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METODO PARA REJUVENECER

CUERPO Y ÁNIMO EN FORMA

Queridas amigas

El Golden Age Women nace del propio resurgimiento de la mujer, en una nueva etapa trascendental de su vida. Usamos como referencia la mediana edad, que es cuando empieza esta época dorada. Después de los cincuenta, nos alejamos de la tierna juventud y al encontramos en otra fase de nuestra naturaleza femenina, ocurren notables cambios en todo nuestro ser. Esa metamorfosis precisa de una atención especial por nuestra parte, para descubrir y desarrollar las más óptimas cualidades que pueda proporcionarnos. Es un proceso irrevocable que realmente significa una evolución, en la cual, precisamos trabajar el autoconocimiento, para influir en nuestro porvenir y provocar estímulos favorables, que den como resultado una preciosa transformación. A partir del medio siglo de existencia y en adelante, las mujeres protagonizamos alteraciones metabólicas y la suma de múltiples circunstancias que hemos de aprender a asumir y aprovechar. Gracias a esa situación desconcertante se produce una oportunidad irrepetible y maravillosa. Desde esas bodas de oro con nuestra vida, podemos establecer un pacto de lealtad con nosotras mismas, ganando en autoestima para propiciar nuestro bienestar y curarnos en salud.

Sin embargo, si no nos resistimos a la presión mediática y a la morbosa pesadilla de las frívolas e insustanciales mentalidades y opiniones que nos arrastran hacia una vejez frustrante y desagradable, esta nueva morada puede convertirse indefectiblemente en un transtorno traumático y patético. Si no le ponemos remedio, desde la propia convicción y con un criterio lo suficientemente sólido, las mujeres somos desahuciadas –salvo en ocasiones excepcionales- por lograr cierta edad y sucesivamente. Si no reaccionamos y nos sometemos pasivas a esa cruel y desatinada sentencia las consecuencias suelen resultar fatales, puesto que las confirmamos con la peor actitud. No es de extrañar entonces que cuanto más avanza nuestra vida, más frustraciones  y miedos nos persigan y deterioren. Nos pueden afectar tanto que lleguemos a contribuir al aumento de las enfermedades, al sentirnos más vulnerables y bajar las defensas con nuestra apatía. La veteranía puede ser vista desde esa triste perspectiva como un fracaso o incluso el final de nuestros sueños y aspiraciones de felicidad.
Pero, si recuperamos la sensatez y hacemos uso de nuestro entendimiento, usaremos el tiempo como un aliado que juega a nuestro favor e intuiremos en el devenir un filón a nuestro alcance, gracias a la oportunidad que nos brindan los próximos retos y las ventajas de este momento extraordinario. Aquello que aparentemente se interpreta como una pérdida de facultades es en realidad una reciente faceta que explorar, otra calidad añadida a nuestra antigua naturaleza, capaz ahora de adquirir valores, aptitudes y beneficios a largo plazo, que van a enriquecer y embellecer nuestra personalidad y nos ayudarán a crecer en todos los niveles, desde los más evidentes y perceptibles hasta los más insospechados y sutiles.

Esta sensibilidad más intensa se basa en el desarrollo gradual de un ejercicio físico y de la psique, inspirado en la creatividad artística de la emoción que produce la belleza en su estado puro. Es decir, sin prejuicios impuestos, sin modelos a imitar ni expectativas que cumplir. Escuchando atentamente al cuerpo y mostrando cortesía y respeto hacia él, cada miembro responde agradecido y excelente en su conjunto. El remedio efectivo es el menos agresivo y el más armonizado con la propia conciencia. No intentamos disfrazar los años cumplidos con artificios implantados para fingir que somos quienes no somos. No borramos nuestra experiencia ni renegamos de nuestra historia y humanidad. Queremos mantenernos dignas en un estilo elegante y proporcionado. La filosofía del Golden Age Women es esfuerzo en equilibrio; estiramiento y tonificación del cuerpo a partir de la concienciación mental que lo facilita, ganando en flexibilidad, vigor y satisfacción, mejorando nuestras aptitudes desde múltiples niveles. La inspiración  artística que provoca nuestra dinamicidad, acompañada de una música adecuada, gestos agradables y la respiración correcta garantiza una respuesta inmediata evidente. No queremos repetir o emular comportamientos inmaduros. Esta forma de trabajo evita provocar lesiones exagerando nuestro grado de exigencia en el ejercicio y adiestramiento gimnástico. Muy al contrario; para animar nuestro cuerpo reforzamos el alma femenina, que se suponía jubilada de antemano, pero que ahora florece en su despertar efervescente, desde su edad más noble.

La mujeres doradas somos como el otoño mediterráneo. Esa estación privilegiada y bañada de templanza, en la que la naturaleza culmina pletórica de color, cuando se manifiesta más espléndida que nunca y se ofrece, generosa y dotada de singular excelencia en su plenitud. Con aquel delicioso sabor de la fruta que cae, sabiamente y por su propio peso, justo cuando está en su punto más dulce.

Éste es el espíritu que mueve con vigor nuestro corazón. Con la dinámica de la danza, columpiadas por el aire, acompañadas por los aromas que se desprenden de su tránsito y vuelan con las nubes peregrinas, que cargan con ternura matricial la uterina tierra. Sembradoras y recolectoras de nuestra recreación incesante. Viajamos desde nuestro mundo interior hacia la luz radiante de la expresión excelsa de nuestro virtuoso potencial.  Al compás del latido más íntimo y profundo, a través del roce y el trasiego de un universo de sensaciones reales, para relacionarnos cada vez mejor con todas las cosas. Respirar con paz es hacerle justicia al cuerpo y otorgarle sus derechos. Librarnos de sacrificios estériles y evitar el sufrimiento, dando vía y espacio a nuestro momento, es poner alas a nuestro impulso vital y gozar el inmenso placer de sentirnos vivas.

Un abrazo,
Yara

Para más información: http://goldenagewomen.blogspot.com/
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LA SEXUALIDAD EN EDADES AVANZADAS

2sex2Nuestra cultura desvaloriza en gran medida la última etapa de la vida, la vejez, y en cambio puede ser una etapa tan fructífera como cualquier otra, sobre todo cuando se goza de un estado de salud aceptable. También en lo que a la sexualidad se refiere.
Falsas creencias sobre la sexualidad
Nuestra cultura desvaloriza en gran medida la última etapa de la vida, la vejez, y en cambio puede ser una etapa tan fructífera como cualquier otra, sobre todo cuando se goza de un estado de salud aceptable.

Pero si este aspecto básico se da, el grado de vivencia de estos años no dependerá únicamente de la persona, la sociedad ejerce gran influencia, cargada de mitificaciones erróneas que desprestigian esta etapa, concibiéndola más bien como una etapa acabada, deteriorada y con una percepción de las personas mayores como “viejas”, sin ánimos, inválidas frente a la vida, y en casos más crueles como estorbos.

El negativismo cultural en lo que atañe a la vida sexual en los años avanzados es el reflejo de una actitud y un prejuicio contra el individuo por el hecho de ser mayor, clisado de intransigente, senil con una moral desfasada, carente de capacidades, apenas sin valor social que compense sus defectos… Esto aplicado a la sexualidad, es la manifestación última de la asexuación, “Si te haces viejo, estás acabado”.

Así pues, el ambiente ejerce sobre la población de la tercera edad la creencia y aceptación de un rol estereotipado, viéndose en ocasiones las personas mayores como “inadaptados”. Esta falsa creencia juega un importante papel en la autoestima, la autoconfianza, autoeficacia, rendimiento físico, social, sexual…

El deseo de tener relaciones sexuales y de ser físicamente capaz de llevar a término una relación sexual depende íntimamente de nuestra percepción de nosotros mismos. Si los ancianos aceptan la idea de que son poco atractivos o incapaces desde un punto de vista sexual, su interés, actividad y actuación durante una relación sexual se afectarán de la forma más negativa.

En síntesis, la sexualidad de las personas ancianas está profundamente influida por multitud de estereotipos culturales que rechazan la normalidad de las sensaciones y aptitudes sexuales en ese estadio del ciclo vital. Si bien el mal estado de salud y la falta de un compañero o compañera pueden complicar el desempeño sexual, no existe razón alguna que justifique por sí misma que las personas de edad deban renunciar o interrumpir el disfrute del sexo.

La capacidad sexual en los años tardíos
De forma contraria a lo que se piensa, a saber, que el interés y las capacidades sexuales en las personas mayores de más de 60 años se extinguen por completo, los estudios realizados muestran que muchos individuos continúan teniendo una vida sexualmente activa.
Con la edad, es más frecuente una disminución de la sexualidad pero en términos de frecuencia y vigor de las relaciones. A diferencia de la creencia común, los estudios revelan que el interés sexual persiste en la edad avanzada en un 72% en los hombres y 65% en mujeres. Los porcentajes disminuyen un poco cuando el interés se lleva a la práctica, restringiéndose así en un 42% de hombres mayores que manifiestan tener actividad sexual y un 36% de mujeres mayores que llevan a cabo prácticas sexuales.

Una de las causas importantes en la disfunción sexual es la sociocultural, el miedo y la ansiedad a “fallar”. Tal como se ha dicho, existen multitud de prejuicios en esta etapa en relación con la sexualidad, que inciden de manera directa o indirecta en la respuesta sexual, pero al margen de esto, es importante señalar que el potencial sexual existe toda la vida, aunque sí existen cambios en la respuesta sexual tanto en el hombre como en la mujer.
Cambios en la respuesta sexual
Los cambios más notorios que se producen entre los hombres sexualmente activos, corresponden a nivel de próstata, erección y eyaculación. Se estima que entre el 17 y 28% de la población masculina en edad avanzada tienen problemas en la erección.

Las erecciones pierden firmeza, se necesita una estimulación más prolongada para llegar al orgasmo y las eyaculaciones son más pobres en cuanto a cantidad de semen y espermatozoides, debido a la reducción en la producción de testosterona, aunque su producción es hasta el final de los días.

Entre las mujeres, el grado de interés y de satisfacción sexual no disminuye con la edad, aunque sí la actividad. William Masters y Virginia Jonson, quienes fueron los primeros en investigar la fisiología sexual, ya anunciaron en su día que, “No existe un límite de tiempo para la sexualidad femenina que sea causado por el hecho de envejecer”(´66). Entre las causas más significativas de disminución del deseo sexual en las mujeres, está la pérdida o falta de compañero y las actitudes culturales negativas sobre todo con la llegada de la menopausia.

Sí es verdad que con la menopausia se producen ciertos cambios en la respuesta sexual de la mujer que pueden afectar al placer, ya que se produce una pérdida de elasticidad de las paredes vaginales y una disminución en la producción de lubricación, esto puede producir que las prácticas coitales pueden resultar dolorosas. Con un tratamiento adecuado, como empleo de lubricantes o terapia de sustitución hormonal con estrógenos reestablece el problema de de sequedad vaginal.
Consideraciones relevantes
La mala salud y los fármacos pueden afectar la actuación sexual. Los fármacos administrados para una enfermedad crónica determinada podrían tener efectos sexuales adversos, ya que algunos medicamentos que afectan el sistema nervioso autónomo pueden influir en la respuesta sexual. Los problemas de salud como la diabetes, problemas cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares, hipertensión, artritis…afecta a los vasos sanguíneos y nervios de los genitales, produciendo trastornos sexuales.

Los problemas de salud pueden limitar, pero no por ello significa en la gran mayoría de los casos, ser invalidante para llevar una vida sexual activa. Los hallazgos indican que las personas mayores disminuyen la práctica sexual orientada al coito y hacen más hincapié al placer, las caricias y forma de sentir. En realidad, en cuanto a la vivencia de la sexualidad para los mayores, se pierde con los años actividad sexual en términos de cantidad pero se gana en calidad.

Es de esencial importancia, el nivel de actividad sexual a lo largo de la vida. Cuando se ha llevado una actividad frecuente y vigorosa en años anteriores, se mantendrá una sexualidad activa en los años maduros.

También es de vital importancia la reeducación tanto de los propios ancianos como de la sociedad. Una información adecuada de los cambios que se producen en la vida sexual en la edad adulta es fundamental para gozar con tranquilidad y bienestar de estos años, derrumbando así viejos mitos y prejuicios que solo infundan miedos y restricciones.

En definitiva, todos nos dirigimos hacia el mismo camino y precisamente por ello, la última trayectoria no debe ser percibida con rechazo, lástima o pena. Es preciso cambiar la visión para conseguir una actitud más tolerante hacia la sexualidad entre los ancianos y entre ellos mismos.

Sara Rivero Mañas y Juan J. Borrás Valls
Instituto de Psicología, Sexología y Medicina Espill

OSTEOPOROSIS

osteoporosis

La osteoporosis es la enfermedad ósea metabólica más frecuente, cuya manifestación clínica es la fractura. Se define patológicamente como ‘disminución absoluta de la cantidad de hueso y desorganización de su micro arquitectura, lo que conlleva a un estado de fragilidad en lo que pueden ocurrir fracturas tras traumas mínimos’. Se considera un grave problema de salud pública, siendo una de las enfermedades las más importantes asociadas al envejecimiento.

La fractura del fémur es la consecuencia más dramática de la osteoporosis. Cerca del 15% a 20% de los pacientes con fractura de la cadera se mueren debido a la fractura o sus complicaciones durante la cirugía, o aun más tarde, por embolia o problema cardiopulmonar en un periodo de 3 meses, y un tercio de los fracturados se morirán en 6 meses. Los restantes, en su mayoría, quedan con grados variables de incapacidad.

En aproximadamente el 20% de los casos se puede identificar una enfermedad secundaria a la osteoporosis, y los restantes 80%  son pacientes que padecen de osteoporosis posmenopáusica o osteoporosis senil.

¿Cómo se desarrolla la osteoporosis?

La remodelación ósea es un proceso continuo de retirada del hueso hacia el flujo sanguíneo y la formación de hueso nuevo, ocupando del 20 a 30% del esqueleto a cada momento. Por medio del remodelación, el tejido óseo remplaza células viejas por nuevas (lo que ocurre en todos los tejidos), y el organismo puede disponer de elementos importantes que son almacenados en los huesos, como el calcio.

Los osteoclastos son células responsables por la resorción durante la remodelación.

En el inicio de cada ciclo de remodelación los osteoclastos cavan el hueso, formando espacio en su superficie  y cavidades en su interior. Cerca de dos semanas después los osteoclastos son desplazados por los osteoblastos que, en un periodo aproximado de tres meses llenan el área absorbida con hueso nuevo.

Hasta aproximadamente 30 años de edad la cantidad de hueso resorbido  y repuesto es igual. A partir de entonces, se inicia un lento equilibrio negativo que va a provocar, al final de cada activación de las unidades de remodelación, una discreta pérdida de masa ósea . Se inicia, por lo tanto, un lento proceso de pérdida de masa ósea relacionada a la edad – osteoporosis senil – en la cual, a lo largo de sus vidas, las mujeres perderán cerca del 35% de hueso cortical (fémur, por ejemplo) y 50% de hueso trabecular (vértebras), mientras que los hombres perderán 2/3 de esa cantidad.

Además de esa etapa lenta de pérdida de masa ósea, las mujeres tienen  un osteoporosis_porosidadperiodo temporal de pérdida rápida de hueso, en lo cual la caída de estrógenos circulantes, que ocurre desde la premenopausia, desempeña importante papel. El periodo transitorio de pérdida rápida puede se mantener por 4 a 8 años, en los cuales la pérdida ósea llega hasta el 2% al año. El hueso trabecular es metabólicamente más activo y responde más  a los cambios del funcionamiento  del organismo, lo que puede explicar porque, en esto tipo de hueso, la pérdida ósea se inicia, en ambos sexos, en la tercera década y la masa total de hueso declina de 6 a 8% a cada 10 años. La respuesta a la caída estrogénica es Igualmente más intensa, habiendo gran aceleración de la remodelación ósea y pérdida de 5 a 10% de masa ósea al año en el 40% de las mujeres – osteoporosis posmenopáusica.

Se observa, por lo tanto, dos patrones distintos de cambios en el funcionamiento de las unidades de remodelación que llevarán a ala osteoporosis. Uno es lento y dependiente de la edad – osteoporosis senil – y relacionado a lo defecto en la formación ósea; los osteoclastos producen espacios de profundidad normal o incluso menores, pero los osteoblastos son incapaces de llenarlos totalmente. Por otra parte, las modificaciones que ocurren con la caída de estrógenos llevan a una remodelación donde hay un número mayor de osteoclastos, y cada uno produce una cavidad más profunda; también hay un aumento de actividad de los osteoblastos, los cuales intentan corregir el defecto, pero no lo alcanzan, caracterizándose la remodelación acelerada, donde la actividad de resorción es mayor y, al final de cada ciclo, habrá una declinación  significativa de masa ósea – osteoporosis posmenopáusica.

Factores de Riesgo
La masa ósea del adulto – punto máximo  de masa ósea – refleja la acumulación de tejido óseo que ocurrió durante el crecimiento. Parece alcanzar su límite máximo alrededor de los 17 años de edad, pudiendo extenderse hasta alrededor de los 30 años.

Predisponen a la osteoporosis los factores que inducen a un bajo punto máximo de masa ósea, además de aquellos que son responsables por la pérdida excesiva o baja  en la producción.

Genéticos: raza blanca o asiática

Historial familiar

estatura baja

masa muscular poco desarrollada

Estilo de Vida: baja ingestión de calcio

Sedentarismo
Ejercitación excesiva llevando a la amenorrea (ausencia de menstruación)

Poca exposición solar

Nuliparidad

Tabaquismo(*)
Alcoholismo(*)

Dieta vegetariana(*)

Alta ingestión de proteínas permanentemente(*)
Alta ingestión de cafeína permanentemente (*)
(*) se asocian a otros factores.
Ginecológicos: menopausia precoz sin reposición hormonal
Primera menstruación tardía
Retirada quirúrgica de ovarios sin reposición    hormonal .
Ligadura de trompas (+)
Retirada quirúrgica parcial del útero (+)
(+) riesgo de disminución de la función ovariana por insuficiencia vascular.

Manifestaciones Clínicas

Los síntomas son secundarios a las fracturas. Cuando ocurre en las vértebras, el dolor puede ser de dos tipos. Uno es agudo, localizado, intenso, manteniendo la paciente inmovilizada y relacionada a la fractura en progreso. Inicialmente, en situaciones de dolor agudo, él puede se localizar mal, espasmódico y con irradiación anterior o para la pelvis y miembros inferiores. . La fractura vertebral puede aún no ser observable con precisión en examen radiológico, dificultando el diagnóstico. La paciente se mantiene en reposo absoluto en los primeros días. Aunque sin tratamiento, el dolor disminuye lentamente y desaparece tras dos a seis semanas, dependiendo de la gravedad de la fractura . Cuando la deformidad vertebral residual  es grave, puede permanecer sintomatología dolorosa de intensidad variable o ésta aparecer tardíamente.

Asimismo, si ocurre  con frecuencia, el dolor puede ser de larga duración y localizado más difusamente.

En estos casos, han ocurrido micro fracturas que llevan a deformidades vertebrales y anormalidades posturales y consecuentes complicaciones degenerativas en articulaciones y sobrecarga en músculos, tendones y ligamentos.

Nueva fractura vertebral es común, repitiéndose el cuadro clínico. En las apacientes con dolor persistente, éste se ubica en región dorsal baja y/o lumbar y, frecuentemente, se lo refiere también a las nalgas y muslos. En esta etapa de la evolución de la enfermedad, las pacientes ya tendrán su altura disminuida en algunos centímetros a expensas de las compresiones de los cuerpos vertebrales y al allanamiento de las vértebras dorsales.

El dorso curvo (cifosis dorsal)  es característico, y escoliosis (curvatura lateral), lumbar y dorsal, aparecen muy frecuentemente. Con la progresión de la cifosis dorsal hay una proyección hacia debajo de las costillas y la consecuente aproximación hacia la pelvis, provocando dolor local que puede ser bastante incómoda. En los casos más  avanzados, la inclinación anterior de la pelvis lleva al estiramiento exagerado de la musculatura posterior de miembros inferiores y contractura en flexión de las caderas y consecuentes trastornos para caminar, dolor articular y en partes blandas. Compresión de la raíz nerviosa es muy rara.

Diagnóstico
El criterio actual para el diagnóstico de osteoporosis es la pérdida del 25% de masa ósea cuando se la compara al adulto joven. De hecho, el diagnóstico precoz de osteoporosis se hace a través de densitometría ósea, mientras que el estudio radiológico sólo muestra alteraciones inequívocas cuando hay pérdida del 30% de la masa ósea.

Organización Mundial de la Salud

Criterios para el Diagnóstico de osteoporosis

Normal: valor para densidad ósea hasta 1 desvío-estándar* abajo del promedio del adulto joven de mismo sexo y raza.
Osteopenia: valor para densidad ósea entre 1 a 2,5 desvíos-estándar abajo del promedio del adulto joven de mismo sexo y raza.
Osteoporosis: valor para densidad ósea mayor que 2,5 desvíos-estándar abajo del promedio del adulto joven de mismo sexo y raza.
Osteoporosis severa: valor para densidad ósea mayor que 2,5 desvíos-estándar abajo del promedio del adulto joven de mismo sexo y raza en presencia de una o más fracturas resultantes  de fragilidad ósea.
(*) 1 desvío-estándar es igual a 10%

Estas situaciones son particularmente importantes en mujeres en el periodo perimenopaúsico, pues permite destacarse las perdedoras rápidas de calcio o las que no alcanzaron suficiente punto máximo de masa ósea, y serán candidatas a fracturas vertebrales cerca de diez anos tras la menopausia si no se tratan adecuadamente. De esta amanera, por medio de la densitometría ósea, se puede detectar estados de osteopenia y conceptuarse la osteoporosis a través de la masa ósea y riesgo estadístico de fractura.

Marcadores de la Remodelación Ósea
Se debe destacar que la densitometría ósea propicia el grado de mineralización ósea, siendo una información semejante a una fotografía, inmóvil . Sin embargo, se necesita de pruebas mostrando cuál es la conducta de las células que retiran (osteoclastos) y producen (osteoblastos) hueso.

Sabiéndose que hay alteración en la remodelación ósea (acelerado, normal o lento)  se puede intervenir con medicamentos. Las proteínas medidas son los marcadores de la remodelación ósea y reflejan el estado actual de la actividad ósea. Son clasificadas en marcadores de producción y marcadores de resorción ósea, dependiendo del fenómeno biológico que expresan.

Los marcadores principales de formación ósea son la fosfatasa alcalina ósea y la osteocalcina. Son producidos por los osteoblastos y están aumentados en los estados de remodelación ósea acelerada.

Los marcadores de resorción ósea más utilizados actualmente son la deoxipiridolina y los N-Telopéptido .

La utilización racional de la densitometría ósea  conjuntamente con los marcadores bioquímicos permite:

Detectar perdedoras rápidas de calcio con densidad ósea normal (mujeres en climaterio pre o posmenopáusico reciente) y instituir tratamiento preventivo. En estos casos, tanto marcadores de formación como de reabsorción se hallan elevados. Puede haber una zona de superposición donde, por lo general, aparece  reabsorción acelerada (aumento de deoxipiridolina y/o N-telopéptido) y osteocalcina y/o fosfatasa alcalina ósea próximos al límite superior de la normalidad.
monitorizar el tratamiento  de la osteoporosis de la post-menopausia posibilitando modificar o añadir drogas prematuramente. Se debe repetir las pruebas 2 a 3 meses tras el inicio  del tratamiento. Si no se hallan normales se sugiere revisar adhesión al tratamiento o al esquema utilizado. Las medidas subsiguientes se deben hacer por lo menos 2 veces al año.
Identificar portadores de osteoporosis senil con remodelación acelerada (debido a la alimentación deficiente en calcio, o deficiencia de absorción de calcio por el intestino, el organismo retira del hueso el calcio que necesita circular en la sangre). En estos pacientes, se observa calcio normal, aumento de la reabsorción ósea y formación ósea normal o baja.
Identificar los pacientes con osteoporosis de baja remodelación (senil)

En la osteoporosis con remodelación ósea lenta, los marcadores se hallan normales, y puede haber tendencia a valores próximos al límite inferior. En algunos casos, el tratamiento con estimulantes de la actividad osteoblástica  puede elevarlos.

Tratamiento-Medicamentos utilizados

Los medicamentos utilizados en el tratamiento de la osteoporosis actúan disminuyendo la reabsorción ósea o aumentando su formación.

Agentes antireabsortivos
No hay consenso si estos medicamentos sólo estabilizan o aumentan discretamente la masa ósea, o bien si producen beneficios significativos. El seguimiento de los tratamientos ha demostrado aumento de la densidad ósea y disminución del número de fracturas, pero la ganancia de masa ósea podrá no superar el umbral de fractura, principalmente si tienen iniciación tardía.

Estrógeno
La Reunión de Consenso del III Simposio Internacional sobre Osteoporosis, en 1990, establece que los estrógenos son el tratamiento de elección en la osteoporosis posmenopáusica. La etapa acelerada de la pérdida ósea que ocurre en el 40% de las mujeres luego de la menopausia es responsable por el 30% a 50% de todo hueso perdido a lo largo de sus vidas. Por lo tanto, se debe iniciar el tratamiento prematuramente, a fin de prevenir la caída inicial de masa ósea. Por esta conducta, se consigue disminuir en 50% la incidencia de fracturas. Se debe mantener la reposición hormonal por lo menos 5 a 8 años, correspondiente al periodo del climaterio en que la remodelación ósea es más acelerada. Tras la suspensión del tratamiento, aunque que sea con menor intensidad, vuelven los ciclos a equilibrio negativo, siendo prudente, si no hay contraindicación, la permanencia de la hormonoterapia de reposición por 20 años o más.

Cuando se establece la osteoporosis, los resultados son menos eficaces, aunque todavía positivos. No hay límite de edad para iniciarse la reposición hormonal. En rigor, si la densidad ósea se halla por debajo de un desvío-estándar para la edad, se debe indicar el tratamiento, por lo menos, para mujeres hasta 75 años de edad (ver adelante: terapéutica combinada). Sin embargo, en estos casos, otras drogas antirresortivas se pueden mejor indicar.

Pero siguen las controversias sobre contraindicaciones y los efectos secundarios de estrógenos. Se recomienda a todas pacientes que pretenden usar hormonas que es indispensable la orientación y seguimiento por un ginecólogo.

A continuación, lo que afirman los defensores del uso de estrógenos:

La mayor incidencia de cáncer de endometrio es eliminada con el uso de progestágenos.
Todavía no se estableció que los estrógenos provoquen el cáncer  de mama y su uso no se sigue de mayor mortalidad. Por el contrario, las tomadoras de estrógenos están directamente protegidas porque hacen seguimiento médico adecuado. Aun así, el historial familiar de cáncer de mama es contraindicación al uso de estrógenos.
En cuanto a las enfermedades cardiovasculares , el uso de estrógenos disminuye los niveles de colesterol total y LDL, y aumenta el HDL; además, actúa directamente en estructuras de la pared vascular, produciendo un efecto antitrombótico.  Progestágenos tienen efecto contrario, pero al adecuarse dosis menores alcanzan buenos resultados.

Calcitonina y Bisfosfonatos
Inhiben a la actividad de los osteoclastos. Tienen las mismas indicaciones y resultados que los estrógenos y acción analgésica, lo que resulta atrayente su uso en fracturas por osteoporosis. Es una alternativa para las mujeres que no pueden, o no quieren, usar estrógenos.

Las calcitoninas de salmón son las más resistentes al deterioro en el hombre y, por ello, son las más potentes. Sin embargo, el uso de calcitoninas se halla restricto a los pacientes que no toleran a los bisfosfonatos, además de los episodios de fractura. Siempre que sea prescrito calcitonina, se debe añadir por lo menos una tomada de calcio suplementar 1 a 2 horas después. No antes de 1 año se debe hacer densitometrías de control , y los nuevos marcadores bioquímicos son indispensables en estos casos.

Hay formas distintas de bisfosfanatos con potencia y tiempo de acción distintos, que son utilizados para otras enfermedades óseas. El etidronato es el más antiguo bisfosfonato usado en osteoporosis y, más recientemente, fueron lanzados el alendronato y el residronato. Resultan altamente eficaces.

Se debe administrar los bisfosfonatos lejos de las comidas y se requiere complementación de calcio.

Calcio
Se desconoce la cantidad de calcio alimentario que se requiere para mantenerse la masa ósea. Se propone que adolescentes reciban 1200 a 1500 mg/día, hombres 800 mg, mujeres en la menopausia 1000 mg, mujeres en la postmenopausia 1500 mg, mujeres embarazadas y en periodo de lactancia deben recibir 1200 a 1400 mg/día y adultos mayores 1200 a 1600 mg/día.

El punto más alto de la masa ósea que se alcanza en la edad adulta tienen un componente genético importante pero, seguramente, deficiencia de ingesta y aumento de oferta interfieren en alguna medida. Trabajos que estudiaron la influencia del calcio en la ganancia de masa ósea en osteoporosis de la postmenopausia y senil establecieron que se debe administrar la cantidad  de 1200 a 1500 mg/día.

Puede haber complementación alimentaria y es importante el uso nocturno, principalmente en adultos mayores, debido al ayuno prolongado. Una copa grande de leche, una copa de yogur o un trozo grueso de queso tienen 300 mg de calcio.

Vitamina D3
El uso de vitamina D3 en los adultos mayores es indispensable para aumentarse la absorción intestinal de calcio y estimular la remodelación ósea. Se recomienda el uso de 800 U de vitamina D3 o 0,50 ug de calcitriol o alfacalcidol.

  • Estimulantes de la formación ósea
  • Fluoruro de sodio
  • Fluoruro de sodio es un potente estimulador  de la actividad osteoblástica. Varios

Estudios muestran un aumento de la densidad del hueso trabecular pero, aparentemente, sin reducir el número de fracturas. Son muy poco utilizados, limitándose a las situaciones donde se necesita estimular el osteoblasto (ver terapéutica combinada).

Paratohormona (PTH) intermitente en dosis bajas
El efecto positivo sobre el aumento de la densidad ósea con el uso de PTH en dosis bajas intermitentes ha sido citado en la prensa laica. Aún se está usando sólo para efectos de investigación. Al igual que ocurre con el fluoruro, al parecer, dependiendo de la dosis y tiempo de uso, la PTH puede aumentar la osteoporosis. Mientras que estas cuestiones no estén  resueltas, no se podrá usar  la PTH, ordinariamente, para el tratamiento de la osteoporosis.

Ejercicios y prevención de caídas
En una extensa revisión, se ha concluido que los ejercicios de carga son útiles como adyuvantes del tratamiento, en cualquier edad. Se debe mantenerlos con regularidad, pues el sedentarismo lleva a la pérdida de lo que se gana con los ejercicios previos. También se debe estimular a los individuos no osteoporóticos a la práctica de ejercicios tales como caminar y correr. La manutención de una musculatura potente, además de la destreza que la práctica de ejercicios y deporte conllevan son importantes para la prevención de las caídas. Se debe aconsejar a los adultos mayores a evitar calzados con suelas de cuero, escaleras sin pasamanos, levantarse rápidamente, alfombras sueltas, piso encerado y tantos otros factores de riesgo para caídas.

Terapéutica Combinada.
La racionalización de esta propuesta es activar, deprimir, liberar, repetir. Parece ser el esquema más adecuado al tratamiento de la osteoporosis senil. Inicialmente, se administra un medicamento para estimular la formación y, luego, otro que disminuya la reabsorción ósea. Un periodo libre, teóricamente, permite a las áreas de remodelación que aumenten la producción de hueso. Diversos esquemas se han puesto a prueba. Al parecer, es sensata la asociación fluoruro de sodio/calcio como estimulantes de los osteoblastos, y calcitonina o bisfosfonatos como depresores de la actividad de los osteoclastos. La dosis de fluoruro de sodio que se recomienda es de 30 a 40 mg al día durante 2 a 3 meses, y la oferta de calcio al diario cerca de de 1500 mg, siempre con una tomada de noche. Se debe mantener el calcio incluso tras la suspensión del flúor . Debido a la intolerancia que los pacientes mayores pueden presentar, la asociación medicamento/leche o yogur es una buena alternativa. Vitamina D3 800 U o 5,0ug de calcitriol o alfacalcidol son indispensables para los adultos mayores. Cuando disponible, la PTH deberá ser el estimulante de elección.

Conducta hacia la Mujer en la Perimenopausia
No se dispone de terapéutica de reestructuración de la micro arquitectura del hueso. Por lo tanto, la prevención es la conducta  prioritaria en el manejo de la osteoporosis de la postmenopausia y senil.

Si la paciente empieza la reposición hormonal para el tratamiento de las oleadas de calor, atrofia vaginal, prevención o control de dislipidemia o, simplemente, por decisión personal, ya estará previniendo o tratando la osteoporosis. En estos casos, la densitometría ósea no es indispensable, siempre que haya intención de mantener el tratamiento por tiempo prolongado. Sin embargo,  si se suspende la hormonoterapia por un motivo cualquiera, se debe alertar a la paciente y sugerir densitometría ósea y dosis de los marcadores óseos.

Si no hay otras indicaciones para la estrogenoterapia, las medidas de la densidad ósea y de los marcadores óseos deben ser pruebas de rutina, pues permiten detectarse precozmente estados de osteopenia y remodelación ósea acelerada (exceso de salida de masa ósea) que, si bien conducidos, tendrán gran probabilidad de no evolucionar con futuras fracturas.

Siempre que haya marcador de reabsorción aumentado (N-telopéptido o D-piridinolina) se indica el tratamiento, incluso con densitometría normal.

Si la densidad ósea se halla disminuida más que un desvío-estándar del promedio normal, se debe iniciar el tratamiento de reposición hormonal o otra alternativa si la paciente no lo quiere, o bien, si no hay contraindicación.

Si la densidad ósea se halla cerca de un desvío-estándar debajo del normal y los marcadores son normales, el tratamiento nos es obligatorio y se debe repetir la densitometría entre 1 a 2 años. La presencia de factores de riesgo anticipa la fecha de la re-prueba, pero parece lógico que sea antes  de 1 año.

La tercera posibilidad es densidad ósea y marcadores óseos normales. En esto caso, no hay necesidad de hormonas y no se necesita repetir la densitometría antes que 2 años. No hay protocolos rigurosos en este sentido, pero es prudente que no se mantenga más de 3 años sin control.

ABC de la Salud