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CAMBIOS FISIOLÓGICOS DE LA VEJEZ – Primera parte.

PIEL Y ANEJOS

-Uno de los signos mas evidentes del paso de los años es el cambio que se produce de la cara.
-Aparecen las arrugas, las mejillas se hunden. También son frecuentes la aparición de pecas o la pigmentación irregular.
-Los cambios mas llamativos afectan al cabello con aparición de canas y calvicie. Se produce una perdida gradual de folículo piloso en cuero cabelludo región axilar y pubiana.
-Paradójicamente en las mujeres se estimula la aparición de vello facial (hipertrocosis), disminuye la sudoración con aumento de la sequedad cutánea y menor adaptabilidad a los cambios atmosféricos, en especial al frío.

ALTERACIONES EN LA VISTA
-Los ojos tienden a hundirse por disminución de la grasa orbitaria. Aparece el arco senil, de coloración grisáceo ocasionado por el acumulo de lípidos. Debido a la perdida de elasticidad del cristalino se produce la “presbicia” o reducción de la capacidad para enfocar objetos cercanos.

OÍDO
-Con la edad el oído interno y el nervio auditivo sufren un proceso de degeneración con pérdida de la capacidad auditiva para altas frecuencias (presbiacusia).
-También hay un engrosamiento del tímpano y aumento de cerumen, por lo que es mas frecuente la formación de tapones.

BOCA
-Las glándulas salivares disminuyen, producen menos saliva y ésta sufre cambios en sus cualidades, por lo que la boca tiende a secarse, disminuye el gusto y el reflejo nauseoso se enlentece aumentando las posibilidades de atragantamiento.
-Las encías se adelgazan y disminuye su superficie (dificultad para soportar la presión de una prótesis dental). Los dientes tienden a separarse y oscurecerse (Pérdida de esmalte y depósitos minerales).

NARIZ
-Con frecuencia aumenta el tamaño. Disminuye la capacidad olfatoria.

ALTERACIONES DEL ASPECTO CORPORAL
-Se reduce la masa muscular mientras aumenta la masa corporal:

VARIACIÓN DEL PESO:
-Menor masa muscular 30%
-Menor agua corporal 50%
-Mayor grasa en 30%

VARIACIÓN DE ESTATURA:
– 5 cm hombre y 3 en mujer.
-Menor altura discos vertebrales.
SISTEMA MÚSCULO ESQUELÉTICO
-Se origina una perdida general de masa ósea (osteopenia) sobre todo en la mujer a partir de la menopausia. como consecuencia los huesos son mas frágiles y hay mas predisposición a las fracturas.
-El acuñamiento de las vértebras contribuye a la postura encorvada del anciano.
-Disminución en la movilidad de las articulaciones.
-Pérdida progresiva de masa muscular y endurecimiento de tendones que conllevan la disminución de la fuerza del tono y la velocidad de contracción, por lo que los movimientos son mas lentos y la capacidad de reacción disminuye.
-La marcha se modifica debido a un aumento de base de sustentación y disminución del braceo.

APARATO RESPIRATORIO
-La reducción de la función pulmonar altera la capacidad de defensa del pulmón, por lo que se hace más vulnerable.
-En la cavidad torácica la movilidad disminuye con limitación de la expansión inspiratoria, debido a la debilidad muscular, al encorvamiento progresivo, a los cambios articulares y la calcificación de los cartílagos costales.
-Por otro lado la disminución y enlentecimiento de los cilios, el aumento de tamaño de las glándulas mucosas bronquiales y la disminución del reflejo de la tos, reducen el intercambio de aire, que permanece acumulado en el pulmón, aumentan las secreciones y disminuye la expectoración. El volumen del flujo respiratorio aumenta.

APARATO DIGESTIVO
-Se producen una serie de cambios anatómicos y funcionales, tanto en el tracto gastrointestinal como en el hígado, vías biliares y páncreas.
-En general el tránsito de los alimentos se enlentece con menos absorción de sustancias y tendencia al estreñimiento. El hígado reduce su tamaño a partir de los 50 años de edad.
-El flujo sanguíneo disminuye y se altera el metabolismo hepático de muchas sustancias, entre ellas los fármacos (pueden aumentar sus niveles y el tiempo de permanencia en el organismo.

CUIDAR NUESTRO CUERPO EN LA TERCERA EDAD

cuidandoseAceptar el cambio para sentirte feliz.
Ahora que hemos vivido muchos cambios en nuestra vida, sabemos lo importante que es adaptarse a ellos para sentirnos bien.
Y si de cambios hablamos, ¿qué decir de los de nuestro cuerpo?
Contemplando fotos antiguas vemos cuanto hemos cambiado.
Nuestro cuerpo no es el mismo pero tenemos que conocerlo, cuidarlo y quererlo para sentirnos más felices.
Comprender los efectos del envejecimiento en nuestro cuerpo y  conocer pautas adecuadas de conducta para cuidarlo y quererlo, es saber envejecer y la mejor manera de prevenir la dependencia.

Aceptar que no somos jóvenes
Mírate al espejo sin compararte con nadie. Ni siquiera contigo cuando eras joven.
Esas arrugas que ves, el cuello, los brazos… reflejan el paso del tiempo y, por tanto, también están ahí las huellas  de tu vida: las alegres y las tristes.
Cada etapa de la vida tiene su forma y su expresión. La nuestra no es la de los jóvenes: no intentes inútilmente parecer lo que no eres.
Ahora tenemos que aspirar a otro tipo de belleza, esa que sólo se logra gracias a la edad, cuando tenemos más SEGURIDAD y más CONFIANZA en nosotros mismos.

¿Qué hacer ante los cambios más evidentes?

LA PIEL                                                                                                                                            Con la edad, la piel pierde elasticidad, aparecen las arrugas. También aparecen manchas, ya que el pigmento que hay en ella se distribuye de manera irregular.      PARA CUIDARLA:

  • Mantener una buena hidratación, bebiendo agua en cantidad suficiente, usando cremas hidratantes, y teniendo una alimentación rica en vitaminas.
  • Hay que protegerse del sol, usando prendas de vestir adecuadas y utilizando cremas con protección solar. Los efectos beneficiosos del sol los tendremos simplemente por el hecho de caminar por la calle. No dudes en acudir al médico cuando una mancha de la piel crece, se modifica en su aspecto o cambia de color.

EL PELO
Las canas, no son un problema de salud, aunque la estética que se nos inculca, nos haga ocultarlas con frecuencia.
Salvo excepciones, el uso de tintes para el cabello es inocuo y debe obedecer a una decisión personal, tanto en las mujeres como en los hombres.
Otro tanto cabe decir de la calvicie, casi exclusivamente masculina, un problema estético para algunos con pocas soluciones reales y bastante engorrosas.
Un consejo: antes de utilizar productos “milagro” o someterse a un implante de cabello, consulte siempre  con su médico.
Y si decide que ser calvo es natural, no olvide protegerse del sol con un sombrero, gorra o similar.

LA TALLA
¿Por qué nos volvemos más bajos?
La talla disminuye básicamente por dos motivos: porque nuestra columna vertebral se modifica y porque nuestra postura cambia, nos encorvamos un poco.
Para controlar estos cambios:

  • Cuida que tu alimentación sea RICA EN CALCIO. Incluye en tu dieta queso, leche, yogurt, almendras, sardinas en aceite con su raspa, gambas…
  • Camina a buen ritmo, mejor en compañía, no menos de media hora diaria.
  • Sigue los CONSEJOS del MÉDICO. Si eres mujer, has de someterte a una revisión en la menopausia y cumplir el tratamiento para la osteoporosis, si lo necesitas.

EL PESO
Pero, ¿qué pasa con la otra talla?. Con el paso de los años nuestro cuerpo sufre la pérdida de agua corporal, disminución de la masa muscular y la grasa, que suele aumentar, tiende a depositarse en determinados sitios (cintura, abdomen…).

  • La HIDRATACIÓN, NUTRICIÓN y EJERCICIO son indispensables. Podemos controlar el peso si ejercitamos nuestros músculos y nos alimentamos correctamente.
  • Nuestro peor enemigo la inactividad. Hay que adecuar la actividad a nuestra forma física y no dudar en consultar al médico.
  • Vigilemos nuestro peso y nuestra talla, hay que consultar periódicamente, y seguir los consejos de los profesionales. Tanto la delgadez como el sobrepeso y la obesidad son signos de malnutrición.

Reconocerse y quererse.
Si después de leer todo esto nos miramos de nuevo al espejo es posible que nos veamos de otra manera, distintos pero no peores.
Mira alrededor, a tu pareja, a tus amigos, esas personas a las que quieres y que además te gustan.
Hay que deshacerse de los complejos y empezar a cuidarse y a practicar todo lo que ya sabemos. Si lo pones en práctica cada día te sentirás más atractivo, más guapa.
Convéncete. Eres capaz de hacerlo.

Extraido del «Programa de Envejecimiento» de la Sociedad Española de Geriatria y Gerontología. Con la colaboración de la Organización Mundial de la Salud.

VEJEZ Y CALIDAD DE VIDA

666La llamada «tercera edad» comienza alrededor de los 60-65 años, y en ella se producen cambios físicos debido al desgaste propio de las células; cambios materiales por la pérdida del poder adquisitivo con motivo de una disminución de ingresos; cambios emocionales producidos por la pérdida de seres queridos, etc.

La capacidad de adaptación a estos cambios requiere mucho de voluntad y la incorporación de ciertas prácticas cotidianas que tal vez en etapas anteriores de la vida pasaban a un segundo plano.

Una de ellas consiste en redimensionar la importancia de la actividad física para posibilitar una vida saludable desde todo punto de vista, pero sobre todo para ayudar al funcionamiento del organismo en cuestiones tales como los riesgos coronarios y la presión arterial.

Alimentarse de manera adecuada es la primera condición para resguardar la salud, en ésta y las demás etapas de la vida. Tanto la mala nutrición como la obesidad causan periódicamente la muerte de muchas personas. Hay muy pocos obesos que llegan a cumplir los 80 años de edad.

Mantenerse en movimiento es la segunda norma a tener en cuenta. El excesivo reposo puede debilitar los músculos y hacer más lenta la circulación sanguínea.

No es necesario acudir a un gimnasio para realizar una actividad física adecuada: una caminata diaria de al menos unos 40 minutos ayuda notablemente a controlar la presión arterial y los problemas de corazón. Los paseos en bicicleta, la natación, las actividades en el jardín, etc., son buenas opciones para resguardar la salud cardiovascular.

Con el envejecimiento, nuestras venas y arterias se vuelven más sensibles y más predispuestas a ciertas enfermedades, por lo que las alteraciones vasculares son frecuentes en la vejez.

Las arterias son los vasos que llevan la sangre desde el corazón a las demás partes del cuerpo: son grandes distribuidoras de sangre que irrigan a nuestro organismo. En tanto, las venas son los vasos que conducen la sangre desde todas las partes del cuerpo hacia el corazón, constituyendo una red colectora.

No sólo los viejos necesitan realizar un programa de entrenamiento, apropiado a su condición corporal y edad. La actividad física es importante durante toda la vida, y sus beneficios son innumerables. Control del peso, flexibilidad articular, tonicidad muscular, combate al estrés, son algunos de ellos. Pero la resistencia cardiovascular es quizá una de las ventajas más importantes del entrenamiento.

Cuando realizamos ejercicios de cierta intensidad durante más de dos minutos, nuestros músculos requieren un importante aumento del aporte de oxígeno. Estas actividades se denominan aeróbicas, y obligan a quien las realiza con regularidad a aumentar la resistencia cardiovascular. Esta consiste en la capacidad continuada de la sangre para llevar el oxígeno a las células, suponiendo la eficiencia del corazón y los vasos sanguíneos para bombear y transportar el suficiente volumen de sangre a cada parte del cuerpo, en especial a los músculos más activos durante el esfuerzo. Pero supone también la capacidad de los tejidos, de cada una de sus células, de procesar ese aporte de oxígeno y eliminar los residuos que provoca el proceso.

Llegada cierta edad, y sobre todo cuando se ha llevado una vida sedentaria y la alimentación no ha tenido en cuenta el debido balance de lípidos, esta capacidad puede descender, poniéndonos en peligro de accidentes vasculares.

La proporción de personas que ya pasaron los 60 años crece en el mundo. De modo que la difusión de pautas y la implementación de programas para una vejez saludable atañe a un número cada vez mayor de gente. La ejercitación física es uno de los pilares sobre los que se funda una mejor calidad en el último tramo de la vida, que no tiene por qué estar signado por la enfermedad. Dependiendo del estilo de vida y cuidado personal y social que los viejos hayan experimentado durante su existencia, un gran porcentaje de ellos podrá disfrutar de buena salud en esta etapa.

Es conocida, además, la relación entre el ejercicio físico y el fortalecimiento de los huesos: la actividad física ayuda a aumentar la densidad ósea (por la activación de la circulación) en todas las etapas de la vida. En la vejez, esto adquiere una importancia fundamental para combatir los riesgos de osteoporosis y quebraduras a consecuencia de ésta. Las mujeres luego de la menopausia pueden apoyar con actividad física la prevención de la osteoporosis.

Las actividades aeróbicas también ayudan a aumentar el nivel en sangre del colesterol HDL, conocido como colesterol «bueno», a la vez que provocan la reducción de los depósitos de lípidos. Esto impide el crecimiento del ateroma, placa que se deposita en las arterias impidiendo la buena circulación. Las actividades aeróbicas ayudan a quemar grasas y controlar el peso.. Lo verdaderamente importante está en el trabajo cardiovascular. La realización regular de ejercicios aeróbicos ayuda a mantener la presión arterial en niveles normales y a reducir el riesgo de enfermedades del corazón.

Autor: Gonzalo Canal Ramírez, (Es un reconocido especialista en temas de la Tercera Edad. De origen colombiano, esta radicado en España. Estos textos son del libro “ENVEJECER NO ES DETERIORARSE” que ha merecido innumerables ediciones y traducciones desde 1980, año de su aparición en España.)
Publicado por Felix Duarte.