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LA DIMENSIÓN DEL TIEMPO EN EL ENVEJECIMIENTO.

La resocialización.
El proceso del envejecimiento puede analizarse sociológicamente desde dos puntos de tenvista: el del individuo que lo experimenta; y el de la sociedad en cuyo seno se representa.
Desde el plano individual se habla de resocialización como aquel proceso que reconstruye las relaciones sociales rotas después de unos años de desempeño de determinados roles – padre, marido, o esposa, trabajador – y que obliga a aprender las obligaciones y derechos de las nuevas situaciones de abuelo, viudo, jubilado etc. Lo peligroso para la persona mayor es mantener una postura rígida frente al cambio, defendiendo la estabilidad como mecanismo de seguridad. De ahí la importancia de la educación de las personas mayores como instrumento de resocialización, lo que exige aceptación, acomodación, adaptación e integración
La aceptación, supone reconocer la existencia de los valores de las personas pertenecientes a otro grupo de edad, aunque subjetivamente no los considere como propios; y aceptar conductas sociales, políticas, económicas, familiares, sexuales etc. opuestas a sus valores, aunque en la realidad exista más una pacifica convivencia entre generaciones, que conflictos.
Es conveniente acostumbrarse durante la etapa adulta, en los años activos, a poseer una cierta aptitud y flexibilidad que permita a las personas mayores, en su día, mantener relaciones sociales satisfactorias con el resto de los grupos sociales, para estimular la acomodación.
Una etapa más es la que exige un cambio de conducta, la adaptación, para evitar frustraciones personales. Y sin embargo, es de resaltar que a una gran parte de la población no les interesa los mecanismos preventivos de los problemas sociales de las persona mayores: por ejemplo los cursos de preparación para la jubilación; los grupos de apoyo a los viudos; formación para ocupaciones alternativas al trabajo

La jubilación fuerza a múltiples adaptaciones, al cortar con el mundo económico productivo. La adaptación social de la persona mayor se realiza a través de un proceso de sustitución, reemplazando las actividades perdidas por otras nuevas; y de reducción de actividades. Sin embargo la dificultad de sustitución descansa en dos razones fundamentales: la deficiente información sobre actividades alternativas, y la falta de preparación de la mayor parte de los jubilados para sustituir sus ocupaciones anteriores con una nueva actividad continua. Además las personas mayores disminuyen el número e intensidad de sus ocupaciones con el peligro de reducción de roles sociales, haciendo de su vida una mera supervivencia biológica. La decadencia comienza cuando la vida de la persona mayor carece de significado psicosocial. En cambio, el entusiasmo, la fortaleza, la autorealización, la autoestima y la perspectiva optimista y esperanzada, son elementos de una adaptación satisfactoria.
La resocialización de la persona mayor constituye la integración total en los valores de la sociedad contemporánea. Ello es difícil porque no puede renunciar totalmente a los propios. Es por tanto más constructivo que las personas mayores luchen por incluir sus propios valores en la sociedad a través de la legislación y actividades colectivas, que el tratar de integrarse por su conducta a los valores jóvenes predominantes, como la belleza, fortaleza, innovaciones radicalmente opuestas a los valores potenciales de las personas mayores.
El tiempo histórico o época en la que existe la persona es única e influye de una forma peculiar en la experiencia de los sujetos que la viven. Determinados acontecimientos importantes para personas de la misma edad que los han vivido conjuntamente, en lugar y tiempo, originan las generaciones, al quedar marcados en su experiencia vital de una forma parecida. La conciencia generacional se manifiesta en posturas sociales homogéneas, con reacciones parecidas, denominadas “efecto cohorte”, lo que facilita la previsión de sus actitudes y de su conducta social.
En el conflicto generacional entre jóvenes y personas mayores, se enfrentan actitudes que resultan incompatibles, al ser los valores de grupo contradictorios. Pero el conflicto generacional resulta mas retórico que real, ya que se concentra en aspectos externos, formales – música, ocio… – más que en la esencia de valores que el sujeto joven aun no ha interiorizado, debido a que su trayectoria vital no le ha exigido asumir los status de personas mayores.
Los cambios psicológicos a los que las personas mayores se enfrentan, tiene que ver en primer lugar con la idea de tiempo. El tiempo es una dimensión en la que transcurre nuestra vida, pero durante la juventud el tiempo es algo que no tiene límites, uno se maneja con el “algún día”, pareciera que fuera algo eterno. En el envejecimiento tomamos conciencia del tiempo nuestro que es finito, acotado y tiene fin. La toma de conciencia también tiene que ver con la crisis de identidad. Se hace balance vital, se mira para atrás, se mira para adentro, uno se introspecciona para tratar de reconocerse.

Junto al encuentro del tiempo aparece la vivencia perdida, que marca profundamente el proceso de envejecer. Decimos que pérdida es la vivencia por la cual se siente que ya no se tiene algo significativo, real o no. Un ser querido, un objeto importante, una actividad relevante, un rol (laboral, parenteral), el cuerpo joven, habilidades, disminución de algunas funciones sensoriales, un accidente, una mudanza, la salida del hogar de los hijos etc. Las pérdidas se elaboran a través del proceso de duelo. El duelo es un trabajo psíquico natural, normal que no está exclusivamente vinculado a una perdida por muerte, y que lleva un período para su elaboración. Rabia, desesperación, impotencia, negación, tristeza, son sentimientos que siempre acompañan a este proceso y que lleva un tiempo hasta su resolución
Una crisis de identidad que acontece en mayor o menor medida, produce inquietud, angustia, desconcierto, aparece el aguijón de la soledad, el aburrimiento, la rutina, la temida depresión. Todo, consecuencia del encuentro con las pérdidas y los cambios. De ahí la educación para el envejecimiento, tomando conciencia de que se ésta accediendo a una etapa de la vida en que se registran pérdidas y ganancias; tomar conciencia de nuevos roles a desempeñar, nuevas formas de vida o actitudes frente a la misma y con esto, inserción activa y participativa en la sociedad. Lograr la integración del pasado con el presente.

Por Juan Aº Olmo Cascos (Univ. Laboral de Córdoba)

PERSONAS MAYORES CON BAJA AUTOESTIMA

autoestimaAutonomía y autoconfianza
Cuando llegamos a mayores, en muchos casos pasamos a tener una reducida autonomía y autoconfianza, lo que nos puede llevar a tener una autoestima baja. Es necesario sentirte a gusto contigo mismo y con tus seres queridos, porque te permitirá tener mejores relaciones con las personas y aceptar nuevos retos sin que tengas miedo a fracasar. A continuación te damos algunos consejos para ayudarte a mejorar tu autoestima.

– Potencia tu autonomía. Cuando nuestros familiares piensan que no somos capaces de realizar alguna actividad o de mejorar en algo, acaban dándonos más ayuda de la que necesitamos, haciéndonos más depenientes de lo que somos. No te conformes con ello, aunque al principio pueda ser cómoda esa situación, es totalmente perjudicial para tí.

– Acepta tus limitaciones: Seguramente te sientas el de siempre pero los años han pasado y no te puedes exigir lo mismo que hacías tiempo atrás. Es natural e inevitable asiesque no te tienes que sentir mal por ello asiesque ponte metas realistas; es importante que puedas lograrlas porque seguirás motivado y te sentirás mejor contigo mismo.

– Prémiate por tus éxitos: cada vez que logres algo, siéntete realizado contigo mismo, llama a un familiar para contárselo o comparte tu experiencia con otros de nuestra edad. ¡te sentirás muy bien!

– Siempre positivo: trata de enfocarte en lo positivo en vez de en lo negativo, no sólo de tí mismo sino de las personas que te rodean y las situaciones que vives. Actuar positivamente se convertirá en costumbre, mejorará tu imagen de cara a los demás y te sentirás más contento contigo mismo.

– Sigue tomando las decisiones que te afectan: Nuestra opinión sigue siendo igual de importante, y si vivimos con nuestros hijos, la deben tener en cuenta a la hora de realizar cambios en casa que nos afecten. Eso no significa exigir siempre que se haga lo que nosotros queramos, no debemos cerrarnos a razonar.

– ¡Sal de casa! Especialmente si vives solo, te habrás convertido en tu mejor amigo, pero no te encierres en tí mismo. Puedes hacer amigos en cualquier centro para la tercera edad, en bibliotecas, en parques… Queda con familiares o vecinos, saca a tus nietos de paseo… ¡hay todo un mundo ahí fuera!

– Continúa siendo útil: pequeñas y sencillas tareas domésticas son sumamente gratificantes para nosotros mismos, y preocuparse por la vida de nuestro entorno hará que nos sigan viendo con inquietud sobre las cosas. Además tenemos toda una vida por delante y te sorprenderá comprobar que sus inquietudes con el trabajo, los hijos, amigos, etc. no son tan distintas de las que pudimos tener nosotros, difiriendo en la época.

Ten intimidad: aunque vivas con tus hijos es importante que sigas teniendo un espacio para tí.

Tercera-edad.org

LA RISA, EXCELENTE TERAPIA

reirEl ser humano siempre ha tenido a su alcance un arma curativa que no ha sabido aprovechar del todo: la risa, pues recientes estudios han comprobado que favorece la salud física y emocional debido a que constituye mecanismo de defensa contra dolencias, ansiedad y depresión, afecciones que se incrementan en la tercera edad.

La risa es una expresión innata que se presenta aproximadamente a la sexta semana de vida, incluso, se dice que el bebé aprende que al hacerlo induce agradable respuesta en la gente que lo rodea, quienes caen rendidos a sus pies. Como puede ver, desde muy temprana edad el ser humano ya tiene a su alcance esta importante herramienta que, además de permitirle ser más cautivador y alegre, le trae múltiples beneficios.

Diversos investigadores estadounidenses afirman que cinco minutos de risa equivalen a 45 de ejercicio ligero, y si se exterioriza a carcajadas ayuda a que la circulación sanguínea sea más eficaz, proporciona masaje vibratorio a todo el cuerpo, aleja temores, elimina toxinas y fortalece al sistema inmunológico (aquel que nos defiende de infecciones).

Poder de la risa
Las virtudes del acto de reír son muy claras, pues mejora la respiración, fortalece al corazón, facilita la digestión, disminuye la hipertensión (presión arterial alta) al incrementar el riego sanguíneo y fortalece los músculos. Asimismo, eleva la autoestima y confianza en personas con depresión, elimina pensamientos negativos y sensación de miedo, ayuda a minimizar problemas y combate el insomnio.

Pero eso no es todo, trae muchos beneficios más:

* Aumenta los niveles de células T, las cuales defienden al organismo de tumores y virus.
* Reduce los niveles de hormonas relacionadas con el estrés, como el cortisol y la epinefrina.
* Ejercita al organismo, ya que pone en acción varias zonas del cuerpo, como diafragma, tórax, abdomen, corazón y pulmones.
* Mejora la motivación, compromiso y creatividad mientras se trabaja o estudia.

¿Qué sucede en el interior?
Cuando nos reímos, nuestro organismo segrega diversas sustancias a nivel cerebral, en primer lugar, endorfinas, elementos que tienen gran poder analgésico mitigando el dolor; asimismo, se libera adrenalina, (componente que incrementa creatividad e imaginación), dopamina (favorece la agilidad mental) y serotonina (posee efectos calmantes y disminuye hambre y ansiedad).

Recuerde que es muy importante adquirir actitudes positivas ante los problemas y que reírse de ellos puede ser benéfico, pues es uno de los ejercicios más saludables para mejorar la calidad de vida. Por ello, le ofrecemos los siguientes consejos:

* Cuanto más sincera y espontánea es la risa mejores son los resultados. Puede empezar el día mirándose al espejo y sonriendo, así afrontará de mejor manera la rutina diaria.
* No escatime ni una sola, compártalas, pues ello le permitirá enriquecer sus relaciones personales y conseguirá hacer mucho más felices a los seres que le rodean.
* Un rostro siempre alegre aparenta menos edad de la que en realidad se tiene debido a que las mejillas se relajan, las facciones resplandecen y, sobre todo, se ve la vida de otro color.
* Olvídese de las arrugas que pudieran aparecer alrededor de los ojos, porque si son producto de la risa bien vale la pena correr el riesgo; además, considere que la industria cosmética ha elaborado sorprendentes productos que las disminuyen.

Por último, tome en cuenta que al saber los beneficios de la risa no debemos recurrir a carcajadas fingidas o vacías, recuerde que es bueno reír cuando hay motivos para ello, acción que sólo tiene efectos en nuestro organismo si se realiza con naturalidad.

Si usted pertenece a la tercera edad y casi siempre lo halagan por parecer más joven de lo que es, tal vez sepa ahora que cuenta con un gran aliado para mantener ese aspecto tan saludable, la risa, remedio infalible contra muchas de las preocupaciones cotidianas.

Pedro Álvarez