CENTROS GERIATRICOS Y RESIDENCIAS

Residencias: mala prensa

actividad-residenciaSi hay un momento en que la culpa aparece con más virulencia es cuando se menciona la palabra ‘geriátrico’. “Siempre es percibido por los hijos como un gran abandono”, explica Toppelberg. En ese sentido los profesionales coinciden en que, definitivamente, son lugares que cargan con un significado muy negativo. Como todas las instituciones privadas y públicas, el abanico es amplio, cada uno tiene su modalidad y, como alerta el doctor Rozitchner, no siempre el más caro es el mejor. “Si el paciente no va a contar con un sostén adecuado en la casa o su deterioro físico o psíquico es avanzado, no está mal pensar en una institución idónea. Además, hay casos en lo que nunca existió una buena relación, entonces el hijo dice: ‘Está bien, cumplo con mi obligación, me hago cargo pero no me pidas que lo quiera’”, explica Gamble. Por eso, para ciertas personas, formar parte de una institución puede ser positivo: convivir con otra gente o sentirse tranquilos que si algo sucede tienen ayuda médica. Para una elección positiva, lo mejor es consultar a un especialista o salir a recorrer. Gamble aconseja: “Es fundamental que cuenten con un equipo multidisciplinario, con una proporción razonable entre pacientes y asistentes (uno cada ocho o diez pacientes), además de enfermeras. El lugar tiene que ser higiénico y ordenado. Que se pueda ver la cocina y la manera en la que se sirve la mesa. Otra cuestión fundamental es que tengan libre horario tanto para el paciente, si puede salir, como para la familia, y es importante que pueda tener consigo sus cosas personales”.

Fuente: Taringo

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