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SEXO EN LA TERCERA EDAD

 
Durante siglos se relacionó la sexualidad con la reproducción, negándole de esta manera el disfrute de la sexualidad al adulto mayor; muchas personas, particularmente jóvenes, siguen viendo la actividad sexual como una facultad que se va desgastando hasta perder todo interés en aquellos que han superado los 60 años; porque se supone que el deseo siempre se desvanece con la edad.

En la actualidad parece que se le da la espalda a la vida sexual de las personas de la tercera edad. No existe publicidad en la televisión que estimule una relación sexual sana y placentera para las parejas mayores de 60 años.

Los comentarios que escucho a mi alrededor, vienen de la más completa ignorancia; algunos como: ¡No les dará vergüenza a su edad! Ni que tuviesen quince años o «eso está bien para lo que les queda de vida… mejor pasarla al lado de alguien».

Hasta mi hijo, en una reunión de amigos, en cual yo estaba y  donde bromeaban sobre sexo, cuando hicieron un recuento dijo…»no mi mamá, NO..»

Y es que nos enseñaron desde niños a tener mucho respeto por  nuestros mayores y eso está bien, pero ese respeto siempre ha ido más allá, porque así lo exigían ellos mismos. Pocos han sido los abuelos que han mostrado algún tipo de afecto entre ellos en presencia de sus familiares y menos aún ante sus hijos, nietos, etc.

Esta ausencia de contacto, conlleva a que las personas que los rodean se cuestionen sí aún consumarán como matrimonio. Pregunta que solo se piensa, no se formula verbalmente por el temor a una respuesta ofensiva, cuestionada como falta de respeto o poca educación.

Así que igual que se piensa se desecha o peor aún, se auto responde: «mis padres no harán nada de eso, no me los imagino». Y peor aún ¡Qué asco! ¿Pero cómo puedo pensarlo ni si quiera?

La falta de diálogo, de comunicación ha ido calando a sus sucesores y como buenos alumnos han actuado en su edad adulta exactamente igual que sus maestros (sus padres)
El patriarcado respeta a la mujer como esposa, madre de sus hijos, cuidadora, pero no, como amante, para ello están otras mujeres más libertinas, viciosas, lujuriosas… todo lo contrario de lo que tiene que ser una esposa.

Por suerte no todas las personas piensan iguales y también existen matrimonios y personas mayores que siempre han tenido una mentalidad abierta, menos conservadora, con una vida sexual saludable y activa.

Han sido y siguen siendo los verdaderos exploradores del cuerpo humano, han actuado según sus instintos, sus deseos más profundos y lo más importante buscando el placer e interesándose también por el gozo y disfrute de sus esposas.

Estas personas independientes de su edad real y consecuentes de sus facultades físicas, viven y disfrutan del sexo a su manera, quizá la erección no sea la misma que cuando tenían 30 años, quizá el apetito sexual de ambos no sea tan a menudo. Pero el deseo y las ganas no han cambiado, y no hay nada mejor que seguir disfrutando de las caricias de tu pareja, tengan la edad que tengan porque es con quien has envejecido, evolucionado, aprendido y disfrutado.
Y nunca es tarde para encontrar a alguien que te haga sentir todo lo que no te ha permitido conocer una anterior pareja, nunca es tarde para vivir con una nueva pareja, nuevas experiencias en otra etapa de la vida, como es la tercera edad. Nunca es tarde para vivir porque para eso simplemente hay que estar vivo.

Todo lo anterior es el preámbulo para recomendarles la película «EN EL SEPTIMO CIELO».

¿Puede una historia de amor entre mayores enganchar tanto como otra entre gente joven, sexy y atractiva? Pues la respuesta es sí, o al menos eso es lo que sucede en esta película de Andreas Dresen.

No es común ver una película en la que el amor (por no hablar del sexo) entre personas mayores se plasme con esta belleza. La desnudez se muestra como algo perfectamente natural, nunca gratuita, y las interpretaciones de los tres personajes principales son sensacionales, lo que hace que el público se meta en la historia con una gran facilidad. En el séptimo cielo ganó un  premio en el Festiva de Cannes, lo que refleja el aprecio del jurado por la manera en la que esta película retrata el amor y el sexo no como algo que sólo pertenece a los que son bellos y atractivos.

Publicado por Ana Maria Sanper

DIME AMOR


¿Qué harás?

Si sobrevivo sin ti a la furia de la noche,
y desnuda atravieso entre balas
este campo minado de recuerdos,
si descubro un aljibe de amor en el desierto
y a solas bebo en la noria de las ansias.

¿Qué pasará amor?

Si mis pies a seguir tu huella se afanan
y mis manos en perseguir hojas al viento,
si convierto atormentadas nubes en llovizna
y desquebrajadas olas en manso huracán.
Si mi voz repite que te amo en la penumbra,
y tus besos es lo único que quiero.
Si busco tu nombre en el sueño que se extingue
y tu aroma de violetas mientras duermo.
Si al probar la madurez de mis mares
tus labios enmudecen de ternura
y de tanto amor se desorientan las gaviotas
que descubren al vuelo el secreto que nos une.

¿Qué ganaría?

Por coser atardeceres al diván de tu regazo
ofreciendo devorar a besos la nostalgia
mientras someto torbellinos corazón adentro.
Si vendiera como espejo mi rostro en el mercado
y dibujara tu imagen en el corazón de mis entrañas
para que pueda este poema soportar tanto tormento.

¿Cómo continuar?

Ahora que la ausencia es la única que ama
en esta soledad congelada de suspiros.
Si no hay más desiertos ni lluvia en mi alma
y tu recuerdo es oscuridad sobre mis ojos.
¡Dime amor cómo recuperarte!…
Tal vez regando mi piel por los caminos
hasta ser cadáver mezclada con tus huesos.

Lina Zeron

AMOR Y FELICIDAD

Era una mañana agitada, eran las 8:30, cuando un señor mayor, de unos 80 años, llegó al hospital para que le sacaran los puntos de un pulgar. El señor dijo que estaba apurado y que tenía una cita a las 9:00 am.

Comprobé sus señales vitales y le pedí que tomara asiento, sabiendo que quizás pasaría más de una hora antes de que alguien pudiera atenderlo. Lo vi mirando su reloj y decidí, que ya que no estaba ocupado con otro paciente,podría examinar su herida. Durante el examen, comprobé que estaba curado, entonces le pedí a uno de los doctores, algunos elementos para quitarle las suturas y curar su herida.
Mientras le realizaba las curas, le pregunté si tenía una cita con otro médico esa mañana, ya que lo veía tan apurado.
El señor me dijo que no, que necesitaba ir al geriátrico para desayunar con su esposa. Le pregunté sobre la salud de ella.
Él me respondió que ella hacía tiempo que estaba allí ya que padecía de Alzheimer.
Le pregunté si ella se enfadaría si llegaba un poco tarde.
Me respondió que hacia tiempo que ella no sabía quien era él, que hacía cinco años que ella no podía ya reconocerlo.
Me sorprendió, y entonces le pregunté, ‘¿Y usted sigue yendo cada mañana, aun cuando ella no sabe quién es usted?’
Él sonrió
y me acarició la mano, me contestó;
‘Ella no sabe quien soy,
pero yo aún sé quién es ella.’
Se me erizó la piel, y tuve que contener las lágrimas mientras él se iba, y pensé,
‘Ese es el tipo de Amor que quiero en mi Vida.’
El Amor Verdadero no es físico, ni romántico.
El Amor Verdadero es la aceptación de todo lo que es, ha sido, será y no será.
La gente más feliz no necesariamente tiene lo mejor de todo; ellos sólo hacen todo lo mejor que pueden.

«¡La vida no se trata de cómo sobrevivir a una tempestad, sino cómo bailar bajo la lluvia!»