es la vejez.

En el proceso de envejecer ocurren cambios progresivos en las células, en los tejidos, en los órganos y en el organismo total. Es la ley de la naturaleza que todas las cosas vivan cambian con el tiempo, tanto en estructura como en función.
El envejecimiento empieza con la concepción y termina con la muerte. La gerontología se interesa principalmente en los cambios que ocurren entre el logro de la madurez y la muerte del individuo, así como en los factores que influyen en estos cambios progresivos.

Se hace extremadamente difícil señalar cuándo comienza la vejez. Esto se debe a las numerosas diferencias individuales que existen en el proceso de envejecer. No solamente hay variaciones entre individuos, sino también entre distintos sistemas de órganos. Orgánicamente hablando, el individuo en cualquier edad es el resultado de los procesos de acumulación y destrucción de células, que ocurren simultáneamente.

El envejecimiento comienza bien temprano en la vida. Distintas partes de la anatomía envejecen a ritmos diferentes. Específicamente, se ha señalado el caso del arcus senilis (arco senil o círculo del envejecimiento), que es la parte coloreada de los ojos de las personas viejas. Generalmente, tal cambio puede observarse por primera vez realmente, alrededor de los 80 años, pero en otras personas puede notarse a los 50.

Lo prevaleciente es la noción de que la vejez es resultado inevitable del deterioro orgánico y mental. Tal deterioro se hace visible a mediados de la vida. De ahí en adelante, progresa a un ritmo acelerado.

En lo referente a los factores biológicos, se ha apuntado certeramente que los cambios que ocurren en el proceso de envejecer son los mismos en todas partes del mundo. En este sentido parece inevitable que el organismo humano pasa a lo largo de un ciclo que comprende la concepción, el nacimiento, el desarrollo durante la niñez y la adolescencia, la plenitud, la declinación y la muerte. Envejecer como proceso biológico tiene extensas consecuencias sociales psicológicas. Hasta este momento, la atención de la sociedad se ha orientado mayormente hacia la provisión de ciertos auxilios a los ancianos en sus necesidades biológicas: alimentación, salud física y albergue.

La vejez es un proceso multifacético de maduración y declinación, pese al hecho de que en todo instante hay lugar para el crecimiento. Las investigaciones señalan que se empieza a envejecer antes de los 65 años. Ya para fines de la cuarta década, hay declinación en la energía física. También aumenta la susceptibilidad a las enfermedades e incapacidades. Se va haciendo cada vez más difícil, mantener la integración personal, así como la orientación en la sociedad.

Finalmente, de una manera inexorable, unos antes y otros después, viene la declinación general. El individuo acaba retrayéndose de las actividades. Depende mucho de los que le rodean. Si las relaciones con otros son tirantes, el anciano busca el aislamiento y la soledad. El temperamento puede tomarse agrio. Surge en muchos casos la mala salud física. Los ingresos económicos pueden ser insuficientes. Hay una multitud de problemas de índole social y psicológica que cae sobre el anciano y sus familiares, las situación no es fácil para la persona vieja ni para sus relacionados. El anciano no quiere construir un estorbo. Para los familiares, el hecho de tener la responsabilidad de personas mayores constituye un serio impedimento en el disfrute de sus afanes de vida y en la realización de sus proyectos y aspiraciones.

En la vejez es muy difícil separar las incapacidades de índole física de los efectos desintegrantes de conflictos que, por ser prolongados y arduos, dejan una huella psíquica profunda en el individuo. El proceso de envejecer abarca toda la personalidad. El deterioro en la vejez no es sólo en la estructura, sino también en la función y, por tanto, un resultado de las tensiones emocionales.

Una vez más se reconoce que la personalidad humana es una integración, una totalidad indivisible. Todos sabemos que una persona sufrida, en el aspecto emocional, envejece físicamente de la noche a la mañana.

Se debe que reconocer desde un principio que, al encarar la personalidad humana, estamos afrontando un conjunto de fuerzas intrapsíquicas en interacción con la cultura y la biosfera, es decir, el ambiente total en que se desenvuelve la vida hombre. La lucha del ser humano, en todo momento de su vida, es lucha dentro de un ambiente físico, social y cultural. No se puede negar que a lo largo de la vida se van reduciendo los recursos de adaptación del ser humano. En muchos sentidos, envejecer no es otra cosa que la pérdida de esta capacidad de adaptación.

SEXUALIDAD EN LA VEJEZ: Problemas de salud, factores emotivos y psicosociales.

SEXUALIDAD y problemas de salud
Aunque la incidencia de la disfunción eréctil aumenta con la edad, esto es asociado primero a la tasa de aumento de los problemas de salud, más bien que a la vejez.

Varios disturbios endocrinologiítas, vasculares y neurológicos, pueden molestar las funciones sexuales, como muchas medicamentos y intervenciones quirúrgicas.

Estés factores sanitarios son predominantes en las personas mayores y, por lo tanto, no es sorprendente identificar en la edad avanzada un aumento de los problemas de tipos biológicos.

Los medicamentos que afectan el sistema nervoso autónomo pueden molestar la función sexual.

Muchos medicamentos utilizados por las personas mayores, tale como antihipertensiones, los antidepresores, los tranquilizantes y algunos medicamentos para la hipertensión, pueden comprometer la función eréctil y la libido.

Algunos medicamentos pueden hacer difícil la eyaculación al hombre, otros reducen el deseo sexual femenino.

SEXUALIDAD y factores emotivos
La sexualidad es a menudo un equilibrio delicado de emoción y de factores psicológicos. Si ustedes están demasiado inquietados acerca de la impotencia, ustedes pueden ocasionar tanto estrés da causarla.

Parejas mayores pueden tener los mismos problemas que afectan las personas de cualquier edad.

Pero pueden sufrir ulteriores problemas relacionados a la vejez, como la jubilación, otros cambios de modo de vida o enfermedades. Estés problemas pueden causar dificultades sexuales.

Hombres mayores experimentan problemas y preocupaciones sexuales que no son diferentes de los de los jóvenes; no obstante los factores biológicos y psicológicos pueden  necesitar un controlo cuidadoso.

SEXUALIDAD y factores psicosociales
Otros factores psicológicos que afectan las función sexual en la vejez:
La actitud negativa hacia el sexo adquirido desde la juventud puede seriamente afectar la capacidad de apreciar el sexo en la vejez.
Muchos parejas ancianas deben enfrentar los problemas de «monotonía» y de aburrimiento con la relación a largo plazo que pueden desfavorablemente afectar la relación sexual.
Una relación o un casamiento sin amor en la edad media, puede minar una experiencia sexual o una relación, cuando una ocasión se presenta tardía.
Las sanciones religiosas que limitan el sexo al factor reproductivo estricto y desconocen la importancia de la intimidad, del amor y del placer sexual para el bienestar, rehúsan una necesidad humana importante.

Otro factor que necesita ser discutido como factor que influye en el funcionamiento sexual de la edad avanzada, es la oportunidad. Esto puede ser afectado por la disponibilidad de un amante y también por las condiciones de vida del individuo o de la pareja.
Fuente: virilplant

EL ENVEJECIMIENTO EN EL MUNDO

eterna-juventud
El envejecimiento es un tema mundial dado que afecta en términos globales a la totalidad de la población del planeta. El siglo XX ha visto una revolución en la longevidad con el aumento en la esperanza de vida en casi veinte años desde
1959 hasta 1966 y la expectativa es que se extienda diez años hacia el 2050. El número de personas de 60 años y más crecerá de 600 millones en el año 2000, a 2.000 millones en el 2050. Este fenómeno adquiere una intensidad y una
duración que carece de precedentes en la historia de la humanidad. A mitad del siglo XX el porcentaje de personas mayores de 60 años alcanzaba al 8% de la población mundial en tanto que para mediados del siglo XXI se estima que esta cifra se elevará al 21%. El proceso de envejecimiento es diferencial por regiones de acuerdo a los procesos de transición demográfi ca específi cos de cada zona.
En las regiones más desarrolladas –por continentes en Europa, Norteamérica y Oceanía– adquiere mayor intensidad, en tanto que en Asia y África todavía no ha llegado a adquirir tal magnitud. América Latina se encuentra en un punto
intermedio entre ambos polos (United Nations, 2002). Este proceso tiene consecuencias en todos los niveles de la organización social, desde los aspectos económicos ligados a los mercados de trabajo, los sistemas de seguridad social
y las transferencias intergeneracionales hasta los aspectos sanitarios vinculados a los sistemas de salud pasando también por los aspectos culturales y sociales referentes a los cambios que en la dinámica y composición familiar implica la convivencia de varias generaciones, sea o no en el mismo techo.
Dado este contexto, a partir de la Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento realizada en Madrid en el año 2002 los organismos internacionales han reconocido el envejecimiento como un fenómeno mundial que implica
transformaciones de toda índole en las distintas sociedades. En esta Asamblea se adoptaron compromisos ofi ciales asumidos por los gobiernos para responder a los desafíos que plantea el envejecimiento en todas sus dimensiones y surge a la vez un documento programático que se propone acciones concretas a desarrollar en tres áreas: 1) las personas de edad y el desarrollo, 2) el fomento de la salud y el bienestar en la vejez y 3) la creación de un entorno propicio y favorable.
A partir de estas recomendaciones a nivel mundial, se desarrolla en noviembre del 2003, una reunión de carácter regional en Santiago de Chile, para analizar la implementación para América Latina y el Caribe del Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento. En este encuentro se plantean metas, objetivos y recomendaciones para la acción a favor de las personas mayores en cada una de las tres áreas prioritarias.

Del libro: «Sedimentos y transformaciones en la construcción psicosocial de la vejez.»
de Fernando Berriel, Mariana Paredes y Robert Pérez