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ABUELOS Y NIETOS

Muchos son los adultos/as mayores que disfrutan de la abuelidad, se divierten con sus nietos/as, vuelven a recuperar la capacidad de jugar, pasan una tarde en la plaza hamacando al niño/a, dándole de comer a las palomas, comprando pochoclo y por qué no gritando “nene/a bajate de ahí que te vas a romper el alma”.

Son esos abuelos/as que cuentan anécdotas de cuando eran pequeños o de lo que hacían el papá o la mamá cuando eran chicos, trasladándolos con la imaginación a una época donde no había televisión, celulares, playstation, ni computadoras, recitando poesías, relatando cuentos, recordando canciones y juegos.
También hoy son muchos los abuelos/as que participan activamente en la crianza de los nietos/as, dado que la mamá y el papá trabajan, y los llevan al colegio, los pasan a buscar, están pendiente de la comida y de las tareas y reuniones escolares.
Pero no siempre el título de abuelo/a va unido al ejercicio de ese rol, por distintas cuestiones familiares -peleas con los hijos/as, nueras/yernos, con los propios nietos/as, por falta de sentido de trascendencia, por egoísmo-. Y en esta clase de vínculos todos pierden, los chicos/as y los grandes.

Envejecimiento activo

Los especialistas señalan que el vínculo abuelo/a-nieto/a es muy fuerte y positivo, favorece un envejecimiento activo, mejora la socialización de los niños y ambos ganan seguridad y confianza.
Sin embargo advierten que cuando la responsabilidad de los/as mayores con los niños/as es muy grande, cuando hay una sobrecarga de tareas (abuelos/as full time), se corre el riesgo de sufrir un agotamiento emocional. Por lo que recomiendan aprender a establecer límites claros, ayudar a los hijos/as pero dejarse un tiempo para uno/a, para los gustos, proyectos, y de esa forma también se les enseña a los hijos/as y niños/as a hacerse respetar y ponerle límites a los demás.
La abuelidad supone afecto, contención, tolerancia y apoyo; la brecha intergeneracional se acorta y permite la comunicación, la transmisión de saberes y valores, y así se convierte en una experiencia enriquecedora.

Factores psicológicos en la vejez 2 parte

Etapa evolutiva de la tercera edad.

El interés por la vida y el envejecimiento ha sido una constante en la historia de la humanidad, sobresalen dos aspiraciones constantes a través de distintas culturas y momentos históricos, la inmortalidad y la búsqueda de la longevidad. «Distintos mitos como el «Elixir de la vida» buscado por los alquimistas o la «fuente de la vida», presenta en distintas culturas (hebrea, griega, romana) desde la antigüedad hasta hoy, reflejan bien la preocupación por la prolongación de la vida. Ciertos vestigios de estos mitos perviven en la sociedad actual: consumo de vitaminas (por ejemplo, vitamina C), tratamientos termales anti-envejecimiento, dietas especiales, programas de ejercicio físico intensivo, entre otros, y forman parte de los métodos que se proponen para mejorar la vitalidad y la longevidad».

Por favor, lee el artículo completo haciendo clic en: Catalina Zuleta y Yamile Gomez

LAS RELACIONES AFECTIVAS EN LA TERCERA EDAD

amorLas relaciones afectivas en la Tercera Edad están llenas de mitos – Los expertos del grupo Amma Gerogestión señalan que los principales factores que condicionan la vida sexual activa durante la vejez están determinados por factores de orden psicosocial, más que por cambios fisiológicos propios de la edad. – «Los centros gerontológicos y profesionales debemos esforzarnos por fomentar y motivar el respeto con que los mayores viven sus relaciones afectivas y sexuales», declara la psicóloga Patricia Morán.

El grupo empresarial Amma Gerogestión especializado en la promoción, diseño, asesoramiento y gestión de centros y servicios gerontológicos, señala a los estereotipos como uno de los principales factores que intervienen en la forma de vivir las relaciones afectivas en la Tercera Edad. En general no suelen ser bien vistas en el entorno cultural e incluso familiar y, en muchos casos, religiosos que censuran la manifestación pública de conductas afectivas, en especial tratándose de gente mayor. La psicóloga Patricia Morán señala «la necesidad de dar y recibir afecto no va ligada, necesariamente, a la vejez y al hecho de cumplir años sino que es una necesidad consustancial al ser humano, tenga la edad que tenga».

Fundamentalmente lo que se busca son cualidades que se podrían denominar como básicas para el equilibrio psíquico y afectivo del ser humano. Amma Gerogestión cree en la importancia de desmitificar temas que deberían ser tan comunes como la sexualidad en los mayores.