ANCIANOS

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La muerte de un anciano, yayo u opá,

es más que la pérdida de esa persona;

la familia pierde un depositario de sabiduría,

cultura e información que necesita.

La riqueza de un pueblo disminuye

cuando un anciano muere;

no se puede reemplazar la historia,

la sociedad pierde piezas de su herencia.

Ellos son la biografía, de la tradición su parábola,

los almacenes vivos de quienes somos;

pongamos nuestro dinero

en donde se encuentra nuestra riqueza.

El número de nuestra mayor riqueza

se dibuja en la cuantía de ancianos con vida.

Jesús Paredes Ortiz.

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