IMPORTANCIA DE LA FAMILIA EN LA VEJEZ

La mayoría de los estudios indican que casi la mitad de la población hijosanciana considera que los hijos constituyen las principales fuentes de ayuda. Para ellos la ayuda prestada por su familia es la más importante. Por lo tanto, es interesante conocer cuál es el papel de la familia, las dificultades con las que se suelen encontrar las familiares que cuidan de los mayores y qué se podría hacer al respecto.


¿Qué papel tiene la familia?
La familia constituye uno de los recursos más importantes de la población mayor.
Es la encargada de prestar atención directa a la mayoría de los ancianos que sufren problemas de salud o un deterioro grave en su autonomía personal.
Para los ancianos parece que lo más importante es el potencial de relación y ayuda, la conciencia de que existe una persona relevante a quien acudir en caso de necesidad.
La familia tiene también un papel muy importante, sobre todo en el ámbito de las relaciones socioafectivas ya que es la más idónea para proporcionar sentimientos de arraigo y seguridad, ofrecer sentimientos de capacidad, utilidad, autoestima, confianza y apoyo social.

Dificultades
El anciano ante la enfermedad, la pérdida de autonomía o ante la soledad, se apoya en sus hijos y familiares.
Esto hace que todos los lazos familiares sufran cambios.
Esta situación, a veces, es vivida por la familia con cierta impotencia e inseguridad ya que va acompañada de algunas dificultades: tienen que vivir bajo un mismo techo tres generaciones y a veces las viviendas no tienen espacio ni condiciones adecuadas para ello. Por otro lado las ocupaciones laborales de los hijos impiden que los padres reciban el cuidado que a ellos les gustaría proporcionarles, la mayoría de los familiares tienen otras cargas familiares como hijos, nietos, etc.
Todas estas dificultades y otras como la salud física, desorientación, fallos de memoria, etc. entre las personas mayores conlleva que los cuidadores deban soportar un elevado grado de estrés que puede tener consecuencias no sólo para la atención del anciano sino también para su propia salud.
Las familias que tienen en su hogar una persona mayor dependiente suelen tener sentimientos dolorosos y de incomprensión frente a los cambios rápidos que se producen en su padre, madre o cualquier otro familiar.
Por otro lado aparecen también síntomas de ansiedad y angustia, surgen dudas acerca de si no han hecho todo lo necesario para evitar la situación en la que se encuentra el familiar a su cargo.

¿Qué se puede hacer?
A la hora de actuar, se podrían aplicar y desarrollar los siguientes programas de intervención.
Lo que se pretende es ayudar al anciano y mejorar las estrategias y recursos de las familias que conviven con personas mayores.

1. INTERVENCIÓN INDIVIDUAL SOBRE EL ANCIANO
Una forma de actuar directamente sobre cada anciano sería ayudandole a mejorar su autoestima y el concepto que tiene sobre sí mismos, enseñarles a aceptar las limitaciones o deficiencias que puedan tener, hacerles ver que también tiene cualidades y ayudarles a descubrirlas y valorarlas, intentar que se impliquen en actividades de ocio y tiempo libre y en el caso de que sufran alguna enfermedad o achaques sería muy importante que se les informara y orientara al respecto.

2. INTERVENCIÓN SOBRE LAS FAMILIAS DEL ANCIANO.
Además de actuar con los mayores, es necesario hacerlo también con sus familias y cuidadores. Para ello se pueden aplicar dos tipos de programas: uno de ellos dirigido a ofrecer todo tipo de información (educación y entrenamiento) que les ayude a conocer mejor al anciano que están cuidando y otro programa dirigido a ofrecerles asistencia social y psicológica.

A. Con el primer Programa dirigido a la educación y entrenamiento de familiares se pretende:.
1. Informar a la familia y explicarles en qué consiste la enfermedad, cuáles son los síntomas más frecuentes que suelen aparecer y como va a ir evolucionando con el paso del tiempo.
2. Informarles sobre qué es lo que va necesitar el anciano, qué se puede hacer por él/ella y que es lo que es capaz de hacer por sí mismo sin necesidad que los demás le ayuden.
3. Explicarles a la familia la importancia de descubrir cuáles son las capacidades y habilidades de la persona que están cuidando, reconocerselas y hablarles de ellas.
4. Una vez que el anciano tenga conocimiento de estas capacidades, se le debe animar a ponerlas en práctica, para ello se le puede sugerir que realicen ciertas actividades que se sabe van a realizar bien por ejemplo cantar, dibujar, coser, etc. Esto hace que los mayores sientan que se les valora y piensen que aún son capaces de hacer muchas cosas.
5. Información sobre los recursos que la sociedad dispone para que hagan uso de ellos, así como los procedimientos adecuados para conseguirlos: muchas personas no saben que existen prestaciones económicas para la vejez, servicios médicos especiales y gratuitos a su disposición, ventajas en servicios públicos: transportes, museos, etc.

B. En relación con el segundo Programa, para apoyar social y psicológicamente a las familias, se llevan a cabo las siguientes tareas:
1. Se puede ayudar a la familia en su tarea diaria de tener que cuidar al anciano/a:
Una forma sería facilitando y proporcionando a las familias ayudas que ofrecen los servicios sociales como los servicios de visita diarios para ayudar a los cuidadores en las tareas del hogar y de cuidado e higiene del anciano, llevarlos al médico, sacarlos a pasear, etc.
Otra forma de ayudar sería informarles sobre las ayudas económicas a las que pueden acceder ya que en la mayoría de los casos se pueden beneficiar de reducción de impuestos, solicitar los préstamos bajos de intereses para renovar o ampliar la vivienda, para mejorar las condiciones de la casa para que el anciano pueda seguir siendo independiente en un ambiente físico con el menor número de obstáculos posibles y las menos barreras posibles.
2. Apoyo psicológico a los familiares que lo necesiten: pueden asistir a reuniones de grupo con otras familias que tienen problemáticas similares para compartir opiniones, manifestar experiencias, expresar preocupaciones etc. En algunos casos será necesario asistir a terapia individual con un psicólogo especialista.

Dª. Trinidad Aparicio Pérez
Psicóloga clínica.
Centro de Psicología Alarcón. Granada.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *