ADULTOS MAYORES EN LA RED

Cada vez más adultos mayores le pierden el miedo a la computación
Los cursos de computación para adultos/as mayores son todo un éxito, tanto en las universidades de tercera edad, en centros culturales, bibliotecas populares y en los centros de jubilados/as y pensionados/as. Cada vez más adultos/as mayores le pierden el miedo a la tecnología, destierran el prejuicio de “a mi edad, estudiar… ¿para qué?” y sienten interés por aprender, manteniéndose activos, actualizados.
“Cuando se abre la inscripción a los cursos, a principio de año o a mitad de año, las vacantes se cubren el primer día, lo que manifiesta el gran interés” de los/as mayores, destaca la asesora Psicogerontológica del Programa de Educación Permanente de Adultos Mayores (PEPAM) de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Virginia Viguera.
En declaraciones a este diario, Viguera, quien también es directora de la revista Tiempo -un prestigioso portal de Internet destinado a temas de Psicogerontología-, comenta que “el principal miedo de los/as mayores es a tocar algo de la computadora y que se rompa, o al uso del mouse, donde en las primeras clases la fecha indicadora va para cualquier lado”. Pero en pocas clases, esos miedos van desapareciendo.
Respecto a los incentivos de los/as mayores por aprender computación, la psicogerontóloga remarca: “Los nietos/as, quienes manejan desde pequeños la computadora y frente a ellos/as se sienten como analfabetos porque los chicos/as les dicen ‘¿pero cómo, abu, no sabés navegar en Internet?’, ‘¿cómo que no tenés email?’”.
“Cuando esta generación de adultos/as mayores nació no existía ni la televisión. En cambio, los nietos/as ya nacieron con la televisión satelital, con la PC, el celular. Y a los/as mayores esta tecnología les significa todo un aprendizaje; pero lo bueno es que se animan, cada vez más, y lo logran”, mejorando su calidad de vida, bajo el lema de educación permanente para un envejecimiento activo, señala la profesional.
También indica que otras motivaciones es “mantenerse en contacto con familiares -hijos/as, nietos/as- radicados en el exterior y estar actualizados”.
“Hace unos años había que incentivarlos mucho para que aprendan computación y el principal incentivo era comunicarse con los hijos/as que estaban afuera -asegura Vignera-. Pero hoy una de las principales motivaciones es que no quieren quedarse al margen” de las nuevas tecnologías.

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