Archivo de la categoría: El ricon de los abuelos y abuelas.

Diferencias generacionales con humor.

La sociedad evoluciona cada dia más deprisa. Las diferencias entre generaciones son cada vez más  abismales. Si esto ocurre entre padres e hijos, inmaginaros lo que puede llegar ser entre abuelos y nietos.

Esto es algo a tener encuenta, cuando en calidad de abuelos, pretendemos comparar nuestra juventud con la de nuestros nietos. Debemos prepararnos para oir respuestas como las del siguiente humor gráfico:

dibujoabu

ABUELO, TE QUIERO MUCHO

abuela-y-nieta1La experiencia y sabiduría que nos dan los años simplemente no tiene precio, es por eso que cada abuelito y persona mayor merece todo nuestro respeto y admiración.

Nuestros deberes con los abuelitos
¿Cuántas veces en nuestra vida nos ha sido de gran utilidad, aquella receta de la abuela tan efectiva para curar el resfriado, o ese consejo que nuestro abuelo nos dio para educar a nuestros hijos en aquella situación difícil?… Muchas, ¿verdad?

Todos necesitamos de todos, pero siendo joven necesitamos aún más de las personas mayores, porque simplemente ellos ya han pasado por esta etapa de la vida, y también porque necesitamos de su amor y comprensión… Por todo esto, a los abuelos:

– Visítalos, atiéndelos, consiéntelos, acompáñalos al doctor, ayúdalos en todo lo que puedas. Recuerda respetarlos y tener el máximo de consideraciones hacia ellos. Nos transmitirán valiosos conceptos de amor y familia.

Si vas a tener un bebé, acude a los futuros abuelos desde antes que nazca. Ya representan valiosas fuentes de información, experiencia y seguridad para los futuros papás.

– Fomentar una convivencia entre los abuelos y sus nietos es una manera de enriquecer y fortalecer la relación de la familia entera.

– Toma en cuenta que el abuelo o la abuela pueden llegar a ser el amigo más grande que tenga el niño o la niña, y darle mucha comprensión, un gran amor y una idea de cómo eran las cosas en el pasado; además es mucho más cariñoso e interesante que los libros de historia.

– Muchas veces los abuelos tratan de opinar y aconsejar la manera en que se debe educar a los niños, y esto puede no caerles bien a los papás. A éstos les toca comprender que esta actitud de los abuelos no responde sino a un deseo de ser útiles y al amor tan inmenso que sienten hacia sus nietos.

– Cuando piensas que los abuelos han rebasado los límites, consintiendo de más a los niños, lo mejor es clarificar con ellos lo que te molesta y expresar que lo dices por el bien del niño.

La comunicación con personas mayores
A menudo, personas jóvenes tienen que convivir con ancianos, para lo cual es preciso que exista un gran entendimiento por ambas partes, sin importar quien es más veloz o quien tiene mayor capacidad para memorizar las cosas.

Para lograr una buena convivencia y mantener una excelente comunicación con las personas mayores es necesario:

– Tener respeto y paciencia como valores fundamentales. La edad avanzada de las personas, sus padecimientos, les hacen susceptibles de sufrir cambios de humor o estados de ánimo.

– Tratar de no herir susceptibilidades, criticando o juzgando sus costumbres o las cosas que fueron modernas en su época.

– No relegarlos cada vez que vengan amigos de visita. Recordemos que nosotros también seremos viejos así que no les hagamos lo que nosotros no quisiéramos para nosotros mismos.

Y que no se te olvide…
Los abuelos son ejemplo de vida, sabiduría y experiencia. Acude a ellos, llénalos de amor cada vez que puedas y fomenta la relación con sus nietos, ya que llegar a una edad avanzada es un verdadero privilegio.

Sylvia Villarreal de Lozano

ABUELAS CANGURO, DEUDA MORAL.

Posted by Inma Gilaberte

Posted by Inma Gilaberte

La licencia de 16 semanas que “disfrutamos” las españolas nos lleva a abandonar la función maternal cuando todavía nuestra presencia es necesaria para la supervivencia y el bienestar de nuestros pequeños. Así, que para seguir con nuestra vida laboral necesitamos que alguien nos sustituya en el cuidado del bebé. Las guarderías son una de las opciones que tenemos, pero, las escasas plazas públicas y el alto coste de las privadas, actúan de acicate para que muchas mujeres optemos por pedir ayuda parcial o exclusiva a nuestras madres. Aún cuando podamos elegir dejar a nuestros hijos en la guardería, ésta generalmente, tampoco podrá ser contemplada como solución única. Los frecuentes contagios entre los niños provocan sus reiteradas ausencias por enfermedad, por tanto, si no queremos acumular considerables faltas laborales, necesitamos contar con una segunda alternativa. Así de una u otra manera, las abuelas se han convertido hoy en un pilar fundamental en nuestra vida actual asumiendo el cuidado de sus nietos.

En nuestro país más de un millón de mujeres mayores de 65 años se dedican a cuidar a algún miembro de su familia, la mayoría de ellas, a sus nietos pequeños. Estas mujeres, que ya debieran disfrutar de una jubilación, se enfrentan a una pesada carga diaria llena de las demandas y responsabilidades impuestas por la función de crianza de hijos ajenos. Se quedan sin tiempo libre, e incluso descuidan su propia salud para dedicarse en cuerpo y alma a esos niños que las necesitan, y lo hacen poniendo en juego toda su energía, experiencia y afecto e intentando no caer en el cansancio o la desesperación. Afortunadamente, parece, según las investigaciones realizadas en la universidad de Michigan, que la “nueva profesión” que acogen estas mujeres con tanto entusiasmo, podría ser beneficiosa para su salud, ya que se ha observado, que las personas que envejecen dando apoyo y cuidado a los demás son más longevas que las que no lo hacen.

Si puede ser conveniente para ellas, lo que no hay duda es que este papel resulta sumamente valioso, no sólo para nuestras familias sino para el futuro de nuestros hijos. En la cultura popular estaba establecida la creencia de que las nodrizas tenían una influencia fundamental en los niños al trasmitirles su carácter a través de su leche. Hoy nuestras abuelas, modernas nodrizas, no amamantan a nuestros retoños, pero permanecen largas horas relevándonos en su cuidado y se convierten en las principales referentes de los estrechos vínculos sociales que el niño establece en sus primeros meses de vida y que, influyen en el desarrollo de muchas de sus habilidades cerebrales. Porque actualmente se conoce que la calidad de las relaciones durante la primera infancia influye en el potencial personal de estos niños, tanto en la adquisición de habilidades sociales, como en la capacidad de manejar el estrés o en su vulnerabilidad posterior a sufrir enfermedades mentales.

Es más, cuando estas madres sustitutas responden con cariño, protección y disponibilidad a las señales del bebé, éste se volverá capaz de establecer una vivencia de seguridad y un concepto positivo de sí mismo y tenderá a formar vínculos afectivos de las mismas características.

Así la atención y el afecto que confieren estas abuelas, durante nuestras interminables jornadas laborales, resulta esencial para el crecimiento saludable de nuestros hijos. Sin embargo, a pesar de la envergadura de esta tarea, la actividad de estas mujeres permanece oculta socialmente, es infravalorada y poco incentivada por todos nosotros. Quizá sólo seremos capaces de valorar su verdadero impacto dentro de unos años, cuando los niños de hoy se conviertan en protagonistas de la sociedad del futuro.
http://compartimoslamanzana.files.wordpress.com

La licencia de 16 semanas que “disfrutamos” las españolas nos lleva a abandonar la función maternal cuando todavía nuestra presencia es necesaria para la supervivencia y el bienestar de nuestros pequeños. Así, que para seguir con nuestra vida laboral necesitamos que alguien nos sustituya en el cuidado del bebé. Las guarderías son una de las opciones que tenemos, pero, las escasas plazas públicas y el alto coste de las privadas, actúan de acicate para que muchas mujeres optemos por pedir ayuda parcial o exclusiva a nuestras madres. Aún cuando podamos elegir dejar a nuestros hijos en la guardería, ésta generalmente, tampoco podrá ser contemplada como solución única. Los frecuentes contagios entre los niños provocan sus reiteradas ausencias por enfermedad, por tanto, si no queremos acumular considerables faltas laborales, necesitamos contar con una segunda alternativa. Así de una u otra manera, las abuelas se han convertido hoy en un pilar fundamental en nuestra vida actual asumiendo el cuidado de sus nietos.

En nuestro país más de un millón de mujeres mayores de 65 años se dedican a cuidar a algún miembro de su familia, la mayoría de ellas, a sus nietos pequeños. Estas mujeres, que ya debieran disfrutar de una jubilación, se enfrentan a una pesada carga diaria llena de las demandas y responsabilidades impuestas por la función de crianza de hijos ajenos. Se quedan sin tiempo libre, e incluso descuidan su propia salud para dedicarse en cuerpo y alma a esos niños que las necesitan, y lo hacen poniendo en juego toda su energía, experiencia y afecto e intentando no caer en el cansancio o la desesperación. Afortunadamente, parece, según las investigaciones realizadas en la universidad de Michigan, que la “nueva profesión” que acogen estas mujeres con tanto entusiasmo, podría ser beneficiosa para su salud, ya que se ha observado, que las personas que envejecen dando apoyo y cuidado a los demás son más longevas que las que no lo hacen.

Si puede ser conveniente para ellas, lo que no hay duda es que este papel resulta sumamente valioso, no sólo para nuestras familias sino para el futuro de nuestros hijos. En la cultura popular estaba establecida la creencia de que las nodrizas tenían una influencia fundamental en los niños al trasmitirles su carácter a través de su leche. Hoy nuestras abuelas, modernas nodrizas, no amamantan a nuestros retoños, pero permanecen largas horas relevándonos en su cuidado y se convierten en las principales referentes de los estrechos vínculos sociales que el niño establece en sus primeros meses de vida y que, influyen en el desarrollo de muchas de sus habilidades cerebrales. Porque actualmente se conoce que la calidad de las relaciones durante la primera infancia influye en el potencial personal de estos niños, tanto en la adquisición de habilidades sociales, como en la capacidad de manejar el estrés o en su vulnerabilidad posterior a sufrir enfermedades mentales.

Es más, cuando estas madres sustitutas responden con cariño, protección y disponibilidad a las señales del bebé, éste se volverá capaz de establecer una vivencia de seguridad y un concepto positivo de sí mismo y tenderá a formar vínculos afectivos de las mismas características.

Así la atención y el afecto que confieren estas abuelas, durante nuestras interminables jornadas laborales, resulta esencial para el crecimiento saludable de nuestros hijos. Sin embargo, a pesar de la envergadura de esta tarea, la actividad de estas mujeres permanece oculta socialmente, es infravalorada y poco incentivada por todos nosotros. Quizá sólo seremos capaces de valorar su verdadero impacto dentro de unos años, cuando los niños de hoy se conviertan en protagonistas de la sociedad del futuro.
Fuente:compartimoslamanzana.