Archivo de la categoría: Psicología del envejecimiento

TERCERA EDAD Y DEPRESIÓN.

En primer lugar, deprimirse no forma parte del programa normal de todo envejecimiento. Pero debemos observar con atención  los cambios de hábitos de nuestros mayores, pues los falsos mitos enmascaran la depresión del anciano.

Es verdad que en la vejez a menudo hay que  hacer frente a la enfermedad crónica, a la idea de la muerte, a la pérdida de seres queridos y a distintos achaques que causan dolor, frustración o tristeza. Pero la depresión va mucho más allá de un estado de queja o de tristeza naturales. Para complicar más las cosas, abunda la idea de que los ancianos sufren demencia con facilidad y que su confusión, tristeza, trastornos del sueño o del apetito forman parte del paquete con que la naturaleza identifica  la ancianidad.

Peró los expertos urgen a discriminar las depresiones verdaderas de otros estados de abatimiento y a evitar que los ancianos empeoren. Demasiadas depresiones de la tercera edad pasan, por tanto, infra-diagnosticadas.

Los médicos recomiendan a todas las personas que conviven  con  mayores, prestar mucha atención a los cambios en la rutina con la que el anciano viste o se asea, cambios en sus relaciones sociales (si evitan contactos con otros familiares o amigos) y, más que estados de tristeza, recomiendan vigilar la imposibilidad del gozo ante un plato, una música, un chiste o un recuerdo, entre otros.

La incapacidad de reír es más preocupante que la facilidad con que se llora. Sensaciones verbalizadas de culpabilidad, vacío existencial, dolores abstractos, ideas suicidas, cansancio diurno exagerado y pérdida o ganancia de peso desacostumbrados apuntan igualmente a la posibilidad de una depresión.

También algunos tratamientos farmacológicos y el consumo de alcohol pueden ser aliados perfectos de una génesis depresiva, por lo que deben también ser tenidos en cuenta.

PSICOLOGÍA DE LA SALUD Y LA VEJEZ.

Estudiar a las personas mayores como un grupo que, por sus especiales características, debe ser estudiado y tratado separadamente puede llevar a conclusiones erróneas.

Por ello, es especialmente interesante contemplar la salud desde la perspectiva del ciclo vital, partiendo del supuesto de que los factores psicológicos y sociales se relacionan con la salud en cualquier edad.

Lo que es válido en la edad adulta lo es también, en términos generales para los mayores.

Envejecimiento.
El envejecimiento puede definirse como un proceso progresivo, natural y lento de transformación, que afecta a los seres vivos desde su nacimiento hasta su muerte.
Para explicar el proceso de envejecimiento humano, se han desarrollado teorías y modelos desde diversas disciplinas.

Psicogerontología.
La Psicogerontología es una rama de la Psicología Evolutiva que se ocupa del estudio de las últimas etapas del ciclo vital.

Definición: Conjunto de aportaciones tanto teóricas como prácticas de diversas áreas de la psicología al proceso de envejecimiento.

La vejez.
La vejez ha de contemplarse como un proceso diferencial y no como un estado. Se trata de cambios graduales en el que intervienen un número muy considerable de variables con diferentes efectos o que dará como resultado una serie de características diferenciales muy acusadas entre las personas de la misma edad cronológica.

Edad cronológica: Los años transcurridos desde el nacimiento. Definición referencias y arbitraria de vejez.

Edad biológica: Tiene en cuenta los cambios fisicos y biológicos que se van produciendo en las estructuras celulares, de tejidos, órganos y sistemas. Definición con grandes limitaciones por las diferencias de ritmo interpersonales e intrapersonales.

EdadPsicológica: Define la vejez en función de los cambios cognitivos, efectivos y de personalidad a lo largo del ciclo vital. El crecimiento psicológico no cesa en el proceso de envejecimiento (capacidad de aprendizas e, rendimiento intelectual, creatividad, modificaciones afectivovalorativas del presente, pasado y futuro, así como crecimiento personal).

Edad social: Suele medirse por la capacidad de contribuir al trabajo, la protección del grupo o grupos a que pertenece y la utilidad social. Estimación que varía según las sociedades, sus leyes, valoraciones, prejuicios y estereotipos, oscilando entre los extremos del continuo «viejo-sabio»/»viejo inútil».

FUNCIONES COGNITIVAS

Una de las conclusiones a las que ha llegado un grupo de neurólogos, geriatras y psiquiatras de distintos centros públicos de España (Madrid y Barcelona) y Estados Unidos (NY), en un estudio dirigido por la Fundación María Wolf realizado con 84 pacientes en los estadios 3, 4 y 5 de la escala de Reisberg (que equivalen al deterioro cognitivo ligero, a la demencia ligera y a la primera fase de la demencia moderada) para valorar los efectos de la estimulación cognitiva y motora en los pacientes con Alzheimer, es que deben recibir en fases iniciales, estimulación cognitiva y motora como terapia de primera línea.

De los 84 pacientes incluidos en este estudio, 44 fueron seleccionados por sorteo para participar en un programa de estimulación cognitiva y motora que se realizaría en dos sesiones semanales de 3,5 horas de duración cada una.

Los resultados del estudio, publicados en el último número de la prestigiosa revista Neurology de la Academia Americana de Neurología, mostraron que al cabo de un año, los pacientes que habían acudido a las sesiones de estimulación cognitiva y motora, presentaban una situación afectiva más positiva. Además, presentaban menos problemas conductuales y gozaban de una calidad de vida superior, con menos episodios de agitación, menor irritabilidad y mejor relación con otras personas.

Por otra parte, las funciones cognitivas de los pacientes que recibieron la estimulación se mantuvieron estables, mientras que las de los pacientes que no las recibieron, habían declinado.

Los efectos beneficiosos de las sesiones de estimulación fueron especialmente llamativos en los pacientes con un bajo nivel de escolaridad, según los investigadores, posiblemente porque conservan una mayor reserva cognitiva, frente a los pacientes con un alto nivel de escolaridad que han utilizado de forma espontánea sus recursos cognitivos para compensar las pérdidas producidas por la enfermedad de Alzheimer.

Durante el tiempo que duró el estudio, la carga de los cuidadores se mantuvo estable en los dos grupos. En cuanto al tratamiento farmacológico, todos los pacientes tomaron anticolinesterásicos, los que mayor efecto cognitivo producen en esta enfermedad; de hecho, deducen los expertos que los beneficios de la estimulación se suman a los de estos fármacos y además son complementarios. El número de fármacos tranquilizantes no se alteró en los pacientes que cumplieron el programa de estimulación motora y cognitiva, mientras que aumentó significativamente en los pacientes que no lo hicieron.

A diferencia de la mayoría de los estudios previos, que no han encontrado efectos generalizables a ámbitos distintos a los de la intervención o simplemente se han limitado a medir un beneficio inmediato, el estudio de la Fundación María Wolf, el primero que evalúa los efectos a largo plazo, ha analizado los efectos de forma independiente a la propia intervención.

Pero además, se desmarca de los demás, en que sus efectos aparecen principalmente en los ámbitos de la afectividad, de la conducta y de la calidad de vida, esferas que tradicionalmente se han obviado en el manejo del paciente con Alzheimer, y que sin embargo influyen de manera determinante en el avance de la enfermedad.

En España más de 600.000 personas padecen la enfermedad de Alzheimer y se prevé que las enfermedades neurológicas sigan creciendo en los próximos 50 años debido al envejecimiento de la población. Por ello, los resultados obtenidos en este estudio obligan a seguir investigando, a fin de poder ofrecer en el futuro intervenciones más adaptadas a cada paciente y por tanto, más eficaces y beneficiosas.

FUENTE:  infogerontologia.com