La reflexología podal es una técnica tan antigua como eficaz para conseguir mejorar el estado físico y psicológico. Se trata de un masaje que se realiza sobre la zona concreta del pie en la que se refleje el órgano sobre el que se desea actuar. Sus beneficios son muy notables.
Consigue el mejor estado físico a través de tus pies
La reflexología podal no es más que un masaje que se imparte en el pie para conseguir la mejora física y psíquica de la persona. Esta técnica actúa sobre los reflejos de los órganos y estructuras del cuerpo que contiene el pie, buscando respuestas biológicas a través de la estimulación corporal.
Su origen se ubica en China aunque su desarrollo real se le debe al doctor William H. Fitzgerald, quien impulsó definitivamente esta técnica a comienzos del siglo XX.
Un quiromasaje muy saludable
La reflexología podal puede aplicarse para aliviar un buen número de dolencias. “Ayuda a solventar problemas de insomnio, ansiedad, estrés, angustia, problemas digestivos de origen nervioso, neuralgias y cefaleas”, afirma la reflexóloga podal Ángela Primo, quien añade que este tipo de masaje también ayuda a aliviar algunas disfunciones metabólicas, deficiencias circulatorias, desarreglos hormonales y alergias, entre otros trastornos. Primo asevera que la experiencia le ha confirmado que la reflexología “es una gran ayuda porque depura el organismo de sustancias tóxicas, reduce la tensión, alivia el dolor, favorece la respiración y normaliza las funciones de los órganos, las glándulas y las hormonas”.
En general, la mayoría de las personas pueden comprobar cuáles son los beneficios de la reflexología podal, salvo contadas excepciones,tales como “aquellas que padecen enfermedades crónicas serias o algún problema que impida específicamente la utilización de esta técnica”.
La reflexología podal no es más que un masaje que se imparte en el pie para conseguir la mejora física y psíquica de la persona. Esta técnica actúa sobre los reflejos de los órganos y estructuras del cuerpo que contiene el pie, buscando respuestas biológicas a través de la estimulación corporal.
Su origen se ubica en China aunque su desarrollo real se le debe al doctor William H. Fitzgerald, quien impulsó definitivamente esta técnica a comienzos del siglo XX.
La reflexología podal puede aplicarse para aliviar un buen número de dolencias. “Ayuda a solventar problemas de insomnio, ansiedad, estrés, angustia, problemas digestivos de origen nervioso, neuralgias y cefaleas”, afirma la reflexóloga podal Ángela Primo, quien añade que este tipo de masaje también ayuda a aliviar algunas disfunciones metabólicas, deficiencias circulatorias, desarreglos hormonales y alergias, entre otros trastornos. Primo asevera que la experiencia le ha confirmado que la reflexología “es una gran ayuda porque depura el organismo de sustancias tóxicas, reduce la tensión, alivia el dolor, favorece la respiración y normaliza las funciones de los órganos, las glándulas y las hormonas”.
En general, la mayoría de las personas pueden comprobar cuáles son los beneficios de la reflexología podal, salvo contadas excepciones,tales como “aquellas que padecen enfermedades crónicas serias o algún problema que impida específicamente la utilización de esta técnica”.
Terapia y ritual
Cada profesional sigue su propio “ritual”a la hora de aplicar la terapia. Primo apuesta por iniciarla con un masaje relajante sobre el pie “para que el paciente gane la suficiente confianza como para que se sienta bien”.
Posteriormente, la especialista se ayuda de aceite de almendra, “porque es un producto que no genera fricción. Es entonces cuando comienza el tratamiento y respetando el umbral del dolor de cada uno. Para terminar, volvemos a relajar el pie e, incluso, le tapamos durante unos minutos con una toalla que le transmita calor”.
Para la reflexóloga podal, el hecho de ganarse la confianza de su paciente es esencial para conseguir un resultado óptimo, ya que “resulta un masaje efectivo que puede mejorar la calidad de vida de muchas personas”. No en vano, esta especialista insiste en mantener en todo el momento el contacto directo, “el contacto físico con el usuario. Sólo así se asegura que, a través del tacto, sienta la energía suficiente.”
Fuente: Júbilo