LOS DERECHOS DE LOS JUBILADOS

NO DEBEN SER AMENZADOS POR INTERESES POLITICOS.

Estoy preocupada. La radio, la prensa, en fin todos los medios de comunicación nos están recordando continuamente la situación en que nos encontramos: ¡Crisis, paro…! Otra vez mas crisis y mas paro… Los políticos, según su color, unos te dicen que esto se resuelve pronto, los otros al contrario proclaman que va para largo. Yo de economía no entiendo más que la domestica y no del todo pues a final de mes los números no me cuadran. Como estoy jubilada no me pueden despedir, pero según manifestaciones del Sr. Virosque presidente de la Cámara de Comercio de Valencia, dinero para las pensiones solo habrá hasta el 2012. Espero que se equivoque.

De todas formas mi preocupación no es por mí. A lo largo de mi vida han sido muchas las veces que hemos estado en crisis y siempre salimos adelante. La gente de mi generación luchamos mucho para conseguir un mundo mejor para nuestros hijos. Estamos contentos porque ellos -desde luego con su esfuerzo pues tampoco se lo dimos todo, les dimos las oportunidades de ser lo que son- vivan mejor que vivimos nosotros, pero parece que nada era real, es como un espejismo que al acercarte se difumina.

España llegó tarde al Estado del bienestar y como nuevos ricos empezamos a consumir, a hipotecarnos, a comprar coches y ahora ¿Qué? Sé que la crisis es global no solo nuestra, pero miro a mi alrededor y ya estoy viendo a personas que aprecio pasándolo mal ¿Esto es el final de una era? ¿Los políticos serán capaces de crear un nuevo mundo más justo y mejor distribuido? Si no lo hacen ellos ¿Quién puede hacerlo?

Reflexionando sobre esto me acordé de un poema de José Hierro que oí recitar por la radio a  José María Pou que tiene una voz preciosa que dice:

Después de todo, todo ha sido nada,
A pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
Supe que todo no era más que nada.
Grito ¡Todo!, y el eco dice ¡Nada!
Grito ¡Nada!, y el eco dice ¡Todo!
Ahora sé que la nada lo era todo,
Y todo era ceniza de la nada.
No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
Y que, en definitiva, era la nada)
Que más da que la nada fuera nada
Si más nada será, después de todo,
Después de tanto todo para nada.

Autora: Fina Férnandez.

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