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LA TERCERA EDAD… CAMBIA A LAS PERSONAS.

Una recomendación especial para aquellos que diseñan espacios para ser habitados por personas de edad o organizan eventos para ellos,  es la necesidad de mantener una gran apertura mental, y gran disposición para escuchar los deseos y expectativas de nuestros clientes maduros, aceptando que sus valores y prioridades no necesariamente coincidirán con lo que los mas jóvenes pudiésemos considerar como mas convenientes.

En el gran mundo de la tercera edad, no solo deberemos atender y responder a condiciones físicas y anímicas diferentes a la de quienes estamos en la edad media, sino también a actitudes y valores que han evolucionado y pueden parecernos extraños.

Para exponerlo mejor, les mostraré el siguiente ejemplo:

Una hija quiere ser anfitriona de una fiesta de cumpleaños para su madre que cumplirá 70 años. Mamá siempre ha sido la «reina de las fiestas» y ha preparado a sus hijos grandes celebraciones para sus propios cumpleaños. Ahora Mamá, sin embargo, insiste en que ella no quiere una fiesta y dice que ni siquiera está segura que quiera celebrar ese gran día en absoluto.

¿Qué le pasa a mamá?

Según una nueva investigación, puede ser NADA EN ABSOLUTO. Ella simplemente podría estar cambiando con la edad.

Es una teoría del sociólogo sueco Lars Tornstam llamada gerotrascendencia . El Dr. Tornstam sostiene que, así como las opiniones e intereses de la gente joven cambia con los años, el mismo proceso se repite y es frecuente en los adultos mayores.

En algunos individuos, los cambios incluyen una creciente necesidad de soledad, y lazos de amistad menos fuertes que en el pasado. Para otros, como dice Lars Tornstam, se trata que “trascienden las fronteras del tiempo» y procuran una búsqueda que atienda sus intereses y oportunidades con acciones que pueden parecer inmaduras o francamente arriesgadas para alguien de su edad. (¿Alguien quiere practicar paracaidismo?)

En cualquier caso, estos cambios en la personalidad deben ser respetados.

El Dr. Tornstam recuerda a los médicos la importancia de no asignar de forma automática una etiqueta a todo lo que los ancianos están diciendo, haciendo o pensando como «un síntoma de algo malo”, porque simplemente puede ocurrir que “mamá o papá puede haberse convertido, en la vejez, en alguien que piensa diferente de cómo lo hacía en la edad madura.»

«Quién sabe, tal vez Mamá no está sufriendo depresión. Es posible que simplemente ahora prefiera un íntimo té para dos en vez de una gran fiesta de cumpleaños.”

Es probable que hayan presenciado numerosos casos de cambios de conducta similares.

Por eso recomiendo prestar profunda atención en el momento de escuchar, de boca de los propios ancianos, sus deseos y expectativas sobre el ambiente en que desean vivir.  De buen seguro que tendrán más clientes satisfechos.

VIVIENDA Y FUTURO – EL MERCADO EMERGENTE DE LA TERCERA EDAD

La población española envejece a pasos agigantados, sin embargo pocos empresarios de este país llegan a percatarse de ello, no están llegando al mercado productos y servicios para el mercado de la tercera edad en la proporción que era de esperar. Este segmento es actualmente el que más crece, tanto en número, como en capacidad de consumo.

Una  necesidad que están sintiendo es la de una oferta de viviendas adecuadas. No se trata solamente de crear carísimos geriátricos  o mas sencillos, sino espacios residenciales especialmente diseñados, no para inválidos, sino para personas mayores, donde el entorno, los servicios y el ocio, están pensado para que personas sesentonas, pero en aceptable estado físico y mental encuentren un lugar adecuado a su situación,   que no son solo una viviendas, sino un área residencial, dicho en el lenguaje del marketing inmobiliario un “resort” con los servicios adecuados a personas mayores, autónomas y capaces, pero con posibles achaques del edad, para que puedan continuar realizando su vida normal, con un mínimo de ayuda externa, si el entorno ha sido diseñado teniendo en cuenta su situación.

Algún mega complejo vacacional, aumentaría sus posibilidad de éxito si en vez de haberlo enfocarlo a los cuarentones, se hubiera diseñado para que las personas jubiladas, vivieran de forma estable o en vacaciones.
Que este mercado es rentable, no hay la menor duda. Basta darse una vuelta por Benidorm en invierno y ver los “turistas” que lo mantiene en marcha, sesentones y nacionales, y fijarse en las proyecciones demográficas, donde se observa que en especial la mujer mayor es el segmento de población que crece espectacularmente.

Abundarán los clientes, pues tiene algo único, tiempo, y pese a no tener excesivos ingresos, son mayores que antes y se los pueden gastar en ellos, algo que los más jovenes, aunque tengan mayores ingresos, no pueden, pues los comparten con sus hijos y con el pago de la vivienda, que los viejos ya tiene pagada. De ahí la abundancia de los tópicos autobuses del INSERSO.

Copio un fragmento de las previsiones del INE. “Al igual que el resto de países del entorno europeo, la población española está experimentando un importante proceso de envejecimiento Las causas que han propiciado el envejecimiento de la población son el descenso de la fecundidad y de la mortalidad Así, en lo que a la fecundidad se refiere la proporción de menores de 20 años ha disminuido pasando de valores superiores al 30% en 1970, al 20% en el año 2003. En el caso de la mortalidad, el peso relativo de personas mayores de 65 años ha crecido desde un valor próximo al 10% en 1970 hasta un 17,22% en el año 2003. Previsiblemente, la estructura envejecida de la población española no haga sino consolidarse en las próximas décadas.”

Via Instituto de Nacional de Estadisticas