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LA SUERTE DE ENVEJECER BIEN

cubiertalasuertedeenvejecerLibro tan necesario como revelador, que apuesta por la vitalidad de las personas que se preparan para envejecer. Marie de Hennezel defiende que cumplir 60 años no debe ser una preocupación e invita a renacer en una vida distinta, no menos fascinante. No hay que aferrarse a la juventud, sino asumir el paso del tiempo con una conciencia feliz. Aporta claves para vivir con plenitud una vejez digna de ser vivida y aborda temas tabús como el miedo a la enfermedad o la muerte; y también el deseo y el sexo.

Datos de la autora:

Marie de Hennezel es psicóloga y psicoterapeuta. Derivó su profesión en la difusión de la cultura paliativa en el ministerio de Sanidad francés. Es autora de dos tratados ministeriales en Francia que defienden la compañía de las personas mayores. Ha publicado La mort intime, L’art de mourir,  (premio Libros y Derechos Humanos de la Villa de Nancy).

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CÓMO ENVEJECER BIEN

longeviParte del secreto del buen envejecer radica en la juventud interior y en la actitud personal.

¿Cómo prepararse para la última etapa de nuestra vida? Envejecer no es fácil para todos. Es un proceso que comporta numerosas pérdidas, pero también ganancias. Incluso, en el peor de los escenarios, la dependencia total, es posible descubrir una forma de crecer, de sublimarse y de sentirse bien. Se suele hablar de los factores que contribuyen a mantener la longevidad física pero, ¿son suficientes? Los expertos sostienen que no bastan y revela algunas de las claves psicológicas fundamentales para envejecer bien y tener una vida longeva.

Longevidad con juventud
Envejecer bien es una suerte que, en parte, depende de la actitud de cada persona. Envejecer no es lo mismo que ser viejo, un estado del espíritu que consiste en ver la vida con tristeza y amargura. Una persona se puede sentir vieja a los 60 años y joven a los 80. Éste el mensaje con el que arranca «La suerte de envejecer bien. La plenitud de la vida», obra de la psicóloga y psicoterapeuta Marie de Hennezel.

En 2050, por cada niño habrá tres personas con más de 60 años, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El número de «seniors», como denomina Hennezel a los mayores, sigue al alza de forma imparable. Mientras en unas sociedades el miedo a la vejez y al deterioro físico se contagia y los ancianos son percibidos como una carga, en otras son considerados auténticos tesoros. Esto es lo que sucede en la isla japonesa de Okinawa, que cuenta con numerosos habitantes centenarios.

La larga vida de los ancianos de Okinawa, designada por la OMS como región de la longevidad, no se explica sólo por la genética, ya que se ha comprobado que cuando sus habitantes abandonan la isla disminuye su esperanza de vida. Tampoco se justifica por el buen clima y los sanos hábitos nutricionales que siguen, basados en comer poco y lento, tomar alimentos sanos como el pescado, la soja, el arroz o las algas ricas en yodo y calcio, y evitar pasteles y golosinas, expone Hennezel.

El bienestar psicológico, ser felices en esta etapa de la vida, es crucial para envejecer bien y vivir más tiempo.

La admirable longevidad de estos japoneses se debe también a su bienestar psicológico. Son ancianos socialmente activos, optimistas frente a los problemas y se sienten felices de ser viejos, sin tener la sensación de que son un peso o una carga para la sociedad. «El calor de nuestro corazón impide a nuestro cuerpo oxidarse», dicen. El mensaje parece claro: la longevidad no está condicionada sólo por la genética y los hábitos saludables. El bienestar psicológico, ser felices en esta etapa de la vida, es crucial para envejecer bien y vivir más tiempo.

Envejecer no es una debacle
«Envejecer no es una debacle ni una edad dorada. Es una etapa tan rica y digna de ser vivida como las otras, apasionante de vivir, con sus alegrías y sus dificultades. Da problemas, por supuesto, a todos los niveles: económicos, sociales, psicológicos», pero contra esta realidad Hennezel aboga por un realismo positivo que consiste en mirar estos problemas de frente y saber anticiparse a ellos. Esta psicoterapeuta afirma que envejecer es «un arte contradictorio: por una parte es un naufragio, por otra, una progresión».

Es un naufragio porque comporta numerosos duelos por la pérdida de la energía vital, la juventud perdida, la esperanza de vida, la salud (aparecen los achaques), familiares y amigos de la misma edad que fallecen, el trabajo y el éxito profesional, la autonomía personal, hasta la independencia económica.

No obstante, en el peor de los casos, Hennezel sostiene que es posible experimentar un importante crecimiento interior y aprender a saborear la vida de otra forma, puesto que envejecer también es una ganancia en términos de experiencia, sabiduría, crecimiento interior y espiritual. El objetivo en la vejez no debe ser buscar el éxito y el reconocimiento exterior, sino que la satisfacción viene cuando se madura interiormente.

Entre la renuncia a la juventud y la aceptación de la muerte hay un tiempo en el que nos podemos sentir profundamente felices y libres. Ese tiempo es la oportunidad que tenemos de conocer aspectos de nosotros que desconocíamos, de ver, sentir y amar de otra manera.

CLARA BASSI
Fuente: revista.consumer

LA EDAD NO IMPLICA PERDER LA MEMORIA

memoria¿Es cierto que a todos nos falla la memoria a medida que envejecemos? De acuerdo a investigaciones recientes, este concepto es erróneo.

Investigaciones recientes respaldadas por el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento (NIA, por su sigla en inglés), sugieren que la pérdida de la memoria no es parte del proceso natural de envejecer, y que el mantener la mente activa es la clave para mantener un buen funcionamiento del cerebro.

El Dr. Andrew Monjan, Director del Programa de Neurobiología del Envejecimiento en el NIA, que financia estudios en esa área en universidades y escuelas de medicina alrededor de todo el país, afirma que la investigación sugiere que quien no usa su memoria, la pierde. «Estamos cambiando el viejo mito de que cuando envejecemos nos volvemos seniles. Estamos aprendiendo que la demencia y la pérdida de memoria comúnmente asociadas con la edad no son, de hecho, parte del proceso normal de envejecer».

¿Por qué entonces algunas personas mayores, pero no todas, parecen experimentar pérdida de memoria?
Varias enfermedades, que pueden tener efectos negativos sobre las células cerebrales, tienen mayor probabilidad que el envejecimiento normal de causar deficiencia cognoscitiva, expresa el Dr. Monjan.
Los estudios conducidos en los últimos dos años sugieren que mayormente la pérdida de la función del cerebro puede ser atribuida a algún tipo de evento patológico no relacionado directamente con la edad.
Entre las razones médicas que pueden causar disfunción o muerte de las células cerebrales están las infecciones virales, problemas crónicos de insomnio, problemas de alcoholismo crónico y abuso de drogas y desórdenes del cerebro o del sistema nervioso, tales como la enfermedad de Parkinson o un historial de derrames pequeños o accidentes cerebrovasculares.

Además, nuevas evidencias sugieren que la pérdida de algunas células cerebrales- sobre todo ocasionada por alguna enfermedad- podría ser reversible, explica el Dr. Monjan. Las células cerebrales pueden incluso ser reparadas y regeneradas con un tratamiento médico apropiado, añade él.

También se están refutando otros mitos sobre la memoria, la edad y el cerebro, expresa la Dra. Molly Wagster, Directora del programa de becas del NIA, destinadas para realizar investigaciones sobre la neuropsicología del envejecimiento.

Contrario a las creencias comúnmente respaldadas, las personas continúan desarrollando nuevas células cerebrales durante toda la vida. «Antes se creía que al nacer usted tenía todas las células cerebrales que debía tener», expresa ella, «pero nuevas investigaciones en el campo celular nos dicen que las células cerebrales continúan naciendo aún en la etapa adulta».

Las altas tecnologías de imágenes – los avances que se conocen como resonancia magnética funcional de la imagen (functional magnetic resonance imaging, FMRI) y la tomografía de emisión de positrones (Positron emission tomography, PET) – le permiten a los científicos ver por primera vez lo que sucede en el cerebro de un individuo mientras está realizando tareas o procesando información.
La Dra. Wasgster dice que esos avances tecnológicos relativamente nuevos están ayudando a los científicos a determinar cuáles regiones del cerebro son responsables de ciertas actividades específicas.

Estas «revoluciones» en ese tópico también están arrojando luz sobre la interrogante de cómo podemos aprender y recordar.
«En el presente algunos de nuestros investigadores están examinando cómo el cerebro de una persona mayor memoriza y recupera información en comparación con la manera en que el cerebro de una persona joven completa las tareas», explica la Dra. Wagster. «Definitivamente, esta es una de las áreas nuevas de investigación más fascinantes, y estamos cosechando los beneficios para la población de edad avanzada».

Finalmente, tanto el Dr. Monjan como la Dra. Wagster enfatizaron que la noción popular de que uno puede mejorar la memoria tomando suplementos dietéticos tales como gingko biloba y vitaminas es actualmente una parte más de la tendencia de nuestra sociedad de tratar de encontrar una solución rápida en vez de hechos comprobados.
Se ha demostrado que el ginkgo incrementa la circulación de la sangre, lo cual a su vez ayuda la función del cerebro, explica el Dr. Monjan.
No obstante, aclara él, la importancia exacta de usar gingko – más allá de algunos efectos de placebo – todavía no se conoce. El NIHB a través de su Centro Nacional de Medicina Alterna y Complementaria y a través del NIA, ha iniciado un estudio clínico sobre los efectos que tiene el gingko sobre la memoria.
«Yo pienso que todavía es prematuro añadir esas cosas a su dieta, creyendo que aumentará su memoria», nos informa el Dr. Monjan. «El verdadero secreto para una función óptima de la mente es, como siempre nos decían nuestras madres», prosiguió él «coma, descanse bien y ejercite tanto la mente como el cuerpo».
Fuente: Instituto Nacional sobre el Envejecimiento. NIA