PREPARÁNDOSE PARA LA JUBILACIÓM

Consejos para las personas mayor.

z84_clip_image008La Vejez es una época de la vida llena de interés y de oportunidades.
En ella podemos realizar, de forma más sosegada y minuciosa, infinidad de actividades que nos han estado vedadas durante la vida activa laboral u ocupacional, debido a las prisas y ajetreos propios de nuestra civilización.
Para poderla saborear, antes que nada resulta necesario prepararse para la jubilación, bien sea del trabajo o de la responsabilidad de madre de una familia completa. Una entrada adecuada en la Tercera Edad, puede facilitar extraordinariamente la realización plena en la misma.
“Vivir a tope”, en el sentido auténtico y profundo del lema, es un deseo aplicable a cualquier edad.
No obstante, es particularmente idóneo como compromiso y estilo de vida en la vejez de cada persona.
Para ello, todo ser humano tiene que asumir los cambios que se van estableciendo no sólo en el organismo, sino también en el entorno, a lo largo de la historia de cada cual. Forman parte de la aventura humana y constituyen su esencia, su misterio y su acicate.
Si queremos lograr que nuestro vivir sea una verdadera realidad y no un atontarse en la reproducción de unos estilos de vida apresurados y asfixiantes, debemos tener presentes algunas normas de vida mínimas, sencillas y eficaces.
Seleccionar y potenciar aquellas cosas que tienen sentido para uno y dedicarles el tiempo y atención necesarios, se imponen en primer lugar. No se trata únicamente de huir de la ociosidad y ocupar el rato, sino de dar contenido a lo que hagamos.
Conviene mantener contactos amplios y profundos con otras personas
con las que hemos compartido y convivido durante la etapa adulta y con nuevos amigos que encontraremos.
La edad avanzada es particularmente propicia al diálogo y a la conversación y con ellos nos podemos enriquecer mutuamente.
De vez en cuando, conviene quedarse a solas con uno mismo durante un espacio de tiempo, para reconducir esfuerzos y aprovechar al máximo nuestros recursos.

Conviene mantener la forma física.
La actividad muscular, el movimiento de nuestras articulaciones y la estimulación de la circulación son
aspectos de vida que no debemos desatender. Quizá la mejor forma de lograrlo es persistir en las tareas ligadas a la propia autosuficiencia en la vida diaria.
Es posible que con la edad, el cuerpo se cargue de “achaques”. No tenemos que preocuparnos. Con ellos y por ellos el cuerpo conserva toda su capacidad de transmisión de vida. Se trata de atenderlo, adaptarlo a sus nuevos ritmos, y por otra parte, de no dejarse tampoco, absorber por él.

Cuide su higiene personal y duerma las horas adecuadas.
Los ejercicios respiratorios, la gimnasia, la dieta equilibrada, la abundancia de líquidos, son hábitos a
cultivar desde el comienzo como garantías de buena salud.
Dormir bien significa recuperar totalmente la energía. No se trata de dormir muchas horas, sino de hacerlo profunda y sanamente. Importa más la calidad que la cantidad. La mejor forma de lograrlo es establecer unos horarios constantes, una habitación bien ventilada, una cama adecuada y una actitud de relajo, en la que se evite, sobre todo, el “luchar” por obtener un sueño suficiente.

Manténgase mentalmente en forma
Pensando, leyendo, informándose, compartiendo, llevando las cuentas de la casa, recordando, escribiendo, acudiendo a actos públicos, participando en tareas de grupo, y cuantas actividades de este estilo se le ocurra a uno son vías excelentes para mantener la cabeza y el cuerpo en forma.
Utilizar cualquier tipo de artilugio o recurso que nos posibilite seguir conectados con el medio social más cercano. Las gafas, una lupa, el audífono, un bastón, pueden ser nuestros mejores amigos. Habrá que mentalizarse, llegado el caso, y no tener reparos humanos a la hora de utilizarlos.

Siéntase socialmente apoyado y afronte la vejez dispuesto a apurar la vida y a mantener sus compromisos.
El amor, la ocupación, las responsabilidades cívicas, el sexo, la autonomía, la creatividad, el sufrimiento sereno, y tantas cosas más que interesan al ser humano pueden ser sus mejores ingredientes.
Si a pesar de todo lo dicho, las cosas no marchan fáciles y el cuerpo se encasquilla, habrá que consultar al médico, el mejor amigo.
FUENTE: Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *