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ADULTOS MAYORES CON GANAS DE APRENDER Y COMPARTIR

“Los Adultos Mayores siguen con ganas de aprender y compartir”

Quisiera compartir con los lectores de esta página el orgullo que tuve de llevar a cabo con una compañera  un proyecto en Lectura y Escritura, realizando un  Taller Literario: “Una Nueva Oportunidad Para Volver a Leer y a Escribir” con Adultos Mayores en un Centro de Jubilados en  Corrientes, Provincia de Corrientes. Terminé de cursar la Lic. en Psicopedagogía en la Universidad de la Cuenca del Plata en el año dos mil diez, sabemos que para poder graduarse en toda licenciatura es necesario presentar una tesis es por eso que en este momento me encuentro realizando la mía  para  poder graduarme.

En  la cátedra de práctica profesional supervisadas el año pasado tuvimos la oportunidad de optar donde queríamos intervenir desde nuestro rol profesional por inclinación y motivación me interesó participar con personas adultas  brindando un espacio que favorezca el aprendizaje, ya que es un proceso que se da a lo largo de toda la vida, el cual se presenta de diversas maneras de acuerdo a las particularidades de cada etapa evolutiva y a la singularidad de cada sujeto.

La actual generación de adultos  mayores todavía sigue buscando su propio lugar en la sociedad, ser aceptados demostrando  que todavía  tienen motivaciones, proyectos que cumplir y compartir con sus pares experiencias de vida tienen muchas cosas por hacer que fueron postergando a lo largo de su vida, por eso es  necesario brindar espacios en el cual los adultos puedan dar a conocer sus opiniones e interpretaciones que tienen frente a un tema determinado, y esta habilidad tan sólo es desarrollada con buenas lecturas, como también promoviendo  actividades de grupo a fin de que se encuentren de nuevo en contacto con los demás, la intensidad de expresar, comunicarse y participar.

El taller permitió que los adultos puedan trabajar con la creatividad  y compartir sus experiencias de vida,  realizando relatos y poesías que  fueron sumamente gratificantes, se sintieron “VIVOS” al saber que son escuchados y que pueden lograr muchas cosas que ni ellos pensaban que podían lograr.

En los relatos que se fueron dando en los encuentros la mayoría menciona el valor de la vida,  el taller ayudó  para que puedan reencontrarse con ellas mismas, logrando cosas que pensaban que no podían hacer, como ser escribir a través de poesías, relatos y cuentos sobre sus vidas, describiéndose en esta etapa, contando hechos significativos  como ser la viudez, la relación vincular entre  madre e hija, sueños  que no se cumplieron, relación entre los nietos que están lejos  y la infancia de cada una de ellas. Recalco que cada una de las mujeres que participaron del taller  siempre, llegaban con una sonrisa, queriendo demostrar que venían con entusiasmo y con ganas de aprender todos los días algo nuevo.

Seria interesante  dar un espacio a los psicopedagogos o a las diferentes  personas  que están interesadas en brindar servicios  a las personas  adultas. Al  no estar muy incursionado el rol psicopedagógico  en el campo de la gerontología, no tenemos muchas oportunidades para poder dar a conocer  lo que hacemos, hay una gran equivocación en la sociedad muchas veces el pensar que el psicopedagogo solo interviene con niños, estamos preparados para intervenir en  las diferentes etapas evolutivas del ser humano.

Que bueno seria que brindemos un poquito de  nuestro tiempo a los adultos; más allá de la dificultades que presentan muchas veces cada uno de ellos no debemos olvidarnos que son seres humanos  que todavía tienen ganas de recibir amor y saber que hay otras personas que están para ayudar.

Constantemente  es un aprendizaje mutuo porque  van dejando marcas de amor en lo que van aprendiendo como nosotros a ellos cuando intervenimos!!!

Lucrecia Lértora- lulertora@hotmail.com

REFLEXIONES PARA APRENDER A ENVEJECER

Después de los 65 años comienza a vivirse una etapa de la vida que para muchos requiere de un aprendizaje para aceptar con alegría la edad dorada.

Para aprender a envejecer se requiere ante todo de una preparación interior ayudada por la sabiduría, prudencia y sentido de previsión que se ha adquirido en el paso por la vida.

Al llegar a los 70, es muy posible que los cambios físicos y emocionales se hagan más evidentes. Por ello es importante ser conciente de muchas de las cosas que sucederán y prepararse para aceptar todos estos cambios como hechos naturales de la vida.

Lo qué pasará cuando la vejez se asome:
Posiblemente llegará el momento en que me entenderán menos y entenderé menos a los demás. Con el tiempo se irán acentuando más las diferencias de edades.

Los adelantos científicos y tecnológicos conllevan grandes transformaciones.  Mis opiniones y juicios perderán peso. La credibilidad disminuirá y contaré menos para muchas personas.

Por fuerza de las circunstancias y por la vertiginosa carrera de la vida, cada año me iré quedando desactualizado.

Con el paso de los meses sufriré limitaciones físicas y funcionales. Disminuirá mi resistencia a las enfermedades; tendré lentitud e inseguridad para actuar y tomar decisiones y todo eso lo notarán los demás.

También llegará la disminución de mi capacidad mental e intelectual. Seré más lento para leer y entender, para asimilar y para aprender.Disminuirá mi  memoria y confundiré los acontecimientos, los tiempos y las personas.

Lo que tendré de evitar:
Tendré que poner todos los medios para no volverme caprichoso, exigente, intolerante y poco comprensivo. Evitaré ser impaciente y mal genio.
Igualmente evitaré ser quejumbroso, ‘cantaletoso’, irónico, gruñón y también me cuidaré de no repetir el mismo cuento todos los días.
Tambien evitaré sentime inútil, incapaz, estorboso ni acabado. Más bien procuraré ser todo lo contrario.
No descuidaré mi comportamiento, mis modales, ni mi presentación personal.
Evitaré  ser absorbente, acaparador, absolutista, dogmático o dueño único de la verdad. Por el contrario, seré más comunicativo y escucharé más.

Lo que tendré que hacer:
Con prudencia y paciencia, mediante mi ejemplo y mi palabra, me dedicaré más a enseñar  las buenas costumbres, la práctica de las virtudes humanas, los buenos modales, la conducta intachable y todos los conocimientos necesarios para que sean mejores y más útiles a la sociedad.
Delegaré cada vez más en mis hijos y les transmitiré mis conocimientos y experiencias para que vayan asumiendo las responsabilidades en todo lo referente a nuestra familia.
En el momento oportuno –y mejor hacerlo pronto-, debo dar a mis hijos las indicaciones sobre el manejo de nuestros bienes y sobre su distribución y reparto. Haré la relación de los bienes y las deudas y las actualizaré cada 6 meses. Si es necesario, elaboraré un testamento.
Buscaré nuevas formas de ser útil a los demás porque sé que aún esperan mucho de mí y mi obligación es entregar hasta el fin lo mucho que he recibido para ponerlo al servicio de todos.
Es apenas natural ir disminuyendo en todo: en funcionalidad, en capacidad y en posibilidades físicas y mentales y por eso es lógico que continúe opacándome y que otros me reemplacen y tomen las riendas. Conviene pues que otros se luzcan y que uno desaparezca”.

UN EJEMPLO EN EL SABER ENVEJECER.

Casi siempre, al hablar o escribir sobre la vejez y el envejecimiento, se hace relacionándolo con una etapa de decrepitud, perdidas y menguas tanto en lo físico como en lo cognitivo y a pesar de ser obvio que algo hay de ello en el natural proceso de envejecimiento, no tenemos porque aceptar estas   menguas como único denominador común.

Don Enrique Pozón Lobato

Don Enrique Pozón Lobato

Por ello desde estas paginas de vejezyvida.com nos complace mostrar un nuevo ejemplo de envejecimiento activo capaz por si solo de poner en entredicho las capacidades cognitivas de muchos jóvenes.
En febrero del 2006 Don Enrique Pozón Lobato, de 74 años de edad, presentó  en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Málaga su tesis doctoral Educación y Universidad en el marco de la cultura de las personas mayores , con la que consiguió su tercer doctorado. En el contenido del trabajo de investigación se destaca el significado del proceso del envejecimiento y sus rasgos culturales; el envejecimiento activo y sus directrices educacionales y la Universidad y la educación de las personas mayores, entre otros temas.
El nuevo doctor, que ya lo es también en Derecho y Veterinaria, tres doctorados en áreas tan distintas como las Ciencias de la Salud; las Ciencias Jurídicas y Ciencias Sociales, continúa sus trabajos de investigación en la Universidad de Málaga, provincia en donde reside desde la fecha de su jubilación como catedrático de Física–Química, después de una dilatada vida profesional en Córdoba dedicada a la promoción y gestión de centros de enseñanza desde los años 60, como el Seminario de Graduados Sociales (1964), hoy Escuela Universitaria de Relaciones Laborales de la Universidad y primer secretario y profesor tutor del centro asociado a la UNED.
Queremos pues desde aquí, felicitar al Profesor Enrique Pozón Lobato no solo por su gran ejemplo como nuevo Doctor en Ciencias de la Educación  si no también por el contenido de su tesis: «Educación y Universidad en el marco de la Cultura de las Personas Mayores», porque a buen seguro, será durante muchos años fuente de inspiración e información para aquellos que estamos empeñados en practicar, promocionar y divulgar el sublime arte del saber envejecer.