LA OPINION DE LAS PERSONAS MAYORES

En reconocimiento a Pilar Rodríguez

Con este artículo, y desde nuestra experiencia como Confederación Nacional de Jubilados y Pensionistas de España (CONJUPES), queremos ahondar en un par de reflexiones relacionadas con el tiempo de la etapa vital que se abre con la jubilación. La primera se refiere a la necesidad de que los poderes públicos y la sociedad escuchen y tengan en cuenta realmente la opinión de las personas mayores. La segunda tiene que ver con la importancia de que, al frente de las políticas de atención a las personas mayores, estén personas que conozcan bien las políticas sociales y que, con sus decisiones contribuyan a hacer realidad la mejora de las condiciones de vida y nuestra participación efectiva en la sociedad. Queremos, en este sentido, ejemplificar y rendir homenaje a una personalidad que, a través de su dilatada trayectoria profesional y política, ha demostrado a su paso por los distintos puestos que ha ocupado sus profundas convicciones de defensa de la dignidad de las personas mayores. Nos referimos a Pilar Rodríguez, quien (ante la sorpresa generalizada de responsables políticos, profesionales, expertos y representantes del movimiento asociativo) recientemente ha sido relevada de su puesto en la Dirección General del Imserso.

Como profesional y experta desde hace muchos años, la obra de Pilar Rodríguez se desplegó en diferentes ámbitos como la planificación, la investigación, la formación, el avance del conocimiento y el apoyo a la cooperación para el desarrollo de servicios sociales en Iberoamérica.

Con semejante bagaje y su experiencia como conocedora de la política social de diversos países, su paso por Asturias como responsable de la atención a personas mayores, primero como directora general, siendo consejero de Asuntos Sociales José García, y después como consejera de Bienestar Social, estuvieron jalonados de una serie de iniciativas que pusieron las bases de la política social más avanzada de España en esta materia. Se desarrolló una nueva red descentralizada de centros de día y de apoyo diurno que se extendió por todos los municipios y se iniciaron los centros polivalentes de recursos, las residencias de reducido tamaño, etcétera. Destacando sobremanera la variedad de servicios adaptados al medio rural que se desarrollaron al amparo del programa «Rompiendo Distancias». En materia de participación, fui testigo desde la Federación de Asociaciones de Mayores del Principado de Asturias (FAMPA), junto con otra persona clave, Manuel Fernández Suárez, «Lito», del apoyo permanente al movimiento asociativo, la celebración del primer Congreso de Personas Mayores de Asturias y la subsiguiente creación del Consejo de Mayores para garantizar y canalizar su auténtica participación. Todo se desarrolló en paralelo a una importante renovación de la actividad en centros sociales, que fueron pasando de la tutela a la autogestión. El apoyo al reconocimiento social y a la participación de las personas prejubiladas estuvo también presente en este período con el programa «Prejubilación Activa», que se desarrolló en colaboración con los sindicatos mineros SOMA-FIA-UGT y la Federación Minerometalúrgica de CC OO. Todo ello constituyó una transformación radical en el modo de entender la política dirigida a las personas mayores, que recibieron la satisfacción interna y el reconocimiento externo mediante premios y distinciones.

En el corto período de tiempo que Pilar Rodríguez fue consejera de Bienestar Social en el Gobierno del Principado, a ella y a su equipo les correspondió poner en marcha la normativa necesaria para poder comenzar a elaborar dictámenes de valoración y de concesión de prestaciones derivadas de la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia (LAPAD). Y en apenas un año se consiguió que el 85% de las casi once mil personas a las que se reconoció el derecho a prestación la recibiese de manera efectiva. Se elaboraron cartas de derechos que fueron implantadas en todas las residencias y centros de día del Principado. Se creó el primer servicio de calidad e inspección en servicios sociales, intensificándose la inspección de los mismos; se instituyó un premio a las buenas prácticas, y se inició la elaboración de guías de buenas prácticas, entre otras medidas de mejora de la calidad. Se elaboro la Primera Estrategia para la Promoción del Envejecimiento Activo en el Principado de Asturias, que, algo más de un año después de su marcha, afortunadamente ha visto la luz, quedando pendiente su aplicación.

En septiembre de 2008 Pilar Rodríguez pasó a dirigir el Imserso. Pese al breve tiempo que ha durado su responsabilidad (quince meses), este período ha estado presidido por su buen hacer en la coordinación del despliegue de la LAPAD. Pero, además, y pese a la crisis económica y los recortes del gasto en algunas partidas, se han desarrollado un buen número de iniciativas relacionadas con la política del Gobierno de España en materia de envejecimiento, que están en sintonía con lo que queremos los mayores: el programa «Cerca de ti» es un ejemplo notorio, el impulso al desarrollo de servicios de proximidad en el medio rural (se instituyó el portal enclaverural.es). Destacar su interés de siempre por la mejora de la situación de las mujeres mayores, mediante diferentes iniciativas formativas y de publicaciones. Otro ámbito de actuación que se ha cuidado en este tiempo ha sido el apoyo a nuestra más genuina participación social, que quedó patente en la celebración de nuestro III Congreso Estatal de Mayores y también en el apoyo y la promoción de programas de envejecimiento activo, especialmente los relacionados con las actividades de voluntariado y las relaciones intergeneracionales.

También debemos de referirnos a una de las actuaciones más importantes y con más visión de futuro de las dirigidas por Pilar Rodríguez durante su corta pero fructífera etapa en el Imserso: la elaboración del Libro Blanco del Envejecimiento Activo y en el que, como ella misma nos indicó, se van a tener en cuenta las propuestas que las personas mayores hicimos en nuestro Congreso del mes de mayo. Con las propuestas que se contengan en este Libro Blanco se nos ofrecerán a todos un diagnóstico sobre el envejecimiento ajustado a la realidad de hoy y las claves precisas para el diseño de políticas avanzadas en esta materia.

Desde CONJUPES compartimos y apoyamos esta forma de hacer política, que nace de la creencia en dos asuntos primordiales: la capacidad y la autogestión de las personas mayores, y la defensa de sus derechos y de su calidad de vida, y quedamos expectantes sobre el nuevo destino de Pilar Rodríguez, en la seguridad de que desde donde ella esté se fraguarán proyectos e iniciativas que apoyen el avance de las políticas sociales.

Vicente Sanz Fernández, presidente de la Confederación Nacional de Jubilados y Pensionistas de España (CONJUPES)

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