GOJI, LA FRUTA DE LA LONGEVIDAD Y LA SALUD

goji22Las bayas de Goji son frutas desecadas de color rojo intenso y tamaño similar a las pasas con un sabor entre arándano y cereza que crece en los valles de las montañas tibetanas del Himalaya. Los médicos orientales las utilizan desde hace miles de años -los escritos más antiguos que se conservan y que hacen referencia a su empleo terapéutico son del año 1590 a.C.- por sus extraordinarios beneficios para la salud ya que son un complemento ideal para quienes desean mantenerse jóvenes, reforzar su sistema inmune, mejorar la vista, regular el apetito y el sueño, cuidar el hígado y los riñones, potenciar el sistema inmune, prevenir diversas enfermedades  y, en general, mejorar la salud y el bienestar.
Los Hunzas -habitantes de los valles de la cordillera del Himalaya- son hunzasconocidos por ser el pueblo más sano y feliz de la Tierra. De hecho su notable salud y su excepcional longevidad han llamado la atención de diversos investigadores porque entre ellos no se conocen además ni el cáncer, ni la diabetes, ni la artritis, ni las enfermedades del corazón, ni el envejecimiento prematuro. Y tras varios años de observación los expertos concluirían que su peculiar resistencia a la enfermedad y al envejecimiento se debe a las extraordinarias condiciones en las que viven -a 4.000 metros de altura y sin contaminación de ningún tipo- y a su alimentación -basada en la ingesta diaria de vegetales y de unas bayas que sólo se producen en esos valles-. Dichas frutas se conocen como bayas de Goji -pronunciése goyi- y son tan veneradas por sus propiedades nutricionales y terapéuticas que en todo Asia central se celebra cada año una fiesta en su honor que dura ¡dos semanas! No en vano es el alimento que utiliza la milenaria Medicina Tradicional China para recuperar el chi o energía vital.

¿Y cuál es su secreto? Pues su extraordinaria composición ya que se trata, según los expertos, de la fruta con más densidad de nutrientes beneficiosos para el organismo de cuantas se conocen.

EXCEPCIONALMENTE NUTRITIVAS

goji_berriesUno de los estudios más completos -de entre las decenas que se han llevado a cabo en los últimos años- sobre la composición nutricional de las bayas de Goji es el realizado por los técnicos del Instituto de Investigación en Nutrición de Beijing (China). Y su análisis químico reveló que estas frutas tibetanas son ricas en:

Ácidos grasos Omega 3 y Omega 6: concretamente ácido linolénico y ácido linoléico, esenciales para la producción de hormonas y el buen funcionamiento del cerebro y el sistema nervioso, entre otras propiedades.
Aminoácidos: además de un alto contenido proteínico (que equivale al 13% de su peso) contienen 18 aminoácidos, incluidos los 8 esenciales. Lo que significa que contienen seis veces más aminoácidos que el polen de abeja, tradicionalmente considerado un alimento muy rico en estas sustancias. Cabe recordar que los aminoácidos forman la estructura de las proteínas que, a su vez, son los elementos predominantes en las células y que, entre otras muchas funciones, sirven para la producción de diversos productos celulares como enzimas, hormonas y anticuerpos del sistema inmune además de ser intermediarios fundamentales para el metabolismo de las células.
Betaína: esta sustancia es utilizada por el hígado para producir colina, un nutriente que participa en las reacciones desintoxicadoras que tienen lugar en dicho órgano y que también es esencial para el funcionamiento cardiovascular y cerebral así como para el normal funcionamiento de las membranas celulares. Además la betaína protege el ADN, mejora la memoria y previene las dolencias provocadas por las grasas en el hígado.
Betasitosterol: es un esterol vegetal con propiedades antiinflamatorias que ayuda a reducir los niveles de colesterol y que se emplea para tratar los casos de impotencia sexual y de hiperplasia benigna de próstata.
Carotenoides: afirman los expertos que estas bayas son el alimento conocido que aporta mayor cantidad de carotenoides, pigmentos solubles en grasa que juegan un papel fundamental en la actividad de la vitamina A.
Ciperona: se trata de un sesquiterpeno empleado en los tratamientos de cáncer de cerviz o cuello uterino aunque también es conocido por sus propiedades beneficiosas para el corazón, la presión sanguínea y los problemas menstruales.
Fisalina: se trata de un compuesto natural que potencia y mejora el sistema inmune y que ha demostrado su efectividad en el tratamiento de la leucemia, la hepatitis B y el cáncer.
Luteína y Zeaxantina: son flavonoides muy importantes para el cuidado de los ojos y para la prevención de la degeneración macular y la formación de cataratas. Además mejoran la visión nocturna y la agudeza visual, entre otras propiedades.
Oligoelementos minerales: en concreto, 21. De entre ellos destacan -por estar presentes en cantidades significativas- zinc, hierro (20 veces más que las uvas y las espinacas), cobre, calcio, selenio, fósforo, manganeso, níquel, cromo, magnesio, potasio, cobalto y cadmio. Y además contienen germanio, un mineral raramente encontrado en alimentos y del que se conocen importantes propiedades anticancerígenas ya que provoca una serie de reacciones químicas dentro de las células cancerosas que hace que éstas se debiliten y mueran. Esto se ha observado, por ejemplo, en el tratamiento de cánceres de hígado, pulmón, útero y testículos.
Solaventivona: es un sesquiterpeno al que se considera un potente agente fungicida y antiviral.
Superóxido dismutasa y fenilpropanoides: factores inhibidores del cáncer y del envejecimiento.
Vitaminas del complejo B. Concretamente B1, B2 y B6 -que han demostrado ser efectivas para aumentar el número de glóbulos blancos, proteger el hígado y aliviar la hipertensión arterial-, vitamina C -en cantidades dos veces mayores que las del perejil, seis veces mayores que las de las naranjas y hasta ocho veces mayores que las que contiene el pomelo-y vitamina E -que muy raramente se encuentra en las frutas.
Pero de entre los distintos componentes de estas bayas destacan especialmente sus polisacáridos entre los que se incluyen cuatro que no se han identificado en ninguna otra especie vegetal. Estos polisacáridos únicos se denominan LBP1 ( las letras LB hacen referencia a Lycium Barbarum, nombre científico de las bayas de Goji del Tíbet y la P a los polisacáridos), LBP2, LBP3 y LBP4. Estas sustancias son las responsables de gran parte de las propiedades terapéuticas de estas frutas asiáticas. En concreto trabajan en el cuerpo como directores y portadores de las instrucciones que las células utilizan para comunicarse entre sí. Por tanto, son responsables de los procesos de reconocimiento celular que permiten al organismo llevar a cabo las innumerables y complejas funciones necesarias para mantener la salud. Además los polisacáridos del Goji son beneficiosos para la protección cardiovascular, para estimular el sistema inmune, para reparar y cicatrizar tejidos, para reducir el dolor y aumentar la movilidad de las articulaciones en caso de artritis, para la liberación y transporte de hormonas a través del cuerpo, para inhibir las reacciones alérgicas bronquiales, para la producción y funcionamiento de la hormona del crecimiento, para mejorar la conversión de los alimentos en energía, para reparar y proteger a las células sometidas a estrés durante el ejercicio físico intenso y para contribuir a la reducción del peso.

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