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VACACIONES CON LOS NIETOS

Ellos sueñan con unas vacaciones divertidas, activas y diferentes y tú quieres verles felices. Para lograrlo te proponemos ideas para que compartáis vuestro tiempo y juntos disfrutéis un verano realmente inolvidable.

1423080-1888280Disfrutar de un verano único con los nietos
Los niños españoles disponen de casi tres meses de descanso en verano. Después de los exámenes, los madrugones, las notas y un largo curso, la mayoría de ellos sueña con unas vacaciones llenas de juegos y nuevas diversiones. Sin embargo, la mayoría de los padres disponen de menos días de asueto, así que los abuelos se convierten en una figura fundamental, no sólo para cuidarlos, sino para entretener a los más pequeños. Para complacerles existen múltiples opciones tanto dentro como fuera de nuestro país.

Antes de decidirte por alguna de ellas, conviene tener en cuenta distintos aspectos. En primer lugar, cuál es la edad de tu nieto y qué gustos tiene para ofrecerle una opción que no resulte demasiado aburrida o complicada. En el caso de salir de viaje durante varios días, es imprescindible contar con todos los permisos paternos necesarios –especialmente si vas a salir de España– y documentos que identifiquen a los niños, tanto desde el punto de vista sanitario como legal. Tampoco está de más una visita al pediatra para que este especialista realice una revisión al niño y pedirle algún consejo según el tipo de viaje. Por ejemplo, hay que tener en cuenta si el niño tiene problemas de oído para viajar en avión o si se marea frecuentemente en el coche.

En cualquier caso, y en esta época del año, en las maletas infantiles nunca debe faltar la protección solar, gorras o sombreros, sus medicamentos más habituales, su juguete favorito y, para los viajes largos, algo que permita entretenerse al pequeño en los desplazamientos  o esperas. Una opción infalible es llevar un DVD portátil y algunas de sus películas favoritas.

En cuanto a los alojamientos en hoteles, es mejor buscar aquellos en los que la presencia de los menores no resulte inconveniente. Para averiguarlo, puedes buscar referencias a través de Internet o realizar unas sencillas preguntas: ¿Tienen menú infantil en el comedor? ¿Disponen de cunas? ¿Cuentan con sillas para niños? ¿El acceso a los más pequeños está restringido a algunas instalaciones? ¿Existe piscina infantil? ¿Hay servicios y actividades específicamente dirigidas a los menores? Todos estos datos te para que te hagas una idea aproximada del ambiente que os encontraréis tu nieto y tú y de las posibilidades que tendrán los chicos para entretenerse.
Opciones para todos los gustos

Uno de los objetivos primordiales en los viajes infantiles es que los niños puedan disfrutar del aire libre. Y no hay mejor manera de hacerlo que estando en contacto con la naturaleza. Además, a la mayoría les encantan los animales y no suelen tener la posibilidad de disfrutar de ellos habitualmente. En España, existen multitud de parques en los que pueden observarse distintas especies y, en muchos de ellos, organizan actividades para los más pequeños. Existen, fundamentalmente, dos tipos de espacios. Por un lado, los parques o reservas naturales, como Monfragüe (Cáceres), en la que los animales viven en su propio hábitat y el entorno se conserva como en su origen. En estos lugares suelen existir rutas para observar la flora y la fauna, aunque no siempre es posible ver muchos animales.  A veces, depende de la suerte. Por otra parte son muy divertidos los parques o reservas zoológicas, como Terra Natura (Benidorm, Alicante) donde podréis disfrutar de animales de procedencias lejanas. Este tipo de parques suele contar con un gran número de actividades, sobre todo para niños, y todos los servicios necesarios. Entre ambos tipos, y con una concepción original y sorprendente, se encuentra el Parque de Cabárceno (Cantabria). Como sus responsables apuntan, se trata de “no es un zoológico convencional ni un parque natural. Es un espacio naturalizado por la mano del hombre, a partir de la belleza primitiva de su paisaje kárstico”.

Diversión y aprendizaje fuera de casa
Las estancias en campamentos constituyen una opción muy común para aquellas familias que no pueden hacerse cargo a tiempo completo de los niños. Además, a ellos les encanta porque en los campamentos podrán conocer a otros chavales y vivir la aventura de estar fuera de casa sin sus padres. Últimamente, se han hecho muy populares los campamentos en los que se práctica deporte o los destinados a aprender idiomas. Además, muchos de ellos combinan ambas opciones. También algunos parques como Xanadú, Faunia y el Zoo-Acuarium (en Madrid) disponen de ofertas para acudir a campamentos de verano.

Esta época –en la que se dispone de más tiempo– es también idónea para demostrar a los niños que el aprendizaje no tiene por qué resultar aburrido.

Para ello, hay un buen número de museos y centros que están a la altura de sus expectativas. Quizá los más atractivos sean aquellos relacionados con la ciencia, la técnica o la naturaleza, pero hay otras opciones que también pueden resultar interesantes y originales. España está plagada de museos sorprendentes como, por ejemplo, el Valenciano del Juguete; el del Chocolate o el del Ferrocarril.

Fuera de España
Más allá de nuestras fronteras las posibilidades se multiplican y cuentan con el encanto añadido de conocer un nuevo país en el que se puede incluir una visita especialmente diseñada para los más pequeños. Es el caso de los parques Playmobil, Disney o Legoland, que cuentan con diversas sedes en el mundo. En ellos se combinan las tradicionales atracciones de otros parques con la maravillosa fantasía de compartir aventuras con aquellos personajes con los que se ha jugado, crecido y soñado. Además, y para aquellos que prevean ciertas dificultades en el desplazamiento, existen distintas compañías de viajes que preparan paquetes especiales para este tipo de vacaciones. En ellos se incluyen los desplazamientos, las entradas y el alojamiento. Aunque pueda parecer que estos universos de ilusión son sólo para niños, la mayoría de los adultos suelen sorprenderse al descubrir que son capaces de recuperar la imaginación de su infancia y disfrutar plenamente. Esto se debe a que, por ejemplo en el caso de Disney, los personajes, decorados e historias más recientes se mezclan con aquellas clásicas que todos recordamos. Y, además, los juegos y los sueños no tienen edad.

JUBILO

CADA VEZ MÁS Y MEJOR SEXO EN LA TERCERA EDAD

También en la edad de los pensionados el sexo hace feliz.
amor

Después de 30 años de estudio de y 1.500 septuagenarios encuestados, la Universidad de Göteborg publica sus conclusiones acerca de la vida sexual en la tercera edad.

Contrariamente a lo que sucedía en 1971, a comienzos del siglo XXI es mucho mayor el número de hombres y mujeres mayores de setenta que tiene y con mayor frecuencia relaciones sexuales. El estado civil no cuenta para ello. De los hombres casados encuestados, un 16 por ciento confiesa tener más relaciones sexuales ahora que antes; las mujeres, un 18 por ciento más.

Además, ellas se declaran más conformes con su vida sexual, ésta resulta más plena. Comparando estos datos con los obtenidos en 1970, un doce por ciento de la población femenina está más contenta y más activa.

Todo esto es consecuencia de la revolución sexual, explican los científicos. La mayor información y los métodos anticonceptivos hormonales acompañan en los últimos treinta años la vida sexual de la población. Y sus conceptos al respecto. La gente maneja el tema, simplemente, con mayor libertad.

La felicidad es enemiga de las ideas fijas
“La sexualidad del ser humano, si bien cambia con los años, es tan importante y tiene tanta cabida en la tercera edad como antes. Además, es igual de diverso e individual que en los jóvenes”, dice Carsten Brandenberg de la Memory-Clinic del Hospital Elisabeth de Essen.

A este respecto, Brandenberg anota: “Si bien no hay reglas, una condición primordial de una vida sexual activa es la flexibilidad mental. “El rendimiento no debe tener cabida en una relación de pareja; sobre todo a esa edad hay que liberarse de la idea fija de que todo tiene que ser como antes”.

¿Más, pero no mejor?
Según el estudio de Göteborg,  a pesar del aumento en la actividad sexual, el descontento entre la población masculina ha aumentado. Y los investigadores no atinan exactamente con el porqué. Es un hecho que a comienzos del siglo XXI, entre los hombres mayores de 70 años existen menos problemas de erección -mayores también son los recursos a los que echar mano-, sin embargo, también es innegable que con la edad la sexualidad  cambia… y hay que aceptarlo.

La clave del descontento, entonces, podría radicar tanto en que los hombres tienen una mayor tendencia a la comparación a como “era antes” –y eso los hace sufrir- como en que  simplemente, ahora son más capaces de confesar que las cosas no han salido todo lo bien que querrían.  A esta última explicación tiende este estudio; su mayor conclusión es que también en la tercera edad, como quiera que este salga …  el sexo es importante.

Mirra Banchón

SOMOS MAS FELICES EN LA VEJEZ QUE EN LA JUVENTUD

vejez-y-juventud1Con la edad, aprendemos a manejarnos mejor con las idas y venidas de la vida.
Un estudio realizado en la University of Michigan, Ann Arbor, en Estados Unidos, ha desvelado que la vejez no sólo trae consigo los achaques: también conlleva cierta felicidad que los jóvenes –y algunos mayores- no esperaban. Con la edad, aprendemos a manejarnos mejor con las idas y venidas de la vida, por lo que, en la vejez, somos capaces de sentirnos más felices a pesar de que, objetivamente, hayamos entrado en la decadencia física. Sin embargo, las creencias vigentes en la sociedad hacen que no veamos las ventajas de la vejez. El estudio demuestra que se puede aprender mucho de los mayores, simplemente porque saben más sobre la vida.
Los jóvenes e incluso los ancianos tienden a pensar que la vejez está relacionada con la tristeza y la decadencia, pero en la realidad no sucede así. La investigación  reunió a un total de 540 adultos que fueron divididos en dos grupos, el primero de edades comprendidas entre los 21 y los 40 años, y el segundo de 60 años en adelante.

A todos se les pidió que calificaran o predijeran su felicidad individual en el momento actual, a los 30 años y a los 70, así como que expresaran la felicidad que, a su modo de ver, tenía la mayoría de la gente a esas mismas edades.

Prejuicios equivocados.
Gracias al estudio han podido comprenderse mejor determinadas decisiones de la gente joven acerca de sus hábitos, al considerar que éstos podrían afectar a su vida en la vejez; así como entender por qué casi todo el mundo quisiera frenar el paso del tiempo y sus marcas en el cuerpo.

Los estereotipos sociales nos marcan estas directrices, los temores acerca de nuestros últimos años de vida, e incluso la forma que tenemos de tratar a los ancianos en la actualidad, así como las políticas sociales que se aplican a ellos.

Por eso resulta importante que haya investigaciones que modifiquen nuestros prejuicios. Este estudio es el primero que se realiza para examinar la capacidad humana de recordar o predecir la felicidad a lo largo de la vida.

La sorpresa de la felicidad.
El director de este nuevo trabajo, el psicólogo Peter Ubel,

Dr. Peter Anthony Ubel
Dr. Peter Anthony Ubel

ha llevado a cabo diversos estudios sobre este tema, descubriendo que la gente es a menudo sorprendentemente feliz, incluso en condiciones muy desfavorables, lo que sugiere una adaptabilidad a los problemas.
Ubel señala que la gente suele creer que la felicidad depende de nuestras circunstancias, y que si algo bueno ocurre, esto la garantizará a largo plazo, mientras que si sucede algo malo, la felicidad terminará. Sin embargo, la felicidad sucede gracias a nuestros recursos emocionales subyacentes, que suelen aumentar según vamos cumpliendo años. Con la edad, aprendemos a manejarnos mejor con las idas y venidas de la vida, por lo que, en la vejez, somos capaces de sentirnos más felices a pesar de que, objetivamente, hayamos entrado en la decadencia física.

Esta nueva investigación pretendía descubrir si, además, según va entrando en la madurez, el ser humano cambia sus apreciaciones y actitudes con respecto a la vejez.

Más sabios.
Según declaraciones del profesor Ubel en el comunicado de la universidad de Michigan, el secreto para que seamos más felices en la vejez es muy sencillo: los tropiezos en la vida nos hacen más sabios, lo que provoca generalmente una mejoría en nuestras emociones.

Sea cuales fueren nuestras condiciones al nacer, el caso es que las experiencias a lo largo de la vida conllevan la adquisición de conocimiento, y eso nos hace más felices, incluso frente a la adversidad.

El recuerdo que solemos mantener de la juventud es el de las posibilidades que teníamos aún por descubrir, el de un cuerpo sin deterioros y el de las diversiones. Sin embargo, también hay que recordar cómo aún teníamos que aprender acerca de ciertas emociones básicas, a relacionarnos con los demás, acerca de nosotros mismos, etc. Probablemente, insiste Ubel, con la edad nos parezca más fácil vivir que al principio de la vida.