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INFORME DEL ÁREA DE TERCERA EDAD

Las consultas por problemas relacionados a jubilaciones y pensiones treparon al 86 por ciento de los casos atendidos por el área de Derechos de la Tercera Edad de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires. Así lo manifestó el sector que encabeza Eugenio Semino, en el informe de lo actuado durante el año pasado.
Entre los pedidos de asesoramiento y asistencia de los adultos y adultas mayores se destacaron: malas liquidaciones de los haberes, pedidos de reajuste, problemas para iniciar la moratoria previsional, falsos gestores, descuentos de mutuales y créditos, inconvenientes para comunicarse con la línea gratuita de la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSES), 130, para trámites sencillos como cambio de banco o pedir un turno, que si bien se pueden realizar a través de la página web del Organismo, cabe destacar que no todos los adultos y adultas mayores saben computación o cuentan con algún familiar o vecino/a que lo/a ayude.
En declaraciones a este diario, Semino confirmó que las consultas por jubilaciones y pensiones “crecieron significativamente” y por problemas variados.
“Una fuente de conflicto diario son los problemas para la iniciación de la moratoria previsional. Muchas personas mayores vienen (a la Defensoría) porque fueron asesorados por supuestos gestores que les terminaron haciendo un lío bárbaro y luego los largan parados. Entonces hay que rectificar todo lo que se hizo para que tenga validez”, destacó.
También remarcó que “otro tema grande es el primer haber jubilatorio mal calculado o supuestamente mal calculado -lo que hay que analizar en cada caso- porque toda persona que se jubila piensa que va a cobrar más de lo que le terminan liquidando”.
Asimismo agregó que “temas inagotables de reclamos son los pedidos de reajuste de los haberes, dado que como en el ámbito privado les cobran para hacer el trámite administrativo, directamente lo hacen a través de la Defensoría; malas liquidaciones de los haberes; descuentos por mutuales y créditos; sentencias firmes que no se liquidan, más allá del compromiso anual que tiene todo ejecutivo de la ANSES, que dice que en el año en curso se van a liquidar tantas sentencias y eso nunca ocurre”, entre otros.

Las actuaciones
Las consultas por jubilaciones y pensiones en el área de Tercera Edad de la Defensoría treparon al 86 por ciento, el año pasado, pero en el total de trámites iniciados por el Area llegaron al 40 por ciento, dado que muchos casos se pudieron resolver sin llegar a esa instancia.
Al respecto, Semino destacó que “hay consultas que se pueden resolver rápidamente, sin la necesidad de generar una actuación” y ejemplificó que muchas son las consultas de personas mayores porque “no pueden comunicarse con la línea gratuita de ANSES (130), no saben Internet y no tienen ningún familiar que le pueda hacer el trámite mediante esa vía, y las Unidades de Atención Integral (UDAI) están abarrotadas de gente, lo vemos con las largas colas desde temprano y al rayo del sol”.
“Algunos/as vienen (a la Defensoría) para realizar el cambio de banco o para pedir un turno, trámites simples que se hacen en un minuto, pero en el 130 nunca lo/a atienden y no saben usar una computadora para hacerlo por Internet”, comentó.
En este punto comentó que “este año, el problema que se agregó fue que las UDAI están llenas de gente por el tema del pago de la asignación familiar por hijo, por ejemplo, la del barrio de Flores, durante semanas prácticamente no pudo atender a personas mayores”.

El resto
El listado de consultas atendidas en el área de Tercera Edad de la Defensoría porteña se completa con: el 6,3 por ciento por problemas con las prestaciones médicas, por dificultades para obtener medicación oncológica, algunas prótesis, y demoras y postergaciones por falta de camas para las intervenciones quirúrgicas; el 4,3 por ciento, por demanda de subsidios que ayuden a solventar gastos de alquiler de habitaciones y viviendas económicas a personas mayores que no tienen lugar donde alojarse, pero no requieren internación geriátrica; el 2,5 por ciento, residencias geriátricas, por obras inconclusas, falta de camas y maltrato; y 1,5, por temas varios, como el desalojo de la Casa del Jubilado Municipal, que finalmente fue restituida a los/as integrantes del centro.

Las demandas
En el informe de lo actuado durante el año pasado por el área de Derechos de la Tercera Edad de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires se destalló:
.- El 86,2 por ciento de las consultas correspondieron al ítem “Jubilaciones y pensiones”. A los temas habituales de pedidos de asesoramiento para iniciación y seguimiento de jubilaciones y pensiones y reclamos de reajuste se sumaron consultas acerca de los mecanismos de liquidación de la moratoria previsional, entre otros. En el total de casos tramitados por el Area, la distribución por temas es mucho más equilibrada que en las consultas: el 40 por ciento de los casos se refiere a “Jubilaciones y pensiones”. El resto de las consultas se pudieron resolver sin la necesidad de iniciar una actuación.
.- El 6,3 por ciento de las consultas correspondieron a problemas con las prestaciones médicas, brindadas casi en su totalidad por PAMI; pero se requirió una considerable proporción de actuaciones, casi el 30 por ciento de las tramitadas en el área. Se informó que hubo “una fuerte demanda en relación a las dificultades para obtener medicación oncológica y algunas prótesis, y por demoras y postergaciones por falta de camas para las intervenciones quirúrgicas”.
.- Ante la situación del Programa Federal de Salud (PROFE), que según se denunció “está prácticamente desactivado”, la Defensoría presentó “reiterados recursos de amparo para lograr por vía judicial que se efectivicen las prestaciones, en especial medicamentos e internaciones quirúrgicas”.
.- El 4,3 por ciento de las consultas correspondieron a la demanda de subsidios, tanto para vivienda y económicos “gestionados ante el PAMI como en los dirigidos a la ANSES para abonar los gastos de sepelios y los habitacionales del Plan ‘Vivir en Casa’ dependiente del Gobierno de la Ciudad”, se indicó. Y a este ítem se refirieron el 15 por ciento de las actuaciones realizadas por el Area.
.- El 2,5 por ciento de las consultas correspondieron a residencias geriátricas, ítem que duplicó la proporción de actuaciones iniciadas respecto a 2008 (pasaron del 8 al 15 por ciento). Al respecto se destacó que “las obras en curso, en especial en algunos establecimientos públicos dependientes del Gobierno de la Ciudad, incrementaron la ya existente escasez y falta de camas de internación, engrosando aún más las listas de espera. A esto se suman cuestiones como inseguridad edilicia y otras deficiencias y las denuncias de maltrato en geriátricos privados que motivaron denuncias y pedidos de intervención de las autoridades”.
.- El 1,5 por ciento de las consultas corresponden a temas varios, como por ejemplo el desalojo de la Casa del Jubilado Municipal, cuyo edificio finalmente fue restituido a los/as integrantes del centro.

Longevidad
Desde hace décadas, a nivel mundial se está viviendo una revolución demográfica, lo que los especialistas denominan “el estallido de la longevidad”: el grupo etario que más crece en el mundo son los adultos y adultas mayores, dado que más gente llega a la vejez y a la vez son longevos/as.
En este marco, el área de Tercera Edad indicó:
.- El 20 por ciento de la población (600.000 personas) de la Ciudad de Buenos Aires son adultos y adultas mayores.
.- Más de la mitad de esa población depende previsionalmente de la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSES). Asimismo, a partir de 2008, a ese grupo se sumó gran cantidad de adultos y adultas mayores a través de la moratoria previsional.

¿Adónde recurrir?
La Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires está ubicada en Venezuela 842. Tel. 4338-4900, internos del área de Tercera Edad: 7576 al 7584, interno del fax 7658. Línea gratuita: 0810-333-3676. El horario de atención es de lunes a viernes de 10 a 18.
En Internet, www.defensoria.org.ar, correo electrónico tedad@defensoria.org.ar
También, www.gerontovida.org.ar, correo electrónico info@gerontovida.com.ar
Por NATALIA MUÑIZ

LA VISIÓN, PROBLEMAS MAS COMUNES EN LA VEJEZ

ojos1

Quejas comunes respecto a los ojos. Las siguientes quejas comunes respecto a los ojos suceden a menudo con la edad. En la mayoría de los casos, se pueden tratar fácilmente. En ocasiones indican un problema mucho más grave.

  • La presbicia es la pérdida lenta de la habilidad para ver objetos cercanos o letras pequeñas. Es un proceso normal que sucede a medida que se envejece. Las señales de la presbicia incluyen el alejar los materiales de lectura a cierta distancia o sufrir de dolores de cabeza o de cansancio en los ojos al leer o al realizar trabajos muy de cerca. Los lentes para leer a menudo corrigen el problema.
  • Las manchas son pequeños puntos o manchitas que parecen flotar a través de sus ojos. Es posible que usted los observe en habitaciones bien iluminadas o al aire libre en un día despejado. Las manchas pueden ser normales. Pero en ocasiones indican un problema más grave en los ojos, como desprendimiento de la retina. A menudo este es el caso si usted ve destellos de luz junto con manchas. Si usted observa un cambio repentino en el tipo o el número de manchas o destellos, consulte inmediatamente a su profesional de la vista.
  • El exceso de lágrimas puede resultar de mucha sensibilidad a la luz, el viento o los cambios de temperatura. El exceso de lágrimas también puede surgir por tener los ojos secos. La protección de sus ojos (usando lentes para el sol, por ejemplo) puede solucionar el problema; en ocasiones el exceso de lágrimas puede significar un problema más grave con los ojos, como una infección o un lagrimal obstruido. Su oftalmólogo puede tratar estas dos condiciones.
  • Las enfermedades y condiciones de la córnea pueden causar enrojecimiento, ojos llorosos, dolor, reducción de la visión o el efecto de ver algo como si fuera un halo. La córnea es la “ventana” en forma de domo al frente del ojo. Permite enfocar la luz que entra al ojo. Las enfermedades, infecciones, lesiones, agentes tóxicos y otros factores, pueden afectar la córnea. Los tratamientos incluyen el cambio en la fórmula de sus lentes, el uso de gotas o, en casos más graves, cirugías, incluyendo el transplante de córnea. El transplante de córnea es un tratamiento común que da buenos resultados y es seguro.
  • Los problemas con los párpados pueden provenir de distintas enfermedades o condiciones. Las quejas comunes respecto a los párpados incluyen dolor, picazón, exceso de lágrimas o ser muy sensibles a la luz. Los problemas con los párpados a menudo se pueden tratar con medicinas o cirugía.
  • La conjuntivitis (también llamada ojo rosado) sucede cuando el tejido que reviste los párpados y cubre la córnea se inflama. Puede causar picazón, ardor, exceso de lágrimas o la sensación de que hay algo dentro del ojo. La conjuntivitis se puede deber a alergias o a alguna infección. Se puede propagar fácil mente de una persona a otra si fue causada por una infección. Es un problema común de los ojos que su oftalmólogo puede tratar.

Fuente: http://www.nia.nih.gov/

RELACIONES SEXUALES EN LA TERCERA EDAD

A pesar de los problemas sexuales, la mayoría continúa manteniendo relaciones
sexEl sexo no es sólo cuestión de jóvenes. Una investigación estadounidense demuestra que, aunque el paso de los años conlleva una reducción de la actividad sexual, la mayoría opta por seguir manteniendo relaciones pasados los 70.
Ésta es una de las principales conclusiones a las que llegó un grupo de expertos de la Universidad de Chicago tras estudiar los hábitos sexuales de 3.005 adultos (1.550 mujeres y 1.455 hombres), con edades comprendidas entre los 57 y los 85 años.
Tal y como señalan estos autores en «The New England Journal of Medicine» (NEJM), casi tres de cada cuatro (un 73%) adultos entre 57 y 64 años afirmaron ser activos sexualmente. Es decir, haber mantenido algún contacto sexual (sin necesidad de coito u orgasmo) durante los 12 meses anteriores a la entrevista.
Esta cifra se redujo hasta el 53% entre los participantes de 65 a 74 años y hasta un 26% entre los 75 y 85 años. Aunque este último grupo mostró una menor actividad sexual, la mitad de los que seguían manteniendo relaciones, en esta franja de edad, aseguró hacerlo con una frecuencia de dos o tres veces al mes.
Un 58% de los participantes más jóvenes (de 57 a 64 años) afirmó seguir realizando sexo oral, frente al 31% de los adultos con edades entre los 75 y lo 85 años. Al valorar la masturbación se encontró un patrón similar; mayor frecuencia en función de una menor edad.
Menor actividad sexual en las mujeres
En todas las edades analizadas las mujeres se mostraron menos activas sexualmente. Y presentaron una menor probabilidad de tener un compañero sexual o estar casadas (un 40% frente al 78% de los hombres, entre los 75 y 85 años).
Este último factor puede guardar relación, comentan los firmantes, con que los hombres suelen casarse con mujeres más jóvenes o que ellos suelen fallecer a edades más tempranas.
Además, ellas fueron más propensas a considerar que el sexo no es «importante del todo». Un 41% de las de mayor edad lo calificó de esta forma.
Problemas sexuales
La mitad de los participantes declaró sufrir algún tipo de problema sexual. Entre los hombres, los más comunes fueron la dificultad de llegar o mantener una erección (37%); la falta de interés en el sexo (28%), alcanzar el clímax muy pronto (28%) o no llegar a él (20%) y tener ansiedad durante el acto (27%).
En las mujeres, la falta de interés (43%), las dificultades para lubricar (39%), la imposibilidad de alcanzar el clímax (34%), no obtener placer (23%) y el dolor (17%) fueron los principales trastornos.
A pesar de la alta incidencia de estos trastornos, sólo un 38% de los varones y un 22% de las mujeres habían hablado de sexo con su médico en alguna ocasión desde los 50 años. En este sentido, los expertos, dirigidos por Stacy Tessler Lindau, recalcan que «los problemas sexuales pueden ser un signo de alerta o la consecuencia de enfermedades de base seria como la diabetes, una infección, problemas urogenitales o cáncer».
De hecho, las mujeres con diabetes fueron más propensas a no tener contactos sexuales. Y los hombres con este mismo trastorno presentaron más dificultades para lograr una erección.
Entre los participantes con pareja, que se mostraron sexualmente activos, la principal razón argumentada para no mantener relaciones fue la salud del hombre (un 40,3% en el caso de ellos y un 63,2% en el de ellas).
Los problemas sexuales más que ser meros achaques de la edad suelen ser consecuencia del mal estado físico del que los sufre. «Los adultos de mayor edad con problemas médicos o que estén considerando tomar un tratamiento que pueda afectar a su funcionamiento sexual deberían recibir consejo en función de su estado de salud en lugar de su edad», afirma el documento aparecido en ‘NEJM’.
Tratamientos para la disfunción
El uso de pastillas (con o sin receta), dirigidas a mejorar la función sexual, estuvo presente entre un 14% de los hombres y un 1% de las mujeres. A este respecto, el autor de un comentario, aparecido en la misma publicación, recomienda que cada pareja negocie si prefiere optar estas terapias o por no mantener más relaciones.
«Los profesionales médicos deberían animar a sus pacientes de mayor edad para que se sientan cómodos a la hora de hablar sobre sus problemas sexuales y de decidir cuál de las dos opciones les encaja mejor», subraya John H. J. Bancroft, de la Universidad de Indiana (Bloomington, EEUU).
Como posible limitación del estudio, además de que los resultados se basan solamente en las respuestas aportadas por los participantes, los investigadores reconocen que no se tuvieron en cuenta los problemas sexuales de aquellos que no mantenían relaciones. Es posible que estas personas suspendieran su actividad sexual por culpa de los trastornos que padecían.
«El conocimiento por parte de los especialistas de la sexualidad en las edades más avanzadas podría mejorar la educación y los consejos a los pacientes, así como la posibilidad de identificar clínicamente el espectro de problemas sexuales relacionados con la salud, que cuentan con una gran prevalencia y pueden ser tratados», concluye el estudio.

MARÍA SAINZ