MORIR JOVEN LO MÁS TARDE POSIBLE

old-coupleDurante los últimos 100 años los países más desarrollados han duplicado las expectativas de vida de sus habitantes. Gracias a nuevos antibióticos y medicamentos de última generación, sumado a una mejor nutrición y la implementación de medidas de higiene, sus pobladores han pasado a tener una esperanza de vida de 80 años, en lugar de los 40 o 50 que tenían a principios del Siglo XX.

Pero los expertos quieren ir más allá, y en la medida que se desarrollan nuevas técnicas, trasplantes, secuenciación del ADN, por solo mencionar algunas, ellos esperan lograr que los seres humanos alcancen o superen la centuria, un avance que además debe ir acompañado de una mejor calidad de vida.

Como dijo alguien una vez, “mi deseo es morir joven lo más tarde posible”.

Pero para aumentar los años de vida no se necesita de magia, aunque mucho va en los genes; la realidad es que existen actitudes y hábitos que influyen, como no fumar, hacer ejercicios, evitar el alcohol y por sobre todo llevar una alimentación balanceada, con un alto consumo de verduras, legumbres, frutas, pescado, grasas monoinsaturadas y poca carne roja.

Esta combinación, que muchos han bautizado como “dieta mediterránea”, reduce las probabilidades de morir a causa de dolencias tan extendidas como el cáncer o las enfermedades del corazón.

Ahora un estudio publicado en la revista Heart, destaca también los beneficios de consumir en abundancia productos lácteos como leches y quesos para alcanzar una mayor sobrevida.

La investigación desarrollada por expertos de la Universidad de Bristol, Reino Unido, y de la Universidad de Queensland, en Australia, asegura que los niños en cuya dieta se incluyó altas cantidades de esos alimentos -por el calcio que aportan- tuvieron menos accidentes cerebrovasculares y otras causas de mortalidad.

Los científicos analizaron el historial médico de cerca de cuatro mil 500 infantes británicos y observaron que aún cuando los lácteos contienen colesterol y grasas que favorecen el proceso de arteriosclerosis, su elevado consumo no aumentó el riesgo de afecciones cardíacas.

De ahí que los especialistas recomiendan 400 miligramos diarios de calcio repartidos en tres raciones diarias, como un vaso de leche de 200 miligramos, un yogurt y un trozo de queso.

June Davison, de la Fundación Británica del Corazón, considera importante incluir los productos lácteos como parte de una dieta balanceada desde una temprana edad, sin embargo, recomienda sean bajos en grasa.

[Fuente: prensa-latina.cu]

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *