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ENFERMEDADES COMUNES DE LOS OJOS, en las personas mayores.

ojosviejoLas siguientes  enfermedades de los ojos son comunes con la edad. A menudo, se pueden desarrollar presentando pocos o ningún síntoma. Cada uno puede ocasionar pérdida de la visión y ceguera. El hacerse examinar los ojos con regularidad es la mejor manera de protegerse. Si su profesional de la vista detecta un problema oportunamente, se puede hacer mucho por ayudarlo a preservar su visión.

* Las cataratas son áreas nubladas en el lente del ojo. Los lentes normales son claros y permiten que la luz pase a través de ellos. Las cataratas impiden que la luz pase fácilmente a través del lente. Esto ocasiona la pérdida de visión. Las cataratas a menudo se forman lentamente, sin ningún síntoma. Algunas permanecen pequeñas y no cambian la visión de manera significativa. Otras se agrandan o engrosan y afectan la visión. La cirugía de cataratas puede ayudarle. Su oftalmólogo puede detectar cambios en sus cataratas con el tiempo, a fin de decidir si usted debe operarse. La cirugía de cataratas es muy segura. Es una de las cirugías más comunes que se practica en Estados Unidos.
* Los ojos secos se presentan cuando las glándulas lacrimales no funcionan bien. Los ojos secos pueden ser incómodos. Pueden causar picazón, ardor o aún alguna pérdida de visión. Su oftalmólogo puede sugerirle utilizar un humidificador en su hogar o gotas especiales para los ojos (“lágrimas artificiales”). Los casos más graves de ojos secos pueden requerir cirugía.
* El glaucoma proviene de demasiada presión del fluido dentro del ojo. Con el tiempo, la enfermedad puede afectar el nervio óptico, ocasionando la pérdida de la visión y la ceguera. La pérdida de la visión no sucede hasta que se ha causado un daño enorme en el nervio. La mayoría de la gente que sufre glaucoma no presenta síntomas en una etapa temprana, ni dolor debido a la mayor presión. Usted puede protegerse mediante exámenes regulares con la pupila dilatada. El tratamiento puede incluir gotas formuladas para ojos, medicamentos tomados, o cirugía.
* Los desórdenes de la retina son una de las causas principales de ceguera en los Estados Unidos. La retina es el revestimiento delgado en la parte de atrás del ojo. Consta de células que reciben imágenes visuales y las transmiten al cerebro. Los desórdenes de la retina que afectan los ojos de personas mayores incluyen:

  • Degeneración macular relacionada con la edad (AMD por sus iniciales en inglés). La degeneración macular relacionada con la edad afecta la parte de la retina (la mácula), que le proporciona a usted la visión central aguda. Con el tiempo, la AMD puede arruinar la visión aguda que se necesita para ver objetos claramente y para realizar tareas comunes, como conducir un vehículo y leer. En algunos casos, la AMD se puede tratar con láser a fin de reducir el riesgo de mayor pérdida de la visión. Pregúntele a su oftalmólogo acerca de las recientes investigaciones que parecen indicar que algunos suplementos dietéticos reducen el riesgo de la AMD.
  • Retinopatía diabética. Esta complicación común de la diabetes sucede cuando pequeños vasos sanguíneos dejan de alimentar la retina como deberían hacerlo. La cirugía con láser y un tratamiento llamado vitrectomía ayudan a contrarrestarlo. Si usted sufre de diabetes, asegúrese de hacerse examinar los ojos con pupilas dilatadas todos los años.
  • Desprendimiento de la retina. Esto sucede cuando las capas internas y externas de la retina se separan. Si usted observa cambios en las manchas y/o destellos de luz en sus ojos, bien sea todo el tiempo o gradualmente, consulte inmediatamente con su oftalmólogo. Mediante cirugía o tratamiento con láser, los médicos a menudo pueden volver a unir las capas de la retina y usted puede recuperar toda o parte de su visión.

La baja visión afecta a la gente a medida que envejece. La baja visión significa que usted no puede mejorar su visión con gafas, lentes de contacto, medicinas, ni cirugía. Esto puede impedir la realización de su rutina diaria normal. Usted puede sufrir de baja visión, si:

* Tiene problemas para ver suficientemente bien como para poder realizar tareas diarias, como leer, cocinar o coser.
* No puede reconocer las caras de amigos o familiares.
* Tiene problemas para leer la señalización en las calles.
* Descubre que las luces no son tan brillantes como solían serlo.

Si usted sufre de alguno de estos problemas, pídale a su oftalmólogo o a su profesional de la vista que le someta a una prueba para detectar la baja visión. Hay muchas cosas que pueden serle de ayuda. Estas ayudas pueden facilitarle que usted lea, escriba y maneje sus tareas de la vida diaria. La iluminación se puede ajustar a sus necesidades. Usted también puede intentar usar gafas formuladas, material de lectura de tamaño más grande, lupas, televisión en circuito cerrado, cintas de audio, máquinas para lectura electrónica y computadores que utilizan tamaños de letra más grandes y capacidad para dictarles texto.

Otros cambios sencillos también pueden ayudarlo:

* Escriba con marcadores grandes para rotular.
* Utilice papel con líneas grandes que le ayuden a escribir en línea recta.
* Instale cinta de colores en el borde de los escalones para evitar que sufra caídas.
* Instale interruptores y enchufes eléctricos de colores oscuros, de manera que pueda ver fácilmente contra las paredes de colores más claros.
* Utilice luces de movimiento que se prenden automáticamente cuando usted ingresa a una habitación. Éstas pueden ayudar a evitar los accidentes causados por mala iluminación.
* Utilice teléfonos, relojes de pulso y de pared de números grandes e instale rótulos de letras grandes en el horno microondas y en la estufa.

Una visión por debajo de lo normal no tiene por qué afectar su estilo de vida. Al hacerse examinar sus ojos con regularidad usted estará contribuyendo al cuidado de sus ojos.

Fuente:  http://www.nia.nih.gov/

La seguridad alimentaria en la tercera edad

Aunque no se suele tener en cuenta, es un hecho que el riesgo de sufrir enfermedades derivadas de la comidaplatealimentación aumenta con la edad. Por ello, la seguridad alimentaria es especialmente relevante durante la tercera edad.

Una de las causas de este fenómeno es que muchas de las funciones corporales se ven mermadas con la edad. Por ejemplo, son comunes los problemas de vista, lo que dificulta la lectura de las instrucciones de preparación o las fechas de caducidad. Una persona que no ve bien puede no percatarse de que un plato o un utensilio no está bien limpio o de que un alimento ha cambiado de color.

El sentido del olfato se vuelve menos agudo con la edad, y puede empeorar a causa de la medicación o las enfermedades. Muchos agentes nocivos presentan olores desagradables que nos avisan del mal estado de un producto, y una persona con el olfato dañado puede no darse cuenta.

Los dedos a veces pierden fuerza y destreza, dificultando la realización de tareas tales como pelar verduras, envolver la comida o abrir y cerrar envases. A veces las personas mayores no son capaces de ponerse guantes para lavar la vajilla, lo que les impide fregar a la temperatura adecuada.

También hay mucha gente mayor que no puede caminar sin ayuda y que tiene dificultades para agacharse o permanecer mucho tiempo de pie, por lo que limpiar la cocina o los armarios puede convertirse en algo imposible. Algunos no pueden salir a comprar y acaban acumulando productos caducados.

Los problemas de memoria también pueden contribuir a impedir el preparar la comida de forma adecuada (olvidar un paso importante o equivocarse en las temperaturas o el tiempo de cocción)).

Personas más vulnerables

Además, las personas mayores son muy vulnerables a las enfermedades, y en particular a las intoxicaciones alimentarias. La edad debilita el sistema inmunológico, al igual que la quimioterapia, la cirugía o las enfermedades crónicas, como las de corazón o la diabetes. Esto significa que las personas mayores son más susceptibles de tener complicaciones y tardan más en recuperarse.

Muchas personas mayores están mal alimentadas, lo que las hace más propensas a sufrir infecciones, incluidas las causadas por los agentes patógenos de los alimentos. La pérdida del apetito puede tener numerosas causas: la medicación, los desarreglos digestivos, las enfermedades crónicas, las discapacidades físicas o la depresión. No obstante, el problema más evidente reside en que muchas personas mayores viven con unos ingresos limitados y, cuando la necesidad apremia, la comida es el gasto más fácil de recortar.

Un mejor conocimiento de los factores que contribuyen a esta malnutrición en la tercera edad debería permitir llevar a cabo una labor de prevención adecuada, así como elaborar tratamientos para mejorar la salud de las personas mayores.

Otra razón por la cual la gente mayor está más indefensa ante las intoxicaciones alimentarias es que la cantidad de ácido estomacal disminuye con la edad. Dicho ácido destruye muchos patógenos antes de que entren en el intestino delgado. Cuanto menor es la acidez, mayores son las posibilidades de infección por un patógeno alimentario. Los procesos digestivos también se ralentizan con la edad, lo que permite que algunos agentes nocivos tengan tiempo de crecer y producir toxinas en el intestino.

Las limitaciones financieras pueden acarrear otros problemas relativos a la seguridad alimentaria en la tercera edad. Hay personas que no tiran la comida, aunque esté en mal estado, o que no pueden permitirse sustituir los utensilios estropeados o los aparatos que ya no funcionan correctamente.

El mantenimiento de una cocina es una tarea tan rutinaria que es fácil olvidar que entraña ciertos riesgos, especialmente a medida que envejecemos.

Saludalia