ALIENTO FAMILIAR

Era un grupo numeroso, estaban en el centro del jardín rodeando a la nueva residente Era bisabuela, abuela, madre y tía de la mayoría de los asistentes, donde quizás también asistía alguna vecina.
Parecía ser una despedida colectiva y algo culpable. Me acerqué y la que prometía ser una de las hijas, cabello cano, mirada penetrante y jersey azul, me recibió ante la mirada expectante de todo el grupo, residente incluida. Su saludo fue algo seco y autoritario:
-Buenas tardes- Era más una pregunta de quién es usted que un saludo de bienvenida.
Como así lo entendí, me presenté y aguardé a mi vez.
– Somos la familia de “mamá”. Va a quedarse aquí unos días-explicó al tiempo que se apartaba para que pudiera ver a “mamá”.
Era una anciana de aspecto resignado y ademanes desvalidos. Tenía la mirada triste, cosa que no me sorprendió, era la mirada habitual en la mayoría de los nuevos ingresos.
-Papá falleció hace dos meses y hemos creído que aquí la podrían cuidar mejor hasta que se restablezca. Todos trabajamos y..-
Otra de las asistentes, seguramente la hija número dos, la interrumpió en una evidente reivindicación de sus derechos protagonistas.
-Mamá está delicada y hemos pensado que aquí…-
Un chico flacucho de una edad indefinida y con derechos de nieto o algo así, la interrumpió a su vez.-
-La vendremos a ver todos los días. Somos muchos…- aclaró mirando a su alrededor.
Todos corroboraron sus palabras en la mentira más unánime que recuerdo.

Joan Font-FONI

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