MITOS Y REALIDADES de la TERAPIA OCUPACIONAL en RESIDENCIAS GERIATRICAS.

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-Mito I: “La Terapia Ocupacional no tiene una base teórica”
Este pensamiento es muy frecuente al juzgar a simple vista y sin detenimiento,
una sesión o una actividad de Terapia Ocupacional. En Geriatría, la Terapia
Ocupacional va a centrar sus objetivos en mantener durante el mayor tiempo posible la
independencia funcional de la persona. Existen diferentes caminos para lograr dicho
propósito; la Terapia Ocupacional es una disciplina muy rica en cuanto a esquemas
teóricos de conceptuación de los problemas. Así, podemos hablar de diferentes
modelos de Terapia Ocupacional: Modelo de Desempeño Funcional, Modelo de
Habilidades Adaptativas de Mossey, Modelo de Ocupación Humana, Modelo de
Discapacidad Cognitiva, etc. y de diferentes marcos de referencia: Neurofisiológico, Rehabilitador, Biomecánico, Cognitivo, Humanista, Psicodinámico, etc. Cada uno de estos modelos y marcos de referencia tiene una forma propia de entender los problemas, planteando diferentes tipos de soluciones para ellos.
Las actividades y tratamientos que un terapeuta ocupacional pone en marcha
en una residencia no están diseñadas de una manera aleatoria o arbitraria, sino que
llevan detrás de sí un proceso que si se desarrolla de manera correcta llevará a
conseguir el objetivo que se persiga en cada momento y paciente.
-Mito II: “Las actividades de terapia ocupacional no son un tratamiento, son un entretenimiento”.
La base de la Terapia Ocupacional es la actividad propositiva o intencionada.
Ésto es, una actividad que tenga un objetivo y significado claro. Las actividades
propuestas a los ancianos de una residencia están debidamente analizadas y
diseñadas en función de la situación de cada paciente.  La actividad que se usa en
Terapia Ocupacional es siempre terapéutica y puede ser diversos tipos: educativa,
comunicacional, intelectiva, lúdica, etc. La actividad, para definirse como terapéutica,
debe llevar implícita una serie de características:
1.Que sea significativa o con propósito para el usuario
2.Que no sea nociva o produzca más contraindicaciones que beneficios
3.Que se realice en un marco terapéutico y bajo las indicaciones de un terapeuta ocupacional
4.Que sea susceptible de vincular con el otro
5.Que se pueda regular y modificar
6.Que tenga un aspecto temporal
7.Que requiera la participación del anciano en cualquier nivel que necesite
8.Que esté en relación con los intereses del anciano.
El departamento de T.O. debe estar incluido en el de Rehabilitación junto con Fisioterapia, pues muchos objetivos más que similares y deben trabajarse de una manera conjunta. Por ello, al residente y a sus familiares hay que presentarles la Terapia Ocupacional como un tratamiento de Rehabilitación.
-Mito III: “El terapeuta ocupacional no es un profesional sanitario”
La Terapia Ocupacional busca fundamentalmente sanar mediante la ocupación. Por tanto, todo lo que esta disciplina propone al paciente es para su aumentar su calidad de vida y su salud.
Con lo anterior, bastaría para justificar la profesionalidad sanitaria del terapeuta
ocupacional. No obstante, también se puede justificar desde el punto de vista de la
formación. La carrera de Terapia Ocupacional es una diplomatura universitaria (por lo
tanto de 3 años de duración) que en la mayoría de las Universidades que la contempla
la encuadran en las Facultades de Medicina o Ciencias de la Salud. La persona que se
matricula en la carrera cursa asignaturas como Anatomía, Fisiología, Salud Pública,
Promoción para la Salud, Patología Médico-Quirúrgica, etc. que son asignaturas
comunes en todas las carreras de Ciencias de la Salud.
-Mito IV: “Los ancianos de la residencia tienen que hacer algo, que vayan a Terapia Ocupacional”
En las residencias es muy común que al terapeuta se le deriven multitud de
pacientes con la única razón de que estén “ocupados”. Muchos de estos pacientes, en
realidad, no tienen la necesidad de un tratamiento de terapia ocupacional y se les
incluye en las sesiones interfiriendo en muchos casos en los tratamientos de personas
que de verdad necesitan la labor rehabilitadora de la T.O. Este tipo de situaciones,
desvirtúa la T.O. ya que se le está atribuyendo una función que difiere mucho del
verdadero significado de la misma. La T.O. no puede ser la excusa para el traslado de
pacientes por que sí, sino una entidad diferenciada de tratamiento, fundamentada en
la valoración del paciente por parte del terapeuta ocupacional y en la consecuente
intervención de éste.
-Mito V: “En las residencias de ancianos, el terapeuta ocupacional no forma parte del equipo multidisciplinar y como mucho sólo debe tratar la función cognitiva”.
A la hora de atender al paciente anciano residente, todo profesional debe sabe
que es un trabajo complejo y que implica la labor de varias disciplinas. Todos ellas van
a tener el mismo objetivo: la mejora de la calidad de vida, con todo lo que ello implica.
El equipo multidisciplinar que trabaja en una residencia estaría formando por: médico,
psicólogo, enfermero/a, fisioterapeuta, terapeuta ocupacional y auxiliar de enfermería.
Alrededor de este equipo estarían los llamados profesionales satélites que trabajarían
en él en determinadas ocasiones: podólogo, trabajador social, animador sociocultural, etc.
Cada uno de estos profesionales aportaría su visión en el problema del anciano, y el resto de profesionales deberá saber cuál es la labor de los demás por dos grandes motivos: uno, por no realizar tratamientos contrarios y dos, por la posibilidad de trabajar de manera más específica y conjunta algún aspecto.
El terapeuta ocupacional concibe a la persona como un todo indivisible. Este enfoque holístico debe estar siempre en el pensamiento y quehacer diario de todo terapeuta que trabaje con ancianos.
-Mito VI: “La sala de T.O. es la sala multiusos”
La sala de T.O. de las Residencias de ancianos suelen ser, por lo general,
bastante espaciosas. Eso es utilizado como excusa para desarrollar en ella actividades
generales de la residencia: fiestas, sala de cine, celebración de Eucaristías… El
principal problema que se ocasiona con ésto es doble. Primero, la desorientación del
residente, pues al final no sabrá para qué se usa cada estancia del medio donde vive.
Y segundo, la sala pierde “clima terapéutico”. El anciano perderá motivación en el
tratamiento de T.O. debido a que en el lugar donde se le trata es utilizado para otros
fines que difieren infinitamente de los que verdaderamente tiene la sala: sanar,
rehabilitar, etc…
-La sala deberia estar situado en la “zona médica”. Si puede ser al lado del gimnasio o
departamento de Fisioterapia. Ésto facilitará el trabajo interdisciplinar y
el desplazamiento de residentes que reciban ambos tratamientos.
Mateo Mazo Frías.

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