ALIMENTACIÓN ADECUADA PARA LOS MAYORES

Tienen que cuidar lo que consumen.
La salud, en cualquier etapa de la vida, está condicionada en gran parte por los hábitos, comidaSanael deporte que se practica y, por supuesto, lo que se come día a día. En la tercera edad, cuando los achaques son una constante, la atención que ha de prestarse a los alimentos que se ingieren y a la forma de cocinarlos tiene una importancia fundamental si se quieren prevenir continuas visitas al médico.
Las personas mayores, más propensas a padecer problemas de hipertensión, diabetes o anemia, pueden ver disminuidas sus dolencias con una alimentación sana y equilibrada cuya elaboración, además, llega a ser una entretenida y creativa tarea. Desde ir a la compra hasta hacer la comida diaria o innovar nuevos platos, la cocina supone una actividad que es beneficiosa no sólo para el estómago, sino también para la mente; hacer la lista de la compra, recordar los ingredientes o estar atento a los tiempos de cocción suponen un sano ejercicio mental.

Cambios en la edad, cambios en el menú.
Muchas personas mayores, por cansancio, soledad o la pérdida del cónyuge, tienden a dejar a un lado sus actividades rutinarias, entre las que se encuentra cocinar. Este hecho en ocasiones deriva en graves problemas alimenticios e incluso en la desnutrición.
El primer dato que hemos de tener en cuenta es que a medida que se envejece, se tiene una menor actividad física, por lo que el aporte energético necesario será menor que cuando se mantiene una vida plenamente activa. Por ello, es necesario reducir las calorías que se ingieren en la dieta.
Las personas mayores tienden a eliminar ciertos alimentos del menú diario, como la carne, por su difícil masticación. Es cierto que, con el paso del tiempo, la dentadura y la mandíbula van debilitándose, pero no es razón suficiente para provocar una carencia de ciertos nutrientes indispensables. La dificultad de comer se resuelve fácilmente mediante purés: verduras, carnes y pescados serán los ingredientes estrella de un primer plato.
Las papilas gustativas también cambian, por lo que se perciben sabores diferentes en alimentos que se está habituado a comer. Además, esta sensación se ve incrementada por el habitual consumo de medicamentos que se da en los ancianos. Por ello, es importante que los platos estén bien condimentados, aunque sin pecar en el exceso de sal.

El líquido, imprescindible.
Uno de los problemas que suelen afectar a las personas mayores es la deshidratación. No se bebe la suficiente cantidad de agua porque no se tiene sed, pero lo cierto es que es importante ingerir al menos dos litros de líquido diario.
Las bebidas estimulantes como el café o el alcohol, aunque no es imprescindible eliminarlos drásticamente, sí es conveniente reducir su consumo al máximo. No ocurre lo mismo con la leche o zumos que, además, aportarán una cantidad extra de nutrientes al organismo: proteínas y calcio, la primera, y vitaminas, los segundos. Además, tomar lácteos o determinadas infusiones, como la valeriana o la tila, antes de acostarse permite un mejor descanso, ya que poseen propiedades relajantes.

Redacción/Facilisimo.com

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