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TOP 10 PARA UN BUEN ENVEJECER

A pesar de tratarse de una disciplina relativamente joven que todavía lucha por encontrar un lugar definitivo en las políticas sanitarias de muchos países, la gerontología ha conseguido reunir una gran cantidad de logros en favor de las personas de mayor edad. De hecho, puede decirse que, aunque bien-envejecer1la vejez es un territorio muy diverso que afecta de modo distinto a cada individuo, la ciencia pudo definir 10 grandes líneas de actuación en las que ya se puede, y se debe, trabajar.

A medida que la geriatría y la gerontología van cobrando prestigio en la comunidad médica y ganando puestos en la infraestructura clínica, se hace necesario establecer protocolos y objetivos claros sobre el objeto de investigación y de actuación de estas especialidades. Detectar los problema básicos de la población mayor puede ayudar en la tarea.

Este es el top 10  para un buen envejecer:

1. Deterioro cognitivo. No hay duda de que combatir el deterioro de las funciones cognitivas del anciano y los problemas de comportamiento que de él se derivan es una prioridad en geriatría. En la actualidad, el conocimiento sobre el desarrollo del Alzheimer está creciendo exponencialmente. Fundamentalmente se ha avanzado en el diagnóstico de la enfermedad.Por otro lado, también mejoraron las técnicas de detección de síntomas prematuros. Por ejemplo, se sabe que algunas funciones motoras empiezan a deteriorarse mucho antes de la aparición de la enfermedad. Estar atento a estas señales mejora considerablemente la capacidad de diagnóstico.
En cuanto al tratamiento, se trabaja intensamente en el uso de inhibidores de la colinesterasa y moduladores del sistema glutamato/NMDA. Además, se descubre que el gingobiloba, una planta con varias propiedades curativa ofrece potenciales beneficios para los que sufren el mal.

2. Depresión. Uno de los grandes caballos de batalla de la gerontología es que se reconozca la depresión entre los males que debe seguirse de manera sistemática en la población anciana. Este trastorno suele obviarse en los reconomientos iniciales, sobre todo en atención primaria, y es causante no solo de gran sufrimiento, sino de enfermedades subsidiarias como infarto.

3. Movilidad. La geriatría empieza a observar la movilidad cono una herramienta de diagnóstico que debe tenerse en cuenta. El deterioro en la velocidad de desplazamientos y reacciones del paciente es una señal de alarma de que se está produciendo un declive general. Por otro lado, si se logra mantener más tiempo la capacidad de caminar habitualmente, se experimenta una mejora considerable en otras funciones.

4. Nutrición. Entre los adultos mayores se producen cambios en los patrones nutricionales que, en algunas ocasiones, producen graves deterioros del estado físico. El descenso en la cantidad de comida ingerida, generan una merma considerable en la cantidad de nutrientes. Algunas personas mayores terminan experimentando episodios de anorexia. En este sentido, se ha propuesto la llamada “hormona del apetito”, ghrelín, como una candidata a ser herramienta terapéutica habitual en los protocolos geriátricos occidentales.

5. Hormonas. Una de las consecuencias mejor conocidas del paso del tiempo, sobre todo en las mujeres, es el cambio en el patrón hormonal. En teoría, el aporte extra de determinadas hormonas podría ser una buena estrategia para combatir la vejez. Pero se sabe que algunas terapias sustitutivas producen severos efectos secundarios. Los efectos de la inyección de moléculas como la progesterona o la testosterona siguen debatiéndose y su función en gerontología es una de las líneas de investigación más prometedoras para un buen envejecer.

6. Fragilidad. En los últimos años, la geriatría ha comenzado a fijarse en la fragilidad como un síndrome que se debe tener en cuenta en el envejecimiento, ya que es un importante precursor de la incapacidad funcional. El problema es que las causas de la fragilidad son demasiado numerosas incluyen desde deterioros cognitivos hasta diabetes o problemas vasculares. La intervención ante este mal se centra en dos frentes: prevenir mediante el ejercicio físico y detectar síntomas precoces, como el aumento de los episodios de caídas.

7. Corazón. Es el rey de la geriatría. Casi el 50 por ciento de las personas de avanzada edad muestran algún tipo de deterioro en sus funciones cardíacas por lo que la vigilancia del corazón y de la presion arterial es una rutina asimilada en esta disciplina. La hipertensión geriátrica poco tiene que ver con la de los adultos o jóvenes. El cuidado de los valores de presión arterial en personas mayores requiere de cálculos más sutiles y seguimientos más complejos.

8. Sistema inmune. El deterioro del sistema inmune con la edad es bien conocido. Una de las causa de este mal es la disminución de aporte proteínico de la dieta. Por eso, la actuación en este sentido mediante complementos nutricionales es eficaz. Pero, además, las personas mayores son más vulnerables a la aparición de nuevas enfermedades infecciosas como el SARS o la fiebre del Nilo. Por eso, es necesario que existan unidades especializadas en geriatría en los programas de tratamiento de estos males.

9. Vida a los años. Afortunadamente la frase “no se trata de agregar años a la vida, sino vida a los años” se ha convertido en un lema. Eso quiere decir que ha calado en la opinión pública una de las máximas de la geriatría: la medicina no busca la longevidad banal, sino la mejora de la calidad de vida de los adultos mayores.

10. Sistema sanitario. El último gran desafío de la geriatría consiste en dotarse de una infraestructura que permita alcanzar en todos los casos el sueño de los médicos que decidieron formarse en la especialidad: convertirse en parte fundamental del sistema sanitario y lograr generar programas de seguimiento de pacientes a largo plazo; igual que el pediatra y médico de familia acompañan al paciente durante muchos años de su vida.

DECÁLOGO PARA SABER ENVEJECER


1. Cuidarás tu presentación día con día. Arréglate como si fueras a una fiesta. ¡Qué más fiesta que La vida! EL peinado, La ropa, todo atractivo, oliendo a limpio y a buen gusto. EL buen gusto es gratuito, no cuesta nada. Que aL verte se alegren tu espejo y los ojos de Los demás.

2. No te encerrarás en tu casa ni en tu habitación. Nada de jugar al enclaustrado o al preso voluntario. Saldrás a la calle y al campo de paseo. EL agua estancada se pudre y la máquina inmóvil se enmohece.

3. Amarás el ejercicio físico como a ti mismo. Un rato de gimnasia, una caminata razonable dentro o fuera de casa, por lo menos abrir la puerta, regar las rosas, contestar el teléfono, cualquier movimiento que te despegue de la cama y del sillón. Contra inercia, diligencia.

4. Evitarás actitudes y gestos de viejo derrumbado, la cabeza gacha, La espalda encorvada, Los pies arrastrándose. No. Que La gente diga un piropo cuando pases: Qué tiesecito el señor, qué altiva la señora.

5. No hablarás de tu vejez ni te quejarás de tus achaques. Acabarás por creerte más viejo, más viejo y enfermo de lo que en realidad estás. Y te harán eL vacío. A la gente no Le gusta oír historias de hospital. Cuando te pregunten: ¿Cómo estás?, contestarás que divinamente.

6. Cultivarás eL optimismo sobre todas las cosas. Al mal tiempo, buena cara. Sé positivo en los juicios, de buen humor en las palabras, alegre de rostro, amable en los ademanes. Se tiene la edad que se ejerce. La vejez no es cuestión de años sino un estado de ánimo. El corazón no envejece, el cuero es el que se arruga.

7. Tratarás de ser útil a ti mismo y a los demás. No eres un parásito ni una rama desgajada del árbol de la vida. Bástate hasta donde sea posible. Y ayuda, ayuda con una sonrisa, un consejo, un servicio. AL abrirte a Los demás, dejarás de estar pensando en un “yo” angustiado y solitario. Sólo cuando se abre la nuez aparece la almendra.

8. Trabajarás con tus manos y tu mente. EL trabajo es La terapia infalible. Cualquier actitud laboral, intelectual, artística. Haz aLgo, lo que sea y Lo que puedas. Una ocupación artesanal, un rato de lectura, un trozo amable de TV, La música. La bendición deL trabajo es medicina para todos los males.

9. Mantendrás vivas y cordiales las relaciones humanas. Desde luego las que se anudan en el hogar, integrándote a todos los miembros de la familia. Ahí tienes La oportunidad de convivir con niños, jóvenes y adultos, eL perfecto muestrario de la vida. Luego ensancharás tu corazón a los amigos, con tal que Los amigos no sean exclusivamente unos viejos como tú. Huye del bazar de las antigüedades.

10. No pensarás que “todo tiempo pasado fue mejor”. Deja de estar condenando tu mundo y maldiciendo tu momento. No digas a cada palabra “las cosas andan mal, allá en mi tiempo…” Positivo siempre, negativo jamás. El anciano debiera ser como la luna, un cuerpo opaco destinado a dar luz.
Autor: Mons. Joaquín Antonio Peñalosa

ENVEJECER SALUDABLEMENTE

Envejecer   saludablemente.

No sólo se trata de añadir años a la vida, sino de sumar calidad de vida a esos años.
Una dieta completa y equilibrada, la práctica regular de ejercicio físico y fomentar las actividades sociales son las claves fundamentales para dar esquinazo a la obesidad y envejecer con salud.
Las enfermedades derivadas del exceso de peso (diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares y artrosis, entre otras) son un grave peligro para las personas mayores. En España,en la población mayor de 6o años, la prevalencia de la obesidad se estima en un 30,9% en hombres, y un 39,8% en mujeres.
En el otro extremo aparece otro importante problema de alimentación: la desnutrición que padecen algunos mayores, en especial aquellos que viven solos.Al aislamiento se unen otros factores (bajo poder adquisitivo, escasa autonomía física, falta de conocimientos sobre nutrición) que favorecen la adopción de hábitos alimenticios incorrectos. Llevar una dieta deficitaria favorece la aparición de enfermedades y contribuye a empeorar las ya existentes, con la consiguiente merma en la calidad y esperanza de vida. Por lo tanto, alimentarse de forma adecuada es fundamental para mantener el bienestar físico y psíquico de los mayores.
Vida activa
ejercicio-en-la-tercera-edadOtro enemigo en la tercera edad, es el sedentarismo. Los adultos españoles son los más sedentarios de Europa. En una reciente encuesta, el 64% reconocía no practicar ningún tipo de deporte o ejercicio. Y estar en una buena forma física contribuye a encontrarse mejor anímicamente, al igual que mantener una vida social activa y dinámica.
Actividades como pasear por el parque, charlar en un banco con los vecinos, jugar a las cartas, al dominó o a la petanca, asociarse, participar en talleres y apuntarse a los viajes colectivos nos ayudan a potenciar la autoestima y a disipar los fantasmas de la soledad y la depresión.
Decía Rochefoucauld que “poca gente domina el arte de saber envejecer.
Por suerte, cada día abundan más las personas mayores con espíritu y actitudes dinámicas y de esperanza, que son conscientes de que la peor vejez es la del espíritu.
Las cuatro claves para vivir una vejez plena, son las  siguientes:
1.    Ser conscientes de que la vejez del espíritu, la que nos arrastra a actitudes mentales negativas y derrotistas, no tiene que ver demasiado con la edad cronológica.Decía José Zorrilla de sí mismo: “Soy de esos viejos que nunca lo son”.
2.    Tener siempre «un mañana», un proyecto, algo que hacer, que le haga sentirse útil y valioso. Que le permita vivir plenamente el Hoy, Aquí y Ahora. “Quien tiene un porqué para vivir encontrará casi siempre el cómo», decía Nietzsche. Es fundamental tener pequeños o grandes proyectos, ilusiones, tareas gratificantes a las que dedicar tiempo, con entusiasmo y satisfacción.
3.    Además de la juventud de espíritu o actitud mental positiva y de tener siempre un ‘porqué’, la persona mayor necesita COMUNICARSE, no quedarse en casa, realizarse plenamente como ser social y tener amigos, asistir a reuniones, viajar y aprovechar todo tipo de actividades en las que se comparte todo.
4.    Cuidado de la mente y del corazón. La mente necesita limpiarse de pensamientos derrotistas,preocupaciones,penas,odios y rencores. Seamos inteligentes y prácticos y dediquémonos simplemente a vivir y a disfrutar de todo. En cuanto al corazón, no podemos vivir sin amor. Es el momento más adecuado para amarnos a nosotros mismos y a los demás. La felicidad y el amor ahuyentan la vejez del cuerpo y del espíritu.