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ESTIMULACIÓN COGNITIVA

La estimulación cognitiva, engloba todas aquellas actividades que se dirigen a mejorar el funcionamiento cognitivo en general (memoria, lenguaje, atención, concentración, razonamiento, abstacción, operaciones aritméticas y praxias) por medio de programas de estimulación.

Consiste en estimular y mantener las capacidades cognitivas existentes, con la intención de mejorar o mantener el funcionamiento cognitivo y disminuir la dependencia del enfermo.

Lo más importante, es que al trabajar sobre las capacidades residuales (las que aún conservan) de la persona (y no las que ya ha perdido), lograrán evitar la frustración del enfermo. Todo esto contribuirá a una mejora global de la conducta y estado de ánimo como consecuencia de una mejora de autoeficacia y autoestima por parte del enfermo.

PREGUNTAS Y RESPUESTAS SOBRE SEXUALIDAD Y ENVEJECIMIENTO

¿Qué cambios pueden producirse con el envejecimiento en la fisiología de la sexualidad?

En el caso de los hombres, es posible que:
* Aumente el tiempo requerido para llegar a una plena erección.
* Se necesite más estimulación erótica antes del acto sexual. Es posible que la estimulación manual sea más necesaria para llegar a la erección.
* La erección puede no ser tan enérgica o tan grande como antes.
* disminuya el tiempo durante en cual la erección puede ser mantenida antes de la eyaculación.
* Disminuya la fuerza de eyaculación y la cantidad de semen expulsada en la misma puede ser menor.
* La pérdida de la erección después del orgasmo puede suceder más rápidamente.
* Aumente la duración de la fase refractaria, esto es, puede pasar más tiempo antes de que le sea posible tener otra erección
* El sentimiento que una eyaculación esta a punto de producirse puede ser reducido.

En el caso de las mujeres, es posible que:
* Se observen cambios en su vagina, que puede acortarse y estrecharse.
* Las paredes vaginales pueden volverse más delgadas y un poco más rígidas, perdiendo elasticidad.
* Disminuya la lubricación vaginal.

Las consecuencias pueden ser la percepción de sequedad y picor en vagina y labios y la dispareunia o dolor durante el coito. En estos casos, el médico o el farmacéutico pueden sugerirle el uso de lubricantes vaginales con base de agua, que se venden sin necesidad de receta médica. También, el médico puede sugerir suplementos de estrógeno o la inserción de un estrógeno vaginal.

Estos cambios que se producen con el envejecimiento, ¿justifican siempre que se produzca una disminución del interés sexual?

20080714psasex_3_ies_lcoNo hay pruebas de que el proceso de envejecimiento por sí mismo determine una disminución del interés sexual. Parece que lo que se produce con el envejecimiento es, más bien, un cambio en la forma de experimentar y disfrutar del sexo. A pesar de que fisiológicamente no está justificada la pérdida de interés sexual en la vejez, existen factores asociados al envejecimiento (factores fisiológicos -determinadas enfermedades- y factores psicológicos- estereotipos, falsas creencias, miedos, falta de información) que pueden obstaculizar el adecuado disfrute de la sexualidad en esta etapa de la vida. Es importante tener en cuenta que el cambio en la vida adulta no es universal (hay muchas diferencias entre personas), no es unidimensional (cada capacidad o función evoluciona de diferente manera), no es unidireccional (hay capacidades que involucionan, pero otras se mantienen e incluso mejoran) y no es necesariamente irreversible (hay aspectos y dimensiones que se pueden mejorar). Estas consideraciones son perfectamente aplicables a la experiencia sexual en la vejez.

¿Cuáles son los problemas de salud o las enfermedades que pueden obstaculizar la sexualidad?

Entre las enfermedades o problemas de salud que pueden hacer más difícil la realización y/o el disfrute del acto sexual se encuentran las siguientes:

Artritis. El dolor de las articulaciones ocasionado por la artritis puede hacer que el contacto sexual resulte incómodo. La cirugía de reemplazo de articulaciones y los medicamentos pueden aliviar este dolor. También pueden ser de utilidad el ejercicio, el descanso, los baños calientes y los cambios de posición o de horario para la actividad sexual.

Dolor crónico. Además de la artritis, un dolor que persiste durante más de un mes o que aparece y desaparece frecuentemente puede ser ocasionado por otros problemas óseos o musculares, herpes zoster, mala circulación, o problemas de los vasos sanguíneos. Este malestar puede, a su vez, ocasionar problemas para dormir, depresión, aislamiento y dificultad para moverse. Estos pueden interferir con la intimidad entre las personas mayores. El dolor crónico no tiene por que ser parte del envejecer, con frecuencia, se puede tratar.

Diabetes. Muchos hombres que sufren de diabetes no tienen problemas sexuales, pero esta es una de las pocas enfermedades que puede causar impotencia. En la mayoría de los casos, el tratamiento médico puede ayudar.

Problemas del corazón. El estrechamiento y endurecimiento de las arterias, conocido como arteriosclerosis, cambia la estructura los vasos sanguíneos e impide que la sangre fluya libremente. Esto puede implicar problemas de erección en los hombres y puede aumentar la tensión arterial (hipertensión). Uno de los trastornos vasculares más frecuentes es la enfermedad arterial oclusiva peneana, por ejemplo, casi siempre parte de una ateroesclerosis difusa, se asocia a dietas altas en grasa y colesterol que favorecen el depósito gradual de colesterol en las paredes de las arterias.

Algunas personas que han sufrido un infarto temen que el tener relaciones sexuales pueda ocasionarles otro ataque. La probabilidad es muy baja. La mayoría de estas personas pueden volver a tener relaciones sexuales entre 3 y 6 semanas después de estabilizarse tras un ataque, si su médico lo aprueba. Siempre siga el consejo de su médico.

Incontinencia. La pérdida del control de la vejiga o el escape de orina es más común a medida que envejecemos, especialmente en las mujeres. La incontinencia por esfuerzo sucede por ejemplo al hacer ejercicio, toser, estornudar o levantar algo. Debido a la presión extra sobre el abdomen durante el acto sexual, la incontinencia puede conducir a que las personas lo eviten. La buena noticia es que, por lo general, esto se puede tratar.

Accidente cerebrovascular. Un accidente cerebro-vascular rara vez afecta la capacidad de sostener relaciones sexuales, aunque es posible tener problemas de erección. Es poco probable que el acto sexual pueda ocasionar otro accidente. Alguien con debilidad o parálisis causada por un accidente cerebro-vascular puede tratar de usar diferentes posiciones o dispositivos médicos que les permita continuar practicando el sexo.

El déficit de vitamina B12 puede afectar también a la sensibilidad peneana de los hombres.

También hay que tener en cuenta que muchos medicamentos tienen efectos secundarios que pueden influir sobre la función sexual.

¿La menopausia se asocia a una disminución del interés sexual?
La menopausia por sí misma no parece tener un efecto negativo mayor sobre el interés sexual. Contrariamente al estereotipo, muchas mujeres postmenopáusicas experimentan un aumento del interés por la actividad sexual, lo cual puede deberse a múltiples razones tanto de tipo fisiológico (p.ej., el efecto de los andrógenos ante la deficiencia estrogénica postmenopáusica) o psicológico (p.ej., desaparece el temor a un embarazo no deseado).

¿Es la impotencia una consecuencia inevitable del envejecimiento?
Rotundamente no. La impotencia puede estar asociada a determinadas enfermedades tales como las de tipo vascular, que pueden contribuir a disminuir la capacidad para mantener un volumen adecuado de sangre dentro del pene y así, se más difícil para el hombre mantener la erección.

En una gran parte de los casos, la impotencia es causada y mantenida por factores psicológicos mientras que, sin embargo, las impotencias de tipo orgánico son las menos frecuentes, y con frecuencia se puede manejar e incluso, curar.

¿Qué factores psicológicos pueden obstaculizar el disfrute de una adecuada sexualidad en la vejez?
La sexualidad implica aspectos emocionales y físicos y la forma en que piensan y sienten las personas mayores, al igual que las personas de cualquier edad, puede afectar enormemente su sexualidad. Algunos de los factores psicológicos que pueden interferir con un adecuado disfrute de las relaciones sexuales en la vejez son los siguientes:

* Los hombres pueden temer que la impotencia se convierta en un problema más común a medida que van envejeciendo. La excesiva preocupación por la posibilidad de volverse impotente, puede causar un estrés suficiente para producir problemas de erección. La excesiva preocupación puede hacer que el hombre despliegue una autoatención excesiva durante el acto sexual, la cual suele ir acompañada de sentimientos de aprensión o ansiedad ante la posibilidad de que la erección sea difícil o imposible. O tal vez, al pensar que la impotencia es algo «normal» en la etapa de la vida en la que se encuentra, es improbable que la persona se plantee posibilidad de solucionar el problema o busque algún tipo de ayuda.
* A algunas mujeres, los cambios físicos normales -un cuerpo menos firme, el cabello gris, las arrugas- pueden carinos1hacerles sentir que son menos atractivas para el sexo opuesto, y pueden vacilar antes de expresar su interés sexual. Una mujer que se preocupa por sus cambios de apariencia a medida que va envejeciendo, puede pensar que su compañero ya no la encuentra atractiva y estos pensamientos, pueden asociarse a conductas no favorecedoras de la salud sexual, tales como emitir menos conductas de seducción, disminuir la frecuencia con la que inicia interacciones de tipo sexual, arreglarse menos, etc. Este tipo de conductas pueden favorecer el cumplimiento de las expectativas de estas mujeres, a través del mecanismo conocido como «profecía autocumplida».
* El mantener estándares y metas de belleza física juvenil puede interferir con la forma de disfrutar del sexo tanto de hombres como de mujeres, aunque es probable que esto ocurra de forma especial en el caso de las mujeres puesto que en nuestra sociedad la presión social para cumplir metas de belleza física se ha ejercido y se ejerce (si bien las cosas están cambiando en los últimos años) de manera especialmente intensa con las mujeres.
* Atribuir cualquier problema que pueda surgir en las relaciones sexuales al hecho de que «uno es ya mayor», lo cual es una causa interna, estable y global que favorece la indefensión o percepción de falta de control respecto a los factores que causan o mantienen el problema. Esto, a su vez, favorece que la persona no haga esfuerzos por buscar soluciones. Al contrario, conocer los posibles factores que pueden estar influyendo en el surgimiento y mantenimiento de una disfunción es esencial para poder identificar la causa del problema y encontrar soluciones adecuadas al mismo.
* Algunas creencias erróneas también pueden contribuir a obstaculizar el disfrute de una adecuada sexualidad en la vejez:

«La vejez se asocia inevitablemente a declive del interés sexual»
«La menopausia disminuye el interés sexual»
«Es indecente , de mal gusto, que las personas mayores tengan intereses sexuales»
«La sexualidad es cosa de jóvenes»
«El sexo es, básicamente, el coito; otro tipo de relaciones sexuales son extrañas o inadecuadas»
«La actividad sexual en la vejez es mala para la salud, debilita a las personas»
«Las personas mayores ya no necesitan tanto como los jóvenes el mantener relaciones sexuales»

También influyen sobre la sexualidad determinados estereotipos sociales sobre los roles masculino y femenino y sobre las personas mayores. La imagen social de las mujeres y como menos interesadas en el sexo que los hombres, menos necesitadas de relaciones sexuales, así como la imagen social de las personas mayores como «desenganchadas» de estoe tipo de necesidades más típicas de los jóvenes, son otras barreras que hay que eliminar para favorecer el disfrute sexual en la vejez.

¿Cómo se puede ayudar a las personas mayores a disfrutar más de su sexualidad?
Normalizar el tema de la sexualidad, luchando contra obstáculos que impiden o dificultan a las personas mayores el hablar sobre el tema, favoreciendo la comunicación e intercambio de opiniones sobre el mismo y la expresión por parte de las personas mayores de la problemática que pueden vivir en este ámbito de su vida. Importante: no crear nuevas exigencias que contradigan los deseos o creencias religiosas de las personas mayores.

Proporcionar información a las personas mayores sobre los cambios normales que ocurren con el envejecimiento y que pueden generar cambios en la forma de experimentar la sexualidad; asimismo, darles información sobre los factores fisiológicos y psicológicos que pueden influir en el inicio y mantenimiento de disfunciones o dificultades sexuales, así como de las vías existentes para su posible superación.

Facilitando que las personas mayores se reconcilien con su figura corporal y acepten los cambios que supone el proceso de envejecimiento, cambiando los estándares de belleza de la juventud basados en criterios físicos y estéticos, por nuevos estándares más realistas y alcanzables, basados en los valores de la comunicación, el afecto, la intimidad y la sensualidad.

Potenciar una visión de la sexualidad creativa, menos coital, que reconozca el valor como potenciales fuente de placer de otros tipos de actividades.

Favorecer la creación de redes sociales adecuadas para las personas mayores, que les permitan satisfacer sus necesidades de afecto e intimidad en los casos en que haya bajo apoyo social o situaciones de soledad por viudedad, separaciones, etc.

Intervenir en aquéllas áreas o problemas como las ya tratadas u otras como las relaciones de pareja, el estado de salud o el estrés y la depresión, que afectan de forma significativa a las relaciones sexuales.
Portal mayores

CRUCIGRAMAS AYUDAN A MANTENER JOVEN EL CEREBRO

cruciLos crucigramas y otros ejercicios de estimulación mental como el juego «sudoku» mejoran la memoria y pueden ayudar a mantener el cerebro hasta quince años más joven en las personas que han superado los sesenta.

Así lo afirmó el profesor Ian Robertson, del Trinity College de Dublín, en un acto organizado en el marco del Festival de la Ciencia de Gran Bretaña, que se celebra en la capital irlandesa. «El cerebro es un órgano plástico, al que se da forma según lo que hagamos. Las personas vivimos hoy más años, pero la mayor amenaza para la población que envejece afecta a las funciones cerebrales», explica Robertson, citado hoy por el diario «The Times».

Personas de más de sesenta años participaron en un programa de cuatro meses de ejercicios aeróbicos, que ayudaron a los pulmones a respirar más profundamente y al corazón a latir con más fuerza.

Los beneficios de esos ejercicios se hicieron sentir de modo especial en los lóbulos frontales del cerebro, que son los que participan en la organización, la toma de decisiones, la atención y la memoria.

Ese tipo de ejercicios físicos genera una substancia química que estimula el crecimiento de nuevas células y conexiones cerebrales, incrementando el nivel de serotonina, que controla el estado de ánimo, a la vez que estimula los vasos sanguíneos que alimentan el cerebro. «Para las personas de más de cincuenta años, el ejercicio es una especie de droga milagrosa que fomenta la actividad cerebral, refuerza la memoria y aplaza la pérdida de agilidad mental», explicó el científico irlandés.

También es importante una buena dieta: los alimentos ricos en grasas saturadas aceleran el proceso de degradación mental mientras que el estrés puede también tener graves consecuencias si es prolongado. «Una de las razones por las que nos falla la memoria es porque cuando alcanzamos cierta edad no atacamos las informaciones con el mismo vigor que cuando éramos jóvenes», señaló el profesor Robertson.

Ese fenómeno se ha observado en una serie de experimentos llevados a cabo con personas de distintos grupos de edad.

Cuando se dio a los jóvenes una lista de palabras para memorizar, sus cerebros mostraron una fuerte actividad en la parte izquierda del lóbulo frontal, así como en el centro principal de la memoria, que está en el hipocampo.

Por el contrario, cuando se encomendó la misma tarea a personas de más de setenta años, no se detectó la misma actividad en esa zona del cerebro, razón por la cual no podían luego recordar las palabras como los jóvenes.

Según Fergus Craik, de la Universidad de Toronto, los mayores pueden, sin embargo, activar los lóbulos frontales mediante ejercicios sistemáticos destinados a aumentar la capacidad de procesamiento mental de la memoria.

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