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ALIMENTARSE EN LA VEJEZ

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Las personas de la tercera edad no necesitan una dieta esencialmente distinta a la de los adultos jóvenes, salvo que tengan alguna enfermedad que requiera una dieta específica.

El anciano debe recibir alimentos variados que proporcionen los nutrientes básicos. Hay que tener en cuenta que con la edad se necesitan menos calorías..

La dieta debe aportar suficiente fibra para evitar el estreñimiento.

Se deben limitar los alimentos que tengan colesterol y grasas saturadas, como por ejemplo las carnes y los huevos, así como el exceso de sodio y azúcares refinadas.

También se debe prestar especial atención al calcio, pues a medida que se envejece los huesos se vuelven frágiles y se rompen fácilmente.

Se debe mantener un peso saludable para así prevenir otros problemas o enfermedades crónicas.

La actividad fisica es importante para la salud de los ancianos, ya que una de las caracteristicas del envejecimiento es la pérdida de músculo. Caminar es un buen ejercicio

Hay que tomar suficientes liquidos. Algunos adultos mayores no toman suficiente agua por temor a orinar frecuentemente, sin darse cuenta de que esto les puede crear problemas de digestión y también los puede llevar a la deshidratación, sobre todo en las épocas de calor.

En la vejez, se recomienda hacer «cinco» comidas al día en lugar de «tres», como se acostumbraba en la juventud.

No es raro que ellos rechazen alimentos duros como la carne o pasen al estómago alimentos mal triturados. Las comidas deben ser preparadas adecuadamente y ofrecerlas en forma blanda, preferiblemente.

La pérdida de los sentidos como el del gusto y el olfato, la sequedad en la boca, pueden tambien limitar aún mas el gusto por la comida.

Los cambios en la estructura familiar de los ancianos por la muerte de un cónyuge o la independencia de los hijos puede frecuentemente contribuir a la depresión y el aislamiento y afectar el deseo por los alimentos.

Es muy importante que los ancianos esten acompañados de familiares, amigos o de las personas que los cuidan a las horas de las comidas.

Por GLORIA RODRIGUEZ MULLOY

LA DIABETES. PREGUNTAS Y RESPUESTAS.

diabetesmagnifyer¿Se hereda la diabetes?
No es exacto decir que la diabetes sea hereditaria del mismo modo que lo decimos, por ejemplo, de la hemofilia. Lo que sí está comprobado es que tiene un importante factor genético. Por ejemplo, en el caso de la diabetes tipo 1, la probabilidad de padecerla es de un 6 % para las personas que tienen un padre o hermano que ya la padece, frente a un 0,4 % en la población normal. Estas cifras, con ser significativas, están muy lejos de darnos un predicción precisa de quién va a padecer la enfermedad. Por otro lado, decimos que la diabetes tiene un origen multifactorial, lo cual quiere decir que la predisposición muchas veces no será suficiente sin otros factores desencadenantes. Y, en todo caso, hay que recordar que la enfermedad, o al menos no pronóstico, no se define por unos determinados patrones fisiológicos o químicos, sino por la existencia de daños o complicaciones, que muchas veces podrán ser evitados, o al menos, minimizados, con unas medidas preventivas y de estilo de vida adecuadas.
¿Cuáles son los factores de riesgo para la diabetes?
En general, se consideran como factores de riesgo para la diabetes la edad superior a 45 años, el tener alguno de los padres o hermanos diabéticos y la obesidad.
¿Cómo se controla la diabetes tipo 2?
Para controlar la diabetes tipo 2, aquella que en principio no es insulinodependiente, lo esencial es un cambio en el estilo de vida. Para ello es fundamental una dieta cardiosaludable- baja en grasas y colesterol- y con alto contenido en fibra. Junto a ello son fundamentales el ejercicio, la pérdida de peso y dejar de fumar para prevenir las complicaciones de la diabetes.

¿Qué consejos hay que seguir para que los niveles de glucosa en la sangre se mantengan normales?
En principio, es difícil fijar a priori los límites de «normalidad», pues para cada diabético hay unos «márgenes» diferentes. Por eso, lo recomendable es que estos límites se fijen individualmente para cada paciente por parte del médico, pues algunos pacientes presentarán síntomas con unos niveles más bajos que otros y algunos nunca presentarán síntomas, a pesar de unos niveles aparentemente elevados.
Por eso si se comprueba que los niveles de glucosa pueden estar altos o demasiado bajos, o que se están aumentando las necesidades de insulina, o hay dudas sobre la dieta correcta, hay que acudir siempre al médico.
¿Por qué en unas ocasiones es más difícil controlar los niveles de glucosa que en otras?
En las personas con diabetes, los cambios en los niveles de glucosa dependen mucho más de la dieta que en la persona no diabéticas. Por ejemplo, el ayuno produce una bajada de glucosa que se manifestará sobre todo durante la noche o la madrugada, pero muchas personas tienen también una bajada reactiva de la glucosa entre las 2-5 horas después de una comida, precisamente cuando se ponen en marcha los mecanismos fisiológicos que se desencadenan tras los altos niveles de glucosa que se dan después de las comidas. En las personas diabéticas, esto puede estar influido por los fármacos o la insulina en dosis demasiado altas. Al mismo tiempo, también se pueden dar lugar a niveles elevados de glucosa por dosis demasiado bajas de insulina.
Por otro lado el ejercicio físico no habitual también influye, así como las infecciones u otras enfermedades, que provocan una situación de stress al organismo, que, en el caso de los diabéticos, supone una mayor necesidad de insulina..
¿Hace falta que siga una dieta estricta aunque mi diabetes sea leve?
Las formas más leves de diabetes pueden controlarse sólo con la dieta. Antiguamente se pensaba que la dieta tenía que ser baja en hidratos de carbona, pero hoy sabemos que se consigue un buen control de la enfermedad con una ingesta elevada de hidratos de carbono, siempre que se eviten los de absorción rápida, como los azúcares y dulces. Lo realmente importante es evitar las excesivas subidas de glucosa en la sangre, y eso por ejemplo depende mucho de una dieta en la que no que se consuma glucosa sola, sino acompañada con otros elementos, como lípidos y proteína. La fibra vegetal también retrasa, que no disminuye, la absorción de la glucosa, y es por tanto, muy recomendable.
El objetivo del tratamiento será en cualquier caso minimizar los síntomas agudos que se deben a niveles demasiado altos o demasiado bajos de glucosa, y en prevenir las complicaciones a largo plazo.
Al mismo tiempo, hay que controlar otros factores, que se pueden sumar a las complicaciones de la diabetes a largo plazo, como la hipertensión arterial, el consumo de tabaco, o la obesidad.
Por lo tanto, las seguimiento de la dieta tienen una importancia capital en mantener unos niveles aceptables de glucosa y en minimizar la probabilidad de la aparición de complicaciones. Así que el padecer una diabetes en sus fases más iniciales no es dispensa para seguir una dieta adecuada que, en todo caso, nos permitirá al menos retrasar el momento en que sean necesarias otras medidas terapéuticas.
¿Si se padece diabetes, será necesario utilizar insulina?
Aunque los pacientes con diabetes no insulinodependiente tienden a tener un control de la glucemia cada vez más dificultoso, que a la larga es fácil que lleve a la necesidad de la administración de insulina, esto no es una regla fija. Lo importante a la larga es mantener un buen nivel de salud y una calidad de vida aceptable el máximo tiempo posible y evitar la aparición de complicaciones propias de la diabetes. En muchos casos incluso, se va a intentar retrasar todo lo posible la administración de la insulina precisamente con el fin de mantener una buena calidad de vida. No olvidemos que éste es el objetivo fundamental de toda intervención sanitaria, y sólo secundariamente lo sería el control de los niveles de glucosa.
Por tanto, habrá que considerar cada caso individualmente y sopesar los beneficios y los riegos que el tratamiento con insulina puede suponer.
¿A qué complicaciones puede dar lugar la diabetes?
Las complicaciones a que da lugar la diabetes vienen dadas por alteraciones a nivel de los vasos sanguíneos o de los nervios. Los cambios en los vasos provocan enfermedades cardiovasculares, oculares y renales. La alteración de los nervios provoca una neuropatía y disfunción eréctil en el varón.

EL KIWI PARA EL ESTREÑIMIENTO.

El kiwi, sobre todo tomado en ayunas, es una de las frutas más eficaces para combatir el estreñimiento. Gran parte del kiwi1éxito de este alimento se debe a la composición de su fibra, que es poco irritante para el intestino, explica la doctora Montse Folch, experta en nutrición y autora del libro El Método de la Doctora Folch: el Sistema Eficaz para Comer, Adelgazar y Sentirse Bien.

Para los alérgicos y poco amantes del kiwi existe una amplia gama de frutas con propiedades muy similares contra el estreñimiento: higos, ciruelas, sandías, melones, manzanas (ésta última se usa igualmente en casos de diarrea). La fibra también se obtiene de otros alimentos, como son las verduras (tomates y calabacines con piel), legumbres (garbanzos, lentejas, judías), frutos secos, cereales (en especial los integrales) y semillas, principalmente las de lino. Los yogures y lácteos fermentados enriquecidos con ingredientes “pre” y “pro” “bióticos” también estarían indicados para favorecer las visitas al baño porque las bacterias de su composición ayudan a estimular la actividad intestinal.

Con el regreso de las vacaciones, no resulta extraño que se arrastre un episodio de estreñimiento, dado que en estos periodos de descanso se cambia de hábitos (horarios, alimentación) y lógicamente el tránsito intestinal se resiente.

Una dieta ideal en fibra para un individuo adulto se consigue consumiendo tres frutas al día y una ración de vegetales al mediodía y por la noche. En conjunto, estas raciones equivaldrían a unos 20 a 40 gramos diarios de fibra. Tampoco debe olvidarse el consumo obligado de dos litros de agua, lo que en otras palabras serían unos 6 u 8 vasos cada 24 horas.

Cuando la dieta y el ejercicio físico fallan y el estreñimiento no cede, hay que echar mano de un laxante, pudiéndose recurrir a supositorios o enemas de glicerina.

Fuente: VivirMejor