DE PROFESIÓN, ABUELO CANGURO

El 15% de los niños menores de tres años están al cuidado de personas que no cobran por ello. Muchos son familiares.

Son las seis de la tarde y arranca la penúltima sesión del curso para mejorar las relaciones entre abuelos y nietos en Barcelona. La Fundación Viure y Conviure de Caixa Catalunya organiza estos talleres para ofrecer herramientas educativas a los abuelos canguro.

abueloUn 15% de los niños menores de tres años en España están al cuidado de personas que no cobran por ello al menos 22 horas semanales, según un informe del Ministerio de Educación, con cifras del Instituto Nacional de Estadística. Muchos de ellos son sus abuelos. Miguel Prat tiene 70 años y una nieta llamada Aina. Cada mañana va a su casa, la despierta, la viste, le da el desayuno y la lleva al colegio. No es un caso único. El 11% de los abuelos da de comer a sus nietos. Ésta es una de sus principales preocupaciones. Una de las participantes cuenta que tiene una nieta con sobrepeso y sufre viendo las restricciones que soporta. «Es diferente cuidar a los hijos que a los nietos», dice una de las abuelas participantes, Montserrat Pous: 72 años y cinco nietos.

Sira Sempere es la educadora social que ofrece estos cursos: «Lo hacen con muchas ganas, ellos quieren, pero muchas veces dicen que son muchas horas y que es cansado». La mayoría son mujeres. En los cursos hacen terapia de grupo y cuentan su experiencia. Muchos destacan, sobre todo, los problemas de comunicación con sus hijos. «Les cuesta entender que los abuelos tienen su propia vida», dice Sira. Uno de los ejemplos prácticos que pone la educadora es el siguiente: El abuelo visita un centro comercial, el niño coge una pataleta y le pide una chuchería. ¿Qué hacer? Muchos no saben cómo reaccionar.

«Queremos huir de la imagen de abuelo que sólo cuida al niño, sino que además participa en el proceso educativo», explica Pilar Campo, coordinadora de actividades de la Fundación. Rosario, de Madrid, es una abuela-niñera con la friolera de 23 años de experiencia. Tiene 73 años, tres hijos y cinco nietos. Un sexto viene de camino. Nunca ha tenido un empleo remunerado y ha dedicado su vida al cuidado de sus hijos y al de los hijos de sus hijos desde que se casó, cuando sólo tenía 20 años. «Como madre (o padre) tienes la obligación de educar a tus hijos. Como abuelo cuidas de tus nietos, pero no puedes interferir en su instrucción y, por ello, no tienes tantas responsabilidades».

La de Rosario es una situación cada vez más frecuente. Un fenómeno que, según la socióloga Anna Escobedo, de la Universidad Autónoma de Barcelona, «va en aumento». En 2005 el 65% de las madres de recién nacidos estaban empleadas. Una tasa que se mantiene en familias con uno o dos hijos pequeños. «Estamos avanzando hacia un nuevo modelo familiar de doble ingreso, y crecen las necesidades de atención infantil en horario laboral», explica Escobedo, que insiste en la idea de que delegar en los abuelos el cuidado y la educación de los niños no es la solución. «Hay que mejorar las políticas de familia. Los abuelos tienen que poder hacer de abuelos. Pueden ayudar en periodos de transición, pero no sustituir a los padres ni a una escuela infantil de calidad». Para ella profesionalizar la figura del abuelo canguro y remunerarla sería «institucionalizar un abuso social».

Encarna Navarro, de 52 años, es una abuela joven y moderna que vive en Badalona (Barcelona). Tiene dos hijos y tres nietos. Se hace cargo de ellos porque sabe que, indirectamente, ayuda económicamente a su hijo. Compagina el cuidado de los niños con un trabajo como limpiadora y es feliz. Sin embargo, reconoce que hacerse cargo de sus nietos le ha roto su rutina: el café con sus amigas, las compras matinales, curiosear en los mercadillos… Pese a todo, dice que sus nietos le han dado «esa vitalidad que había perdido».

El País

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