Archivo de la etiqueta: ENVEJECER

IMAGEN POSITIVA DEL ENVEJECIMIENTO

Don Enrique Pozón Lobato

Para la opinión publica, aunque sensibilizada, la vejez sigue siendo una asignatura pendiente, ya que la ignorancia sobre esta etapa de la vida, es generalizada. El llegar a viejo es ya el horizonte normal en la vida de los ciudadanos. Por nuestro propio interés hay que cambiar la idea que se tiene de persona mayor, para que la sociedad adquiera una mentalidad abierta que supere prejuicios y actitudes negativas

Nuestra sociedad no está éticamente madura para comprender a las personas mayores como proyecto de futuro. Para ello se ha de pasar del modelo tradicional de la vejez  como etapa deficitaria, en donde todo es pérdida y deterioro, consecuencia tanto de los cambios biológicos, psicológicos y sociales que se produce en el individuo que envejece, como por la visión distorsionada del colectivo societario, con sus mitos, estereotipos y prejuicios, a un nuevo modelo de  vejez activa. Se ha de provocar en las personas mayores significados para vivir, convirtiendo el envejecimiento en una etapa activa, creativa y esperanzada. Toda persona lleva en su interior el deseo profundo de realizar algo que tenga sentido, encontrando valores que motiven su existencia. Tiene sentido vivir y para que vivir.

Lo importante es que el ser humano se prepare para la vejez, si es posible, bastante antes de que llegue el atardecer de la vida. No se  trata de “volver a empezar” sino de vivir una nueva relación, con nuevas posibilidades de crecimiento y oportunidades, nuevas cosas con las que dar contenido a lo que hemos sido a lo largo del pasado; y desarrollar actividades que no pudimos hacer antes. No es una  falsa ilusión o terrible ironía la posibilidad de seguir creciendo y  desarrollándose cuando uno es persona mayor.

En un futuro  las personas mayores serán cada  vez más, dispondrán de mejor salud, con una atención sanitaria universal; un buen nivel económico; y sobre todo  un mayor nivel cultural, con un mayor peso en todos los ámbitos, mucho más dinámicas, mejor informadas, con variedades de opciones de ocio y tiempo desocupado. Serán muy distintas a la de hoy

Las personas mayores si quieren alcanzar una existencia satisfactoria han de ajustarse correctamente al proceso de su  envejecimiento en el marco del activismo poniendo en práctica una serie de recomendaciones: “permanecer comprometidas en el contexto donde se encuentran; ocupar su tiempo desocupado en nuevas actividades, evitando caer en la inadaptación y en la marginación; tener presente ideales en su existencia para llevarlos a la práctica en las nuevas circunstancias impuestas por la edad avanzada; conservar en lo posible las relaciones sociales anteriores y en su defecto sustituirlas; prestar atención a la formación”

Enrique Pozón Lobato
Doctor en Ciencias de la Educación
Ponente del Aula de Mayores de la Universidad de Málaga

UN EJEMPLO EN EL SABER ENVEJECER.

Casi siempre, al hablar o escribir sobre la vejez y el envejecimiento, se hace relacionándolo con una etapa de decrepitud, perdidas y menguas tanto en lo físico como en lo cognitivo y a pesar de ser obvio que algo hay de ello en el natural proceso de envejecimiento, no tenemos porque aceptar estas   menguas como único denominador común.

Don Enrique Pozón Lobato

Don Enrique Pozón Lobato

Por ello desde estas paginas de vejezyvida.com nos complace mostrar un nuevo ejemplo de envejecimiento activo capaz por si solo de poner en entredicho las capacidades cognitivas de muchos jóvenes.
En febrero del 2006 Don Enrique Pozón Lobato, de 74 años de edad, presentó  en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Málaga su tesis doctoral Educación y Universidad en el marco de la cultura de las personas mayores , con la que consiguió su tercer doctorado. En el contenido del trabajo de investigación se destaca el significado del proceso del envejecimiento y sus rasgos culturales; el envejecimiento activo y sus directrices educacionales y la Universidad y la educación de las personas mayores, entre otros temas.
El nuevo doctor, que ya lo es también en Derecho y Veterinaria, tres doctorados en áreas tan distintas como las Ciencias de la Salud; las Ciencias Jurídicas y Ciencias Sociales, continúa sus trabajos de investigación en la Universidad de Málaga, provincia en donde reside desde la fecha de su jubilación como catedrático de Física–Química, después de una dilatada vida profesional en Córdoba dedicada a la promoción y gestión de centros de enseñanza desde los años 60, como el Seminario de Graduados Sociales (1964), hoy Escuela Universitaria de Relaciones Laborales de la Universidad y primer secretario y profesor tutor del centro asociado a la UNED.
Queremos pues desde aquí, felicitar al Profesor Enrique Pozón Lobato no solo por su gran ejemplo como nuevo Doctor en Ciencias de la Educación  si no también por el contenido de su tesis: «Educación y Universidad en el marco de la Cultura de las Personas Mayores», porque a buen seguro, será durante muchos años fuente de inspiración e información para aquellos que estamos empeñados en practicar, promocionar y divulgar el sublime arte del saber envejecer.

EL SOL DE LA VEJEZ

sol¡Qué difícil es envejecer con alegría y naturalidad! ¡Qué duro es reconocer que se ha entrado en el atardecer de la vida y captar, al mismo tiempo, que aún queda mucho por hacer! Y al mismo tiempo, que eso que queda por hacer es algo muy distinto, ¡aunque no menos importante que lo hecho hasta ahora!
Hay tres cosas y que producen pena: un «viejo» de cuarenta años, un viejo que se cree «joven» y un viejo que se cree «muerto». Y una que producen alegría, un «joven» de ochenta años, es decir un viejo que asume la segunda parte de su vida con tanto coraje e ilusión como la primera. Pero para ser uno de esos, hay que aceptar, que el Sol del atardecer es tan importante como el del amanecer y el del mediodía, aunque su calor sea muy distinto.
El Sol no se avergüenza de ponerse, no siente nostalgia de su brillo matutino, no piensa que las horas del día le estén «echando» del cielo, no cree que es menos luminoso ni hermoso porque el ocaso se aproxima. Tampoco su resol sobre los edificios es menos importante o necesario que el que, hace algunas horas, hacía germinar las semillas en los campos o crecer las frutas en los árboles. Cada hora tiene su gozo y el Sol cumple, hora a hora, con su misión.
Es verdad que la Naturaleza es más piadosa con las cosas, que los hombres con ellos mismos. Nadie desprecia al Sol de la tarde, ni le empuja a jubilarse, ni le niega el derecho a seguir dando su luz, débil, pero luz verdadera, necesaria, a veces la más hermosa. ¡Qué bien sabe el enfermo lo dulce de este último rayo de sol que se cuela, por la última esquina de la ventana!
¡Si todos los ancianos entendieran que su sonrisa puede ser tan hermosa y fecunda, como ese último rayo de sol antes de ponerse! ¡Si comprendieran que el Sol nunca es amargo, aunque sea más débil! ¡Si pensaran lo orgulloso que se siente el Sol de ser lo que es, de haberlo sido, de seguirlo siendo hasta el último segundo de su estancia en el cielo! ¡Señor, no me dejes marchar hasta haber repartido el último rayo de mi pobre luz!.
El resumen perfecto de estos Reflexiones es la siguiente oración de José Laguna Menor. ¿Hay algo que añadir? Sí, ¡hay que vivirlos!

Señor, enséñame a envejecer como cristiano.
Convénceme de que no son injustos conmigo:
los que me quitan responsabilidades;
los que ya no piden mi opinión;
los que llaman a otro para que ocupe mi puesto.

Quítame el orgullo de mi experiencia pasada
y el sentimiento de que soy indispensable.
Pero ayúdame, Señor, para que siga siendo útil a los demás,
contribuyendo con mi alegría al entusiasmo
de los que ahora tienen responsabilidades.
Y que acepte mi salida de los campos de actividad,
como acepto con sencilla naturalidad la puesta del Sol.

Finalmente te doy gracias, pues en esta hora tranquila
caigo en la cuenta de lo mucho que me has amado.
Concédeme que mire con gratitud
hacia el destino feliz que me tienes preparado.

¡Señor, ayúdame a envejecer así!

José Laguna Menor