DE ÁRBOLES Y ALMAS

Con las ramas como palos,

parece que se han perdido

los árboles que han estado

todo el invierno dormidos;

al llegar la primavera,

el sol, que se asoma tímido,

hace que la vida vuelva

con los brotes renacidos,

las flores que los adornan,

los pájaros con sus trinos

y en los jardines los juegos

jubilosos de los niños.

Igual que el árbol, el alma,

al irse marchando el frío,

revive con la esperanza

de los campos florecidos.

José García Velázquez

Segovia, 17 de abril de 2010

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