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PREGUNTAS Y RESPUESTAS SOBRE SEXUALIDAD Y ENVEJECIMIENTO

¿Qué cambios pueden producirse con el envejecimiento en la fisiología de la sexualidad?

En el caso de los hombres, es posible que:
* Aumente el tiempo requerido para llegar a una plena erección.
* Se necesite más estimulación erótica antes del acto sexual. Es posible que la estimulación manual sea más necesaria para llegar a la erección.
* La erección puede no ser tan enérgica o tan grande como antes.
* disminuya el tiempo durante en cual la erección puede ser mantenida antes de la eyaculación.
* Disminuya la fuerza de eyaculación y la cantidad de semen expulsada en la misma puede ser menor.
* La pérdida de la erección después del orgasmo puede suceder más rápidamente.
* Aumente la duración de la fase refractaria, esto es, puede pasar más tiempo antes de que le sea posible tener otra erección
* El sentimiento que una eyaculación esta a punto de producirse puede ser reducido.

En el caso de las mujeres, es posible que:
* Se observen cambios en su vagina, que puede acortarse y estrecharse.
* Las paredes vaginales pueden volverse más delgadas y un poco más rígidas, perdiendo elasticidad.
* Disminuya la lubricación vaginal.

Las consecuencias pueden ser la percepción de sequedad y picor en vagina y labios y la dispareunia o dolor durante el coito. En estos casos, el médico o el farmacéutico pueden sugerirle el uso de lubricantes vaginales con base de agua, que se venden sin necesidad de receta médica. También, el médico puede sugerir suplementos de estrógeno o la inserción de un estrógeno vaginal.

Estos cambios que se producen con el envejecimiento, ¿justifican siempre que se produzca una disminución del interés sexual?

20080714psasex_3_ies_lcoNo hay pruebas de que el proceso de envejecimiento por sí mismo determine una disminución del interés sexual. Parece que lo que se produce con el envejecimiento es, más bien, un cambio en la forma de experimentar y disfrutar del sexo. A pesar de que fisiológicamente no está justificada la pérdida de interés sexual en la vejez, existen factores asociados al envejecimiento (factores fisiológicos -determinadas enfermedades- y factores psicológicos- estereotipos, falsas creencias, miedos, falta de información) que pueden obstaculizar el adecuado disfrute de la sexualidad en esta etapa de la vida. Es importante tener en cuenta que el cambio en la vida adulta no es universal (hay muchas diferencias entre personas), no es unidimensional (cada capacidad o función evoluciona de diferente manera), no es unidireccional (hay capacidades que involucionan, pero otras se mantienen e incluso mejoran) y no es necesariamente irreversible (hay aspectos y dimensiones que se pueden mejorar). Estas consideraciones son perfectamente aplicables a la experiencia sexual en la vejez.

¿Cuáles son los problemas de salud o las enfermedades que pueden obstaculizar la sexualidad?

Entre las enfermedades o problemas de salud que pueden hacer más difícil la realización y/o el disfrute del acto sexual se encuentran las siguientes:

Artritis. El dolor de las articulaciones ocasionado por la artritis puede hacer que el contacto sexual resulte incómodo. La cirugía de reemplazo de articulaciones y los medicamentos pueden aliviar este dolor. También pueden ser de utilidad el ejercicio, el descanso, los baños calientes y los cambios de posición o de horario para la actividad sexual.

Dolor crónico. Además de la artritis, un dolor que persiste durante más de un mes o que aparece y desaparece frecuentemente puede ser ocasionado por otros problemas óseos o musculares, herpes zoster, mala circulación, o problemas de los vasos sanguíneos. Este malestar puede, a su vez, ocasionar problemas para dormir, depresión, aislamiento y dificultad para moverse. Estos pueden interferir con la intimidad entre las personas mayores. El dolor crónico no tiene por que ser parte del envejecer, con frecuencia, se puede tratar.

Diabetes. Muchos hombres que sufren de diabetes no tienen problemas sexuales, pero esta es una de las pocas enfermedades que puede causar impotencia. En la mayoría de los casos, el tratamiento médico puede ayudar.

Problemas del corazón. El estrechamiento y endurecimiento de las arterias, conocido como arteriosclerosis, cambia la estructura los vasos sanguíneos e impide que la sangre fluya libremente. Esto puede implicar problemas de erección en los hombres y puede aumentar la tensión arterial (hipertensión). Uno de los trastornos vasculares más frecuentes es la enfermedad arterial oclusiva peneana, por ejemplo, casi siempre parte de una ateroesclerosis difusa, se asocia a dietas altas en grasa y colesterol que favorecen el depósito gradual de colesterol en las paredes de las arterias.

Algunas personas que han sufrido un infarto temen que el tener relaciones sexuales pueda ocasionarles otro ataque. La probabilidad es muy baja. La mayoría de estas personas pueden volver a tener relaciones sexuales entre 3 y 6 semanas después de estabilizarse tras un ataque, si su médico lo aprueba. Siempre siga el consejo de su médico.

Incontinencia. La pérdida del control de la vejiga o el escape de orina es más común a medida que envejecemos, especialmente en las mujeres. La incontinencia por esfuerzo sucede por ejemplo al hacer ejercicio, toser, estornudar o levantar algo. Debido a la presión extra sobre el abdomen durante el acto sexual, la incontinencia puede conducir a que las personas lo eviten. La buena noticia es que, por lo general, esto se puede tratar.

Accidente cerebrovascular. Un accidente cerebro-vascular rara vez afecta la capacidad de sostener relaciones sexuales, aunque es posible tener problemas de erección. Es poco probable que el acto sexual pueda ocasionar otro accidente. Alguien con debilidad o parálisis causada por un accidente cerebro-vascular puede tratar de usar diferentes posiciones o dispositivos médicos que les permita continuar practicando el sexo.

El déficit de vitamina B12 puede afectar también a la sensibilidad peneana de los hombres.

También hay que tener en cuenta que muchos medicamentos tienen efectos secundarios que pueden influir sobre la función sexual.

¿La menopausia se asocia a una disminución del interés sexual?
La menopausia por sí misma no parece tener un efecto negativo mayor sobre el interés sexual. Contrariamente al estereotipo, muchas mujeres postmenopáusicas experimentan un aumento del interés por la actividad sexual, lo cual puede deberse a múltiples razones tanto de tipo fisiológico (p.ej., el efecto de los andrógenos ante la deficiencia estrogénica postmenopáusica) o psicológico (p.ej., desaparece el temor a un embarazo no deseado).

¿Es la impotencia una consecuencia inevitable del envejecimiento?
Rotundamente no. La impotencia puede estar asociada a determinadas enfermedades tales como las de tipo vascular, que pueden contribuir a disminuir la capacidad para mantener un volumen adecuado de sangre dentro del pene y así, se más difícil para el hombre mantener la erección.

En una gran parte de los casos, la impotencia es causada y mantenida por factores psicológicos mientras que, sin embargo, las impotencias de tipo orgánico son las menos frecuentes, y con frecuencia se puede manejar e incluso, curar.

¿Qué factores psicológicos pueden obstaculizar el disfrute de una adecuada sexualidad en la vejez?
La sexualidad implica aspectos emocionales y físicos y la forma en que piensan y sienten las personas mayores, al igual que las personas de cualquier edad, puede afectar enormemente su sexualidad. Algunos de los factores psicológicos que pueden interferir con un adecuado disfrute de las relaciones sexuales en la vejez son los siguientes:

* Los hombres pueden temer que la impotencia se convierta en un problema más común a medida que van envejeciendo. La excesiva preocupación por la posibilidad de volverse impotente, puede causar un estrés suficiente para producir problemas de erección. La excesiva preocupación puede hacer que el hombre despliegue una autoatención excesiva durante el acto sexual, la cual suele ir acompañada de sentimientos de aprensión o ansiedad ante la posibilidad de que la erección sea difícil o imposible. O tal vez, al pensar que la impotencia es algo «normal» en la etapa de la vida en la que se encuentra, es improbable que la persona se plantee posibilidad de solucionar el problema o busque algún tipo de ayuda.
* A algunas mujeres, los cambios físicos normales -un cuerpo menos firme, el cabello gris, las arrugas- pueden carinos1hacerles sentir que son menos atractivas para el sexo opuesto, y pueden vacilar antes de expresar su interés sexual. Una mujer que se preocupa por sus cambios de apariencia a medida que va envejeciendo, puede pensar que su compañero ya no la encuentra atractiva y estos pensamientos, pueden asociarse a conductas no favorecedoras de la salud sexual, tales como emitir menos conductas de seducción, disminuir la frecuencia con la que inicia interacciones de tipo sexual, arreglarse menos, etc. Este tipo de conductas pueden favorecer el cumplimiento de las expectativas de estas mujeres, a través del mecanismo conocido como «profecía autocumplida».
* El mantener estándares y metas de belleza física juvenil puede interferir con la forma de disfrutar del sexo tanto de hombres como de mujeres, aunque es probable que esto ocurra de forma especial en el caso de las mujeres puesto que en nuestra sociedad la presión social para cumplir metas de belleza física se ha ejercido y se ejerce (si bien las cosas están cambiando en los últimos años) de manera especialmente intensa con las mujeres.
* Atribuir cualquier problema que pueda surgir en las relaciones sexuales al hecho de que «uno es ya mayor», lo cual es una causa interna, estable y global que favorece la indefensión o percepción de falta de control respecto a los factores que causan o mantienen el problema. Esto, a su vez, favorece que la persona no haga esfuerzos por buscar soluciones. Al contrario, conocer los posibles factores que pueden estar influyendo en el surgimiento y mantenimiento de una disfunción es esencial para poder identificar la causa del problema y encontrar soluciones adecuadas al mismo.
* Algunas creencias erróneas también pueden contribuir a obstaculizar el disfrute de una adecuada sexualidad en la vejez:

«La vejez se asocia inevitablemente a declive del interés sexual»
«La menopausia disminuye el interés sexual»
«Es indecente , de mal gusto, que las personas mayores tengan intereses sexuales»
«La sexualidad es cosa de jóvenes»
«El sexo es, básicamente, el coito; otro tipo de relaciones sexuales son extrañas o inadecuadas»
«La actividad sexual en la vejez es mala para la salud, debilita a las personas»
«Las personas mayores ya no necesitan tanto como los jóvenes el mantener relaciones sexuales»

También influyen sobre la sexualidad determinados estereotipos sociales sobre los roles masculino y femenino y sobre las personas mayores. La imagen social de las mujeres y como menos interesadas en el sexo que los hombres, menos necesitadas de relaciones sexuales, así como la imagen social de las personas mayores como «desenganchadas» de estoe tipo de necesidades más típicas de los jóvenes, son otras barreras que hay que eliminar para favorecer el disfrute sexual en la vejez.

¿Cómo se puede ayudar a las personas mayores a disfrutar más de su sexualidad?
Normalizar el tema de la sexualidad, luchando contra obstáculos que impiden o dificultan a las personas mayores el hablar sobre el tema, favoreciendo la comunicación e intercambio de opiniones sobre el mismo y la expresión por parte de las personas mayores de la problemática que pueden vivir en este ámbito de su vida. Importante: no crear nuevas exigencias que contradigan los deseos o creencias religiosas de las personas mayores.

Proporcionar información a las personas mayores sobre los cambios normales que ocurren con el envejecimiento y que pueden generar cambios en la forma de experimentar la sexualidad; asimismo, darles información sobre los factores fisiológicos y psicológicos que pueden influir en el inicio y mantenimiento de disfunciones o dificultades sexuales, así como de las vías existentes para su posible superación.

Facilitando que las personas mayores se reconcilien con su figura corporal y acepten los cambios que supone el proceso de envejecimiento, cambiando los estándares de belleza de la juventud basados en criterios físicos y estéticos, por nuevos estándares más realistas y alcanzables, basados en los valores de la comunicación, el afecto, la intimidad y la sensualidad.

Potenciar una visión de la sexualidad creativa, menos coital, que reconozca el valor como potenciales fuente de placer de otros tipos de actividades.

Favorecer la creación de redes sociales adecuadas para las personas mayores, que les permitan satisfacer sus necesidades de afecto e intimidad en los casos en que haya bajo apoyo social o situaciones de soledad por viudedad, separaciones, etc.

Intervenir en aquéllas áreas o problemas como las ya tratadas u otras como las relaciones de pareja, el estado de salud o el estrés y la depresión, que afectan de forma significativa a las relaciones sexuales.
Portal mayores

¿EXISTE EL SEXO DESPUÉS DE LOS 65?

Mudanzas naturales del sexo en la edad madura
Según la Organización Mundial de Salud (OMS), la 3ª edad comienza a partir sexo-65de los 65 años de edad. Varias transformaciones van siendo sufridas por el cuerpo, acompañadas de una maduración emocional, de acuerdo con las potencialidades de cada un. La vida sexual, como ya era de esperarse también sufre algunas alteraciones, tal como su expresión. Pero ella existe hasta los últimos días de una persona.

Para comprender lo que muda con la edad, revisemos rápidamente el ciclo de la respuesta Sexual Humana. En la década de 60, algunos pesquisidores como Masters y Johnson estudiaran las modificaciones durante el acto sexual. Denominaran Ciclo de la Respuesta Sexual Humana el conjunto de alteraciones fisiológicas que ocurre durante la actividad sexual. Helen Singer Kaplan, una psiquiatra que estudió largamente la motivación sexual, complementó este concepto (Excitación y Orgasmo) con la fase inicial llamada Deseo.

Ciclo de la Respuesta Sexual Humana.

Deseo
El Deseo es la 1ª Fase Sexual, donde los instintos son estimulados y los apetitos crecen. El deseo y la sensualidad son experiencias sujetivas que incitan la persona a buscar actividad sexual. En términos cerebrales, hay mensajes neurofisiológicas que motivan la busca por sexo. Estos señales neurológicos aún, no fueran bien explicados pero ya se habla en una especie de Centro del Deseo Sexual en el Cerebro que sería constituido por una pequeña región cerebral denominada Claustro.

Existen muchas falacias en relación con el final del deseo sexual, cuando el hombre llega a envejecer. Es una cuestión mucho más cultural que biológica. Observase, en verdad, una disminución de la frecuencia del sexo a partir de los 40 años de edad, cuando hay baja de una hormona denominada Testosterona, responsable por el apetito sexual. En el hombre, el estímulo visual es de extrema importancia para iniciar y mantener el deseo sexual. Todavía, con el avanzar de la edad, él necesita ser tocado para provocar su deseo. Muchas veces beneficiase introduciendo el pene flácido en la entrada de la vagina como estímulo inicial.

En la mujer, con la llegada de la menopausia, también se puede constatar mucho más peso cultural do que biológico. Algunas mujeres que se sintieron obligadas a mantener relaciones por toda una vida, justifican la pérdida de la función sexual con el final de la menstruación. Usan la menopausia como escudo para no necesitar más “servir” su par sin obtención de algún placer. Otras mujeres experimentan una mejora de la vida sexual con la suspensión del ciclo menstrual, pues no necesitan más temer la gravidez indeseada y generalmente no tienen más hijos pequeños que perjudiquen el sueño o que ocupen mucha atención a lo largo del día.

Excitación
La excitación es la 2ª Fase Sexual. Ella ocurre cuando el cuerpo pasa a responder fisiológicamente a los estímulos que accionan el deseo sexual. O sea, la excitación es la respuesta del cuerpo al deseo. En el hombre, la excitación es demarcada por la erección (cuando el pene endurece), en la mujer por la lubricación vaginal.

En los hombres, con el pasar de la edad, el estímulo táctil tornase prácticamente indispensable para obtención de la erección. También el tiempo de eyaculación es más prolongado, posibilitando mayor placer para la compañera. La impotencia puede ocurrir parcialmente o totalmente por motivos emocionales, o mismo orgánicos, como algunas enfermedades o por efectos colaterales de algunas medicaciones. La posición para el coito debe ser repensada, evitándose mucho esfuerzo que genera fatiga y pérdida de erección. Varios tratamientos para disfunción eréctil ya están a disposición en el mercado.

Con la pérdida de producción de algunas hormonas en la menopausia, la mujer se queda con menos lubricación vaginal, debiendo tener mayor cuidado durante el acto sexual. Cuando la vagina está seca, el atrito del pene puede machucarla, como también a su compañero, además de provocar algunas infecciones (vulvovaginitis.) El uso de cremas lubrificantes es aconsejable, así como como la posibilidad de reposición hormonal. Otro fenómeno que ocurre es la pérdida de la gordura localizada en los grandes labios, haciendo con que la vagina disminuya de tamaño y quede más propensa a sufrir dolor en el coito. La imaginación debe ser muy utilizada para despertar más placer en el acto sexual.

Orgasmo
El orgasmo es la última Fase del Ciclo de la Respuesta Sexual. El orgasmo, el éxtasis, el gozo o ápice del placer es alcanzado cuando ocurre la liberación total de las tensiones antes retenidas, acompañada de una contracción muscular rítmica. En los hombres acontece la eyaculación. En los de más edad, hay una disminución de la fuerza de eyección del líquido seminal y también de su volumen. Entre tanto, no hay alteración de la sensación sujetiva de gran placer. En las mujeres, debido a la disminución de la capa de gordura, hay mayor contacto con las terminaciones nerviosas que llevan al placer, pudiendo haber mayor sensibilidad en el gozo.

Periodo Refractario
Después del orgasmo, el hombre tiene lo que se denomina Periodo Refractario, fenómeno este que no ocurre en las mujeres. Es el tiempo de relajamiento necesario para que él pueda reiniciar la actividad sexual. En general, este periodo aumenta mucho con la edad, pudiendo variar de horas, hasta uno o más días.
ABC de la Salud