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RELACIÓN ENTRE STATUS SOCIOECONÓMICO Y ENVEJECIMIENTO

En un artículo publicado online en la revista Aging Cell, investigadores de la Unidad de Epidemiología genética y de la Investigación de Gemelos del St. Thomas Hospital de Londres, y del Centro del Desarrollo humano y Envejecimiento de la Universidad de New Jersey, EEUU, se proponen comprobar la hipótesis de que el estado socioeconómico de un individuo se asocia con el proceso de disminución de la longitud del telómero de los cromosomas, de modo independiente de otros factores que también tienen impacto sobre dicha longitud (tabaco, obesidad e inactividad física) y, en definitiva, sobre la esperanza de vida.

telomerogrLos cromosomas de las células están protegidos en sus extremos (a semejanza de los cortos capullones de plástico que protegen a los extremos de los cordones de los zapatos para que no se deshilachen) por unos cortos «capullones biológicos» constituidos por unas breves y repetidas secuencias de ADN. Son los telómeros. En los seres humanos la secuencia es una tira repetida de TTAGGG. Los telómeros preservan la integridad de los genes durante el proceso por el cual se produce la replicación del ADN en cada división celular.

En el momento de nacer, la longitud de los telómeros de los cromosomas de las células somáticas varía de una persona a otra; pero cada vez que una célula se replica, la célula hija obtiene unos telómeros algo más cortos que los de la célula progenitora. Esta progresivo acortamiento de los telómeros se produce en las células somáticas, pero no en las células germinales (óvulos y espermatozoides).

En los individuos sanos los telómeros no se acortan de manera significativa hasta la ancianidad, gracias a la presencia de una enzima, la telomerasa, que asegura la renovación del protector telómero mediante la síntesis de nuevas secuencias de ADN.

Los autores han estudiado 1.552 gemelas caucásicas, que incluían 749 parejas dizigóticas (gemelos no-idénticos, que comparten alrededor de la mitad de sus genes) y 27 monozigóticas (gemelos idénticos, que comparten todos los genes). Una muestra de sangre de cada gemela permitió extraer el ADN de los leucocitos para evaluar el acortamiento de sus telómeros y su correlación con la edad biológica.

Ha sido comparada la clase social de las participantes con la longitud media de sus telómeros: en las mujeres con una edad media de 46 años, los investigadores hallaron que la diferencia entre la longitud de los telómeros de aquellas mujeres clasificadas como trabajadoras manuales y no-manuales (la clase social más alta) era equivalente a 7 años biológicos.

Para confirmar que esta diferencia entre la longitud de los telómeros no era debida a factores genéticos, los investigadores analizaron 17 parejas de gemelas monozigóticas (idénticas) que habían comenzado a vivir en la misma clase socioeconómica pero que evolucionaron socialmente hacia clases distintas: hallaron que los telémeros de las gemelas en la clase social más alta eran significativamente más largos que en las gemelas que habían terminado en la clase social más baja, con una diferencia de longitud comparable a 9 años biológicos.

La conclusión es que la clase socioeconómica no sólo influye en el estado de salud del individuo, sino que parece influir sobre el proceso del envejecimiento.

Fuente: Aging Cell

POBLACIÓN Y ENVEJECIMIENTO

A continuación definiremos varios conceptos importantes a la hora de hablar de aspectos demográficos del envejecimiento.

longevidad1Porcentaje de población envejecida.

El porcentaje de población envejecida (por encima de 65 años) se ha ido incrementando desde mediados del siglo XX. En Julio del 2001 el 17% de la población española tenía más de 65 años, según los datos del INE, y se prevé que el 43% de la población tenga más de 60 años en el 2050.

Índice de envejecimiento de la población.
El índice de envejecimiento hace referencia a la razón entre la población mayor de 65 años y la población total, calculándose también respecto a la población menor de 15 años. Según los datos del INE, actualmente los mayores de 65 años superan a los menores de 15 años en más de un millón de personas. Se trata de un índice que ha ido aumentando progresivamente en los últimos años, y cuya tendencia es seguir subiendo. Esta situación es similar a la de los demás países europeos desarrollados y muy superior a la del resto de países del mundo. A dicho incremento contribuye no sólo el hecho de que las posibilidades de vida se hayan alargado considerablemente y exista cada vez mayor número de ancianos en todos los grupos etarios, sino también a la disminución en la natalidad que, en el caso de España, es una de la más baja del mundo.

Límite máximo de vida.
El límite máximo de vida es el número máximo de años que ha vivido algún individuo de una especie. Para la especie humana el potencial de supervivencia parece situarse en torno a 115 años, existiendo una persona que llegó a vivir 120 años.

Esperanza de vida, dependiente e independiente.
La esperanza de vida o expectativa de vida es el número de años que se calcula que el 50% de una población va a vivir a partir de cada edad exacta. Así ésta será diferente según se considere como punto de partida el nacimiento o la etapa adulta. En general, se estima que la esperanza de vida al nacer es de 83 años para las mujeres y de 78 años para los hombres. Además, deben considerarse otros dos conceptos importantes, los de «esperanza de vida independiente» y «esperanza de vida dependiente», según que el individuo en cuestión sea capaz de valerse por sí mismo o requiera de la ayuda de terceras personas. Hoy se sabe que, en España, la esperanza de vida de una persona a los 65 años es de unos 17-18 años, de los cuales alrededor de 9 (el 60%) serán de vida independiente, mientras que el otro 40% lo será de vida dependiente. El período de dependencia va aumentando a medida que la edad de referencia que se toma es más alta. Intentar reducir cada vez más este período de vida dependiente constituye uno de los grandes retos de la geriatría actual.

Longevidad
La longevidad se entiende como una característica de las personas que superan la expectativa de vida. Las personas longevas tienen una edad entre la expectativa media de vida de su población y el límite máximo de vida de la especie. En el caso de España se puede considerar longevo aquel que supera los 77 años. Mientras que el límite máximo de la vida no ha aumentado, la longevidad sí lo ha hecho. Es decir, la mejora de las condiciones de vida hace que más personas se aproximen al límite máximo de la vida. Así es que encontrar personas centenarias no es un hecho tan infrecuente hoy en día.

Ana Isabel Hormigo Sánchez y Mónica Ruiz Ruiz, Médicos Residentes de Geriatría. H. C. San Carlos. Madrid.

«CÓMO LLEVAMOS NUESTRA VEJEZ»

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Nittin Desai, Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas para Asuntos Económicos y Sociales.

El año pasado cumplí 60, y tuve la ocasión de celebrar varias fiestas. Estas fiestas no son inusuales; en mi cultura, es un logro que alguien llegue a los 60 años.
A nivel mundial, debemos reconocer que el hecho de estar viviendo más años no es un problema sino un logro. Este hecho, naturalmente, demanda ciertos cambios de actitudes. Venerados y protegidos en algunos lugares, en otros, las personas de edad son denostadas, arrinconadas abandonadas y sufriendo de abusos físicos, psíquicos y financieros.
Sin embargo, la marginación de las personas de edad deberá ser erradicada del planeta en los próximos años. Según opinión de los demógrafos de las Naciones Unidas, es muy probable que, en un plazo de 50 años, haya por primera vez en la historia más personas mayores de 60 años que niños menores de quince. Mientras ahora una de cada diez personas tiene menos de 60 años, en el año 2050 la proporción será de una por cada cinco. Y se espera que las cifras de los que tienen más de 80 años («personas de edad mayores») se quintuplique.
Los analistas de la ONU han estado siguiendo y analizando las ramificaciones de estas tendencias en diferentes ambientes, situaciones económicas y regiones. En las regiones más desarrolladas, las personas mayores ya superan a los jóvenes. Aunque el mundo desarrollado ha envejecido gradualmente en el último siglo, la transformación en la estructura de edades aún es un desafío en cuanto al descenso proyectado en la proporción de las personas de edad de trabajar, respecto de las que no están dentro de esa franja de edad, a efectos de pensiones, sistemas de seguridad social y cuidado de la salud.
En los países en desarrollo, el ritmo de envejecimiento es más rápido; en éstos, se espera que la población de personas de edad se cuadruplique en los próximos 50 años. Ésas naciones tendrán que hacer frente a restricciones de recursos, a medida que se confrontan los retos simultáneos de desarrollo y envejecimiento de la población. Es evidente que los países más ricos, así como en los más pobres, la revolución demográfica ejercerá su influencia sobre todos los ámbitos de la vida cotidiana y afectará, por ende, a hombres, mujeres y niños.
En 1999, la ONU alertó sobre esta revolución durante la celebración del Año Internacional de las Personas de Edad. El lema y eje central de ese año fue la necesidad de crear «una sociedad para todas las edades», aquélla en donde las actitudes, políticas y prácticas en todos los niveles y sectores permitieran a las personas envejecer con seguridad y dignidad, para que continuaran participando en sus sociedades como ciudadanos de pleno derecho, contribuyan al desarrollo y, al tiempo, se beneficien del mismo.
La 2° Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento, que Naciones Unidas realizó en Madrid del 8 al 12 de octubre, va un paso más allá. En dicho evento, países de todo el mundo adoptaron el Plan Internacional de Acción 2002, el cual – sin ser un instrumento de obligado cumplimiento- brinda una guía a quienes tiene que formular las políticas relativas a los cambios que se precisan para hacer realidad el lema de «Una sociedad para todas las edades».
Su punto de partida se basa en que la tendencia global de vivir más años es un logro histórico que debe reflejarse en el manejo de nuestras economías y en la organización de nuestras sociedades.
El plan cubre una amplia gama de posibles medidas políticas. Algunas de las cuales están relacionadas con la protección de los derechos de las personas de edad. Ellos se merecen remuneraciones o pensiones decentes. Debe ponerse especial atención en las mujeres, que son el colectivo mayoritario dentro de las personas de edad. A menudo, una parte de ese colectivo no recibe pensiones adecuadas, debido a sus bajos ingresos, o por causa de trabajo interrumpido. También las mujeres pueden haber sido víctimas de prácticas habituales perjudiciales que han socavado su capacidad económica. Los programas de erradicación de la pobreza deben considerar las necesidades de las personas de edad en el medio rural, en donde vive la mayor parte de dicho colectivo en los países en desarrollo. Deben, asimismo, abordarse las necesidades de las personas de edad que viven solas y de las que padecen discapacidades.
El plan de acción también destaca la necesidad de atender los cuidados de salud, no sólo en las personas de edad sino durante toda la vida; los resultados serán personas de edad más saludables. También se precisa que, en todas partes, se dé una mejor capacitación a quienes se encargan de cuidar a las personas de edad. Igualmente, se requerirá de una mayor cobertura en materia de educación, programas de capacitación en geriatría y en tecnología en este específico campo, a fin de hacer frente a la revolución demográfica.
Un objetivo clave es hallar la fórmula adecuada para aprovechar el potencial de las personas de edad como base para el desarrollo de las sociedades futuras. En este sentido, es esencial la integración permanente de las personas de edad a sus comunidades.. Para ello se necesitan tomar iniciativas para promover intercambios intergeneracionales productivos, basados en el recurso del potencial humano que aportan las personas de edad.
El plan de acción  adoptado en la reunión de Madrid cubre entre otras estrategias, los aspectos políticos, económicos y sociales. Pero no todas los mecanismos a aplicar encajan en todas las circunstancias. Se espera que los responsables de formular las políticas nacionales seleccionen las herramientas políticas más apropiadas para adecuarlas a las realidades de sus respectivos países, y que incorporen la cuestión del envejecimiento en su agendas nacionales.
Según el proverbio chino «no importa lo viejo que seas sino cómo lleves la vejez». Para todos aquellos que vivimos en este mundo, lo que importa realmente es la manera en que llevamos nuestra vejez»