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ABUELOS Y NIETOS – CRECEMOS JUNTOS

Crecemos Juntos
Nace una campaña que promueve las relaciones entre mayores y pequeños, y con la que se recuerda toda la sabiduría, valores y cuidados que los abuelos trasmiten a sus nietos.

Tras la celebración del día internacional de las personas mayores y coincidiendo con el día del Santo Ángel de la Custodia, se brindará reconocimiento a nuestros
mayores, a todos aquellos ancianos que comparten cuidados, atenciones y cariño con los más
pequeños. Son los también llamados “abuelos canguros” que velan, cuidan y protegen a los más
pequeños, como verdaderos ángeles custodios, y que se han convertido sin duda en personas
indispensables para muchas familias.
Como agradecimiento a esa dedicación, los promotores del sector verde están organizando acciones y talleres, para que abuelos y nietos, disfruten y aprendan lo beneficiosas que son las plantas en nuestra vida y en nuestro entorno.
Ayúdame a crecer
Crecemos Juntos y la Oficina de Flores, entidades sin ánimo de lucro y dedicadas a la promoción del sector verde, impulsan el conocimiento de las flores y las plantas entre la población.
Floristerías y centros de jardinería que participan en esta campaña organizan talleres y actividades en sus tiendas, colegios de primaria y centros infantiles, en los que abuelos y nietos aprenden las virtudes
de las plantas además de disfrutar y compartir una actividad conjunta.
También se ofrecerá gratuitamente las tarjetas de felicitación y los colores para que los niños puedan diseñar y colorear su propia dedicatoria.
Con este acto, las plantas son empleadas como símbolo de unión entre nietos y abuelos, y bajo el lema “Ayúdame a crecer” se expresan las relaciones basadas en el cariño y los cuidados que se necesitan para crecer de forma sana y fuerte, al igual que lo hace una planta bien cuidada.
Con esta acción se pretende conseguir que la sociedad valore toda la sabiduría, valores y riqueza emocional que los abuelos aportan a los niños, y al mismo tiempo, acercar la naturaleza a los más pequeños, enseñándoles los beneficios y virtudes que nos aportan las plantas, además de concienciarlos sobre el cuidado del medio ambiente.
Mas información:
Maribel Pastor
Gestión de Comunicación
615 242 130
comunicacion@crecemosjuntos.es
www.CrecemosJuntos.es

SOBRE LOS PADRES Y LOS ABUELOS

Por Plinio Parra
Escritor colombiano

Los padres son lámparas y los abuelos son faros. La lámpara da fuego y calor, el faro irradia luz. El fuego descubre la piedra del camino, impidiendo el tropiezo. La luz exhibe la montaña de la meta, conjurando el extravío.

Los padres son brújulas y los abuelos son mapas. La brújula brinda orientación, el mapa transmite conocimiento. La orientación siempre conduce a la búsqueda, principio de toda aventura. El conocimiento siempre conduce al hallazgo, final de todo viaje.

Los padres son la nube y los abuelos son el mar. La nube fertiliza al planeta como lluvia. El mar fecunda los cielos como nube. La lluvia dice cómo la Vida, cayendo del cielo, se vuelve cuerpo. La nube dice cómo la Vida, fluyendo del cuerpo, se vuelve espíritu.

Los padres cuentan historias patrias y los abuelos cuentan leyendas épicas. La historia patria suscita un sentimiento nacional. El mito consolida un pensamiento universal. El sentimiento nacional otorga ciudadanía sobre un fragmento de la Tierra, llamado país. El pensamiento universal confiere ciudadanía sobre una porción de Dios, llamado Cosmos.

Los padres son los mineros de la esperanza y los abuelos son los orfebres de la fe. En nombre de la esperanza, los primeros inclinan el rostro ante el surco y siembran sus semillas en pos del fruto. En nombre de la fe, los segundos extienden sus palmas al viento y echan a volar sus plegarias en pos del lucero.

Los padres, por inexpertos, ven al hijo como brote de su carne. Los abuelos, por sabios, ven al nieto como prolongación de su esencia. La carne crece, se reproduce y desvanece. La esencia se purifica, se transforma y perpetúa. Por eso mientras los primeros anhelan hacer de su semilla un Hombre, los segundos buscan transformar a ese Hombre en un ángel.

Algo natural. Esos dulces viejos saben que la Tierra es el lugar donde el Hombre recupera sus alas perdidas.

LUCIDEZ Y SABIDURÍA EN LA VEJEZ.

SABIOLa lucidez.
Sabido es que  quien ejercite su cerebro lo mantendrá lúcido y aumentará las posibilidades de que este se conserve sano al llegar a la vejez.
Para ayudarlo a mantenerse joven, muchos geriatras hoy día recomiendan a los ancianos a aprender cosas y oficios nuevos.
Dice  el viejo adagio  que » nunca es tarde para aprender».
Y hoy sabemos que las nuevas experiencias, el poner en marcha los mecanismos de aprendizaje,  ayudan al cerebro a desarrollar nuevos canales de comunicación en las neuronas y quienes son más flexibles en su pensamiento y son creativos favorecen en gran parte su agudeza mental.
Otro factor que ayuda a mantener en forma el cerebro es vivir una vida emocionalmente estable. Esto ayuda, a realizar sus actividades intelectuales con más calma y precisión.
Quienes creen que sólo gozando de salud física pueden mantener una buena salud mental no necesariamente están en lo cierto, pues vemos muchas veces, como  los padecimientos de enfermedades físicas no atrofian para nada la capacidad intelectual de las personas.
Aunque  no hay que olvidar que hay padecimientos tales como la arteriosclerosis y la hipertensión, que sí afectan las facultades mentales,  pero éstas no afectan sólo a las de edad avanzada sino también a personas jóvenes que tienen malos hábitos.
Se ha demostrado que personas de la tercera edad que padecen parálisis de algunos de sus miembros no ven afectada su capacidad mental y pueden desempeñar muchas actividades de carácter intelectual.

La sabiduría.
Existe una gran realidad que hoy día parece ser olvidada: La vejez está llena de sabiduría.
Por fortuna no todas las sociedades modernas consideran que los ancianos son personas limitadas intelectualmente.
Tal es el caso de lugares como China, donde ser viejo es ser sabio y las personas mayores gozan de una alta jerarquía en la sociedad.
Otros estudios realizados han demostrado que las personas mayores tal vez sean más lentas en realizar actividades intelectuales, pero las hacen con mucho más perfección que personas jóvenes y aunque tarden más tiempo en tomar decisiones se equivocan menos.
Los expertos geriatras afirman que el cerebro de un anciano no es inferior al de un joven, sino simplemente son distintos, al igual que el de un niño y un adulto.
Mientras las personas jóvenes son más rápidas para pensar y hacer las cosas, tienen grandes huecos en información y los ancianos suplen la falta de rapidez con su experiencia y sabiduría.