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CON AMOR Y SIN TEMORES

Comenzando por erradicar del lenguaje los términos de ancianidad, sexagenario-a  y cambiándolos por el de  Adultos Mayores, joviales y con ganas de vivir en armonía para gozar en plenitud esta etapa de la vida, que también tienen su encanto. Con las limitaciones propias de la edad avanzada , pero sin considerarlas en absoluto como una enfermedad.
Volviéndose a enamorar, porqué no ?. Construyendo el día a día con proyectos  capaces de concretarse, compartiendo de a dos ó sea en pareja.
Esto hace que se cierre la puerta a la soledad..! que a algunos les resulta insostenible, por algo mejor que resultaría  de la buena compañía, con esa persona especial que esperamos conocer.
A las mujeres y hombres de esta generación a la que pertenezco, les digo con la experiencia de los que no hemos vivido en vano, que se dejen llevar por los sentimientos.
No es igual a cuando éramos jovencitos, pero puede ser hasta mejor por la estabilidad emocional en personas de mente sana y cuidadosos de su salud en general.
Recobrar la confianza en el sexo opuesto que a pesar de ser por naturaleza muy diferentes si se logra complementar, se enriquecen  mutua y permanentemente .
Y como cierre me resta decirles con respeto a ambos géneros, que la finalidad del amor a esta altura no es de una sexualidad puramente genital, sino  que ésta debería ser la consecuencia del enamoramiento. Por lo que los hombres deberían consultar Sí, pero sin dejar de seducir por temor a un posible mal desempeño de su función sexual , por aquello que tal vez ni llegue a ocurrir ,si se sienten felices con su compañera; en cuanto a pensar de no poder representar su papel como quisieran, es que al alejarse, la mujer se inhibe por no entender ..a veces …creándose así un estado de confusión , pudiéndolo
solucionar con el diálogo y manteniendo la comunicación tan necesaria y si fuese necesario con la consulta a un profesional especializado.

Al adulto que hace un doctorado de su calidad de vida , no lo alcanzará la vejez.
María Elena de Lucia.

LA TERCERA EDAD Y LA IMPORTANCIA DE LA AMISTAD

amigosEn su libro «Coping with Old Age» (Como asumir la Tercera Edad), Pat Blair escribe «Muchas veces cosas como sentirse querido, deseado y necesitado por otros hacen que seguir viviendo merezca la pena. Sin el contacto con otros seres humanos, los problemas pueden crecer, las enfermedades toman una nueva dimensión y no disponemos de un baremo que nos permita poner en perspectiva nuestros problemas».

Lo malo es que cuando uno envejece, ya no hay tantas personas a su alrededor con las que pueda entenderse y relacionarse. Algunos de nuestros amigos se han muerto. Tal vez has tenido que trasladarte del lugar donde antes vivías a otro. Además, a nuestra edad es más difícil hacer nuevas amistades: ya no tienes compañeros de trabajo, probablemente tengas una vida social menos activa que antes, y desde hace muchos años careces de foros de amistades tradicionales como por ejemplo la puerta del colegio de tus hijos.

Por todo ello, en la tercera edad valoramos especialmente los viejos amigos, y nuestro lenguaje social e historia común nos unen más que nunca.

En los últimos años, Internet nos permite localizar personas con las que hace años perdiste el contacto. También existen todo tipo de clubs, sociedades y asociaciones para la tercera edad en todos los lugares. En la ciudad donde yo vivo, hay tantos clubes de comida para gente mayor gestionados por las iglesias locales, que uno podría comer fuera en uno de ellos cada día de la semana si quisiera. En estos sitios la posibilidad de hacer amigos es tan importante como la calidad de la comida servida.

Además, siempre existe cierta demanda para voluntarios en diversos sectores. En el hospital de mi ciudad, a veces uno no puede ni moverse por los pelotones de simpáticas personas mayores esperando para llevar a pacientes en sillas de rueda a su habitación, atender y ayudar en la cafetería gestionada por una sociedad de voluntarios llamado Hospital Friends, o ayudarte encontrar un rincón escondido del hospital que, sin su ayuda, te sería imposible encontrar. A través del proceso de ayudar a los demás, pueden surgir nuevas amistades.

Un tipo de amistad muy especial es aquel que se forma traspasando generaciones. Abuelos y nietos comparten una afinidad tan especial que debe ser apreciada y celebrada, y si no gozas del privilegio de ser abuelo, tal vez podrías convertirte en «tío» o «tía» adoptiva de un niño. Los miembros de la tercera edad, con nuestras arrugas e historias de un lejano pasado, resultamos muy fascinantes para los niños.

No existen unas reglas sobre cómo hacer amigos aplicables a todo el mundo. Todos somos diferentes, y algunos somos más tímidos que otros. Además, con la edad es cada vez más difícil para muchos de nosotros saber cómo «presentarnos» a otras personas. Estamos más inseguros sobre qué podemos ofrecer a una relación de amistad, y tenemos más miedo ante un posible rechazo.

Tal vez sea difícil hacer amigos. Pero probablemente es más difícil todavía vivir sin ellos.

Bryan

ENCONTRAR PAREJA EN LA TERCERA EDAD

pareja

Acostumbrados a vivir toda una vida junto a nuestra pareja, es normal que cuando uno de ellos deja de existir sintamos un profundo vacío, una sensación de que todo se ha acabado. Pero la vida continúa y esa es una realidad. Es muy difícil afrontar nuestra vida, nuestras mínimas costumbres, luego de pasar una situación tal, y aunque la primera reacción sea de total abandono, no debemos rendirnos, porque el mundo nos ofrece todavía más y porque, sobre todo, la otra persona sería la primera en exigirnos que sigamos hacia delante.

Bajar los brazos y rendirse implica quizá que todo lo hecho no tuvo o tuvo poco sentido. Desde muy jóvenes sabemos que la muerte es una ley de vida, pero quién nos prepara para afrontarla. Pues bien, sólo tenemos que remontarnos a miles de casos en los que la vida continuó y en los que incluso se pudo formar una nueva pareja. Para ello, nuestro presente cuenta con todo tipo de actividades que hacen nuestras vidas un poco menos solitarias. Lo importante es seguir disfrutando ahora que no debemos trabajar día a día y sacrificarnos constantemente.

Existen, por ejemplo, clubs en cada ciudad, que nos ofrecen actividades tales como bailes de salón, juegos de cartas y excursiones a distintos destinos del país y del extranjero. También tenemos la posibilidad de realizar viajes y conocer mundo, pasear por distintos países acompañados por un grupo de gente que está en nuestra exacta situación. Lo importante, llegados al caso de encontrarnos de repente en soledad, es continuar activos y ver la realidad como tal: hemos perdido a nuestra pareja, pero la vida está repleta de cosas interesantes que valen la pena conocer y disfrutar, como también lo habría disfrutado la otra persona si la situación fuera la inversa. Porque, la pregunta que debemos hacernos es la siguiente: ¿qué desearíamos para la otra persona si el que ya no estuviera fuera uno de nosotros?

Las actividades son numerosas si tenemos la voluntad para rehacer nuestras vidas o simplemente plantearlas desde otro punto de vista. De alguna forma, todas nuestras costumbres (que siempre fueron compartidas) se han transformado, y lo mejor que podemos hacer es replantear nuestra realidad y volver a construirnos de otra forma, con nuevas ambiciones, con renovadas ganas de afrontar la vida.

Siempre, lo mejor es intentar ponerse en el lugar de la otra persona y reflexionar sobre el hecho de que a ella también le hubiera gustado seguir adelante, como también a nosotros nos hubiera gustado que esa persona continuara con su vida. Luego, las cosas suceden con naturalidad, incluso el hecho de volver a encontrar otra persona con la cual compartir todo lo que nos queda por delante. Rendirse sería algo así como negar todo lo hicimos hasta ahora, aunque nos sintamos cansados y sin fuerzas. Simplemente es cuestión de buscar las actividades y las compañías que nos lleven a terminar nuestras vidas de la mejor manera posible.
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