RESIDENCIAS TERCERA EDAD. CÓMO ESCOGER LA MÁS ADECUADA

El ritmo de vida actual impide que podamos atender debidamente a nuestros mayores, más aún si ellos han dejado de 112valerse por si mismos. En estos casos, recurrir a una residencia puede constituir la mejor solución para ambas partes. Éstas son las claves para escoger la más adecuada.

Las residencias son centros de alojamiento cuya función principal es la de sustituir al hogar, proporcionando a sus usuarios una atención integral. Según la especialidad y categoría del centro se ofrecen diferentes servicios. Entre sus condiciones mínimas reguladas por decreto destacan: el establecer un programa anual de actividades, un sistema democrático de participación de los usuarios, y una correcta atención médica. De hecho la mayoría de centros cuenta también con un terapeuta ocupacional, un fisioterapeuta y un experto en nutrición gerontológico. Además múltiples residencias contemplan la posibilidad de utilizar todos sus servicios durante el día, excepto el de pernoctar (Centros de día), y varias comunidades autónomas ofrecen la posibilidad de que sus mayores puedan pasar estancias cortas (semanas o días) en residencias durante los periodos vacacionales, mediante programas especiales, como por ejemplo el Bono Respiro de la Comunidad Valenciana.

¿Pública?
Antes de elegir residencia es necesario informarse debidamente sobre los requisitos de acceso, sus normas reguladoras y sobre quien recae la tutela e inspección.

Optar por una residencia pública no es tarea fácil, en primer lugar porque su número es muy reducido frente a las privadas y en segundo porque los requisitos de entrada son muy excluyentes. Hasta hace poco tiempo el criterio principal para establecer el acceso era la pensión percibida por el solicitante, esto suponía la exclusión de muchos pensionistas que si superaban el máximo exigido, pero que con sus ingresos no podían costearse una residencia privada. Para evitar esta discriminación se decidió cambiar el baremo y valorar prioritariamente las necesidades asistenciales de los ancianos. Así, las residencias pueden ser para válidos (personas capaces de realizar tareas cotidianas); para asistidos (que necesitan del cuidado y la vigilancia de terceros) y mixtas. Quedando excluidas del sistema aquellas personas con enfermedades crónicas o infecto-contagiosas que requieran de asistencia hospitalaria

¿Privada?
Las residencias privadas en España pueden ser con ánimo de lucro o sin él. La mayor parte de las primeras se engloban dentro de la Federación Nacional de Residencias Privadas de la Tercera Edad (FNRPTE), mientras el pequeño grupo formado por las segundas pertenece a las Organizaciones No Gubernamentales y a diferentes órdenes religiosas que consiguen su financiación mediante legados y donativos. Los principales problemas a los que se enfrentan los centros privados son la proliferación de centros ilegales y la falta de catalogación, es decir, la falta de un método clasificador propio, similar a las estrellas de los hoteles. Algo que desde el pasado 18 de diciembre si se hace por ejemplo en los EE.UU. a través de la página Web de Medicare, que establece una clasificación tras examinar las medidas de calidad, la preparación del personal y los informes de la Inspección de Sanidad.

Para comprobar la legalidad de un centro hay que cerciorarse de que cuenta con el documento de autorización administrativa emitido por la comunidad autónoma correspondiente, el cual ha de estar expuesto en un lugar visible junto a una lista de precios máximos autorizada y puesta al día. Además, toda residencia tiene que contar con un modelo de contrato propio (con todas sus condiciones claramente definidas), en el cual ha de constar también que en ningún caso admitirá a residentes que no acepten libremente su traslado.

Tanto si optas por una residencia pública como si lo haces por una privada, recuerda que conviene realizar una visita antes del ingreso con el fin de analizar la ubicación, si el edificio y el mobiliario son ergonómicos, poder valorar in situ al resto de residentes y personal encargado, informarse sobre los medios humanos y técnicos con que cuenta, evaluar la asistencia sanitaria que ofrece e incluso hablar con familiares de residentes para poder hacer una valoración más precisa. Por último, resulta conveniente pedir una copia del reglamento interno y leer detenidamente todas las cláusulas del contrato antes de firmarlo. Asegúrate de estar en las mejores manos.

Centros de día
La Ley de Dependencia, que acaba de cumplir su segundo aniversario, ha supuesto un gran impulso para los Centros de día. Dicha normativa establece una serie de servicios de carácter prioritario que se han de ofrecer a través de centros públicos o privados debidamente acreditados.

Por ello, cuando exista una total aplicación de la ley, es previsible que el número de centros crezca exponencialmente y se incremente la competencia entre ellos, redundando en una mayor calidad. A día de hoy, existen unas 48.000 plazas a nivel nacional, de las cuales el 64% son de carácter privado.

Indicios de Calidad

* Los residentes pueden organizar sus propias actividades y se tienen en cuenta sus opiniones y su privacidad sin que sus relaciones afectivas sean motivo de burla.
* Se percibe tranquilidad y silencio en las habitaciones que están convenientemente separadas de las zonas comunes.
* El aire en el interior es limpio, el ambiente no está cargado, no hay olores desagradables y los residentes están bien aseados.
* Los usuarios tienen un acceso continuo al personal, que está cerca y pendiente sin ser pesados.
* Los menús expuestos con antelación suficiente y responden adecuadamente a las necesidades especiales de cada mayor.

Ancianos sin complejos

La primera residencia para ancianos homosexuales de Europa se inauguró en enero de 2008 en Berlín. Su objetivo es el de atender las necesidades de hombres y mujeres que mantienen relaciones sentimentales con personas del mismo sexo. La nueva residencia, que ocupa una planta completa del centro geriátrico Astra Nielsen, en el barrio berlinés de Pankow, tiene 28 plazas repartidas en habitaciones individuales y dobles, que pueden ser ocupadas por parejas tanto de hombres como de mujeres, a las que también les está permitido llevar a sus mascotas.

Genma Paz
Artículo publicado por la Revista Salud Plus
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